martes, 12 de octubre de 2010

Tres artículos por el Día de la Raza.


1-DIA DE LA RAZA ( Si...leyó bien) .          
12 DE OCTUBRE
Fuente y envío : Red Patriotica Argentina
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2-INDIGENISMO HISPANOFÓBICO O UNIDAD LATINOAMERICANA
Por Jorge E. Camacho Ruiz
Enviado por el autor.
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3-CARTA A UN AMIGO INDIGENISTA
Enviado por:Vicente Gonzalez
 Autor: E. G. Villarino
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CONTENIDOS DE LOS ARTÍCULOS:

1-DIA DE LA RAZA ( Si...leyó bien) .          
12 DE OCTUBRE
Fuente y envío : Red Patriotica Argentina


El 12 de octubre de 1492 nació la América moderna, fue en la madrugada de ese día que el nobel y majestuoso continente dejó ver parte de sus encantos.  Su artífice fue Don Cristóbal Colón, un visionario que emprendió esta magna obra de Fe, Grandeza y Valor; su acervo cultural y su ferviente Fe cristiana, le permitió hallar indicios sobre la Nova Terra que lo aguardaba.   Desde la “Divina Comedia” de Dante, “El libro de las maravillas” de Marco Polo y hasta en un versículo del Profeta Isaías: “¿Quiénes son éstos que como nube vuelan, como palomas a sus palomares?   Los barcos se juntan para mí, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro.” (ISAÍAS 60 –8); como paloma en latín es colomba (su apellido en la denominación de origen es Colombo), él se creyó el hombre indicado por las Sagradas Escrituras para llevar el Evangelio a esas tierras desconocidas.  Posteriormente explicaría los fundamentos de su viaje a los Reyes Católicos: “He visto y estudiado en todos los libros de Cosmografía, Historia, Filosofía y demás ciencias, que Dios Nuestro Señor me abrió el entendimiento con mano palpable para que yo vaya de aquí a las Indias y me puso gran voluntad en ejecutarlo”.   Colón realizó en total cuatro viajes: el primero en 1492; el segundo en 1493; el tercero en 1498; y el último en 1502.  Fallecería el 20 de mayo de 1506.
Precisamente ese día, pero 85 años después, Don Juan Ramirez de Velasco funda la “Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja”.  Nuestra ciudad, así como muchas otras ciudades argentinas, son testimonio de la identidad Hispánica y Católica de la Patria.  Podemos mencionar entre otras: “Sancti Spiritus”, primer fuerte fundado en 1527, a orillas del Río Paraná por Sebastián Gaboto; “Santiago del Estero” fundada en 1553 por Francisco de Aguirre; “San Juan”, fundada por Juan Jufré, en 1562; “San Miguel de Tucumán”, fundada por Diego de Villaroel, en 1565; “Ciudad de la Santísima Trinidad” (Hoy Buenos Aires) fundada por Juan de Garay, en 1580; “San Fernando del Valle de Catamarca” fundada en 1683, por Fernando Mendoza Mato de Lerma; todas ellas consagradas en su nombre bajo la protección de Nuestro Señor.
Los conquistadores, que continuaron la obra comenzada por Cristóbal Colón, como abanderados del Rey de España e hijos dignos de la Cruz, dieron testimonio permanente de su Fe por los cuatro puntos cardinales del continente, por tierra y por mar, a pesar de sus humanas caídas.
Se ha comprobado cronológicamente que Colón no fue quien “descubrió” América, hay pruebas que demuestran la llegada de vikingos, venecianos y hasta chinos; pero únicamente España ha sido la que dejó su impronta con el Evangelio y las virtudes castellanas: Coraje, Fe, Hidalguía y Generosidad; caracteres del alma española.
El 12 de octubre se conmemora oficialmente en nuestro País desde 1917, expresaba el entonces Presidente de la República, Hipólito Yrigoyen, en los considerandos del decreto:
“* Que el descubrimiento de América es el acontecimiento de más trascendencia que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores se derivan de este asombroso suceso, que, al par que amplió los lindes de la tierra, abrió insospechados horizontes al espíritu;
* Que se debió al genio hispano efemérides tan portentosa, cuya obra no quedó circunscripta al prodigio del descubrimiento, sino que la consolidó con la conquista, empresa ésta tan ardua y ciclópea que no tiene término posible de comparación en los anales de todos los pueblos;
* Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático y magnífico el valor de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, las labores de sus menestrales; y con la aleación de todos estos factores obró el milagro de conquistar para la civilización, la inmensa heredad en que hoy florecen las naciones americanas; Por tanto, siendo eminentemente justo consagrar la festividad de esta fecha en homenaje a España, progenitora de su sangre y con la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos afirmar y mantener con jubiloso reconocimiento, el Poder Ejecutivo de la Nación declara fiesta nacional el día 12 de octubre.”
En un discurso del Presidente Juan Domingo Perón en la Academia Argentina de Letras con motivo del homenaje a Cervantes en el IV centenario de su nacimiento (29 de septiembre de 1547), pronunciado en el Día de la Raza de 1947, pondera los fundamentos del decreto del Presidente Yrigoyen  instituyendo el “Día de la Raza”, y además hace su aporte expresando: “Para nosotros, la raza no es un concepto biológico. Para nosotros es algo puramente espiritual. Constituye una suma de imponderables que hace que nosotros seamos lo que somos y nos impulsa a ser lo que debemos ser, por nuestro origen y nuestro destino. Ella es lo que nos aparta de caer en el remedo de otras comunidades cuyas esencias son extrañas a la nuestra, pero a las que con cristiana caridad aspiramos a comprender y respetamos. Para nosotros, la raza constituye nuestro sello personal, indefinible e inconfundible.   Para nosotros los latinos, la raza es un estilo. Un estilo de vida que nos enseña a saber vivir practicando el bien y a saber morir con dignidad.  Nuestro homenaje a la madre España constituye también una adhesión a la cultura occidental.  Porque España aportó al occidente la más valiosa de las contribuciones: el descubrimiento y la colonización de un nuevo mundo ganado para la causa de la cultura occidental.  Su obra civilizadora cumplida en tierras de América no tiene parangón en la historia. Es única en el mundo. Constituye su más calificado blasón y es la mejor ejecutoria de la raza, porque toda la obra civilizadora es un rosario de heroísmos, de sacrificios y de ejemplares renunciamientos. Su empresa tuvo el sino de una auténtica misión. Ella no vino a las Indias ávida de ganancias y dispuesta a volver la espalda y marcharse una vez exprimido y saboreado el fruto. Llegaba para que fuera cumplida y hermosa realidad el mandato póstumo de la Reina Isabel de “atraer a los pueblos de Indias y convertirlos al servicio de Dios”. Traía para ello la buena nueva de la verdad revelada, expresada en el idioma más hermoso de la tierra. Venía para que esos pueblos se organizaran bajo el imperio del derecho y vivieran pacíficamente. No aspiraban a destruir al indio sino a ganarlo para la fe y dignificarlo como ser humano...”


            Si de Hispanidad se trata, y justamente en el día 18 este mes del año 1955, falleció el filósofo y genial ensayista español, José Ortega y Gasset, quien en su paso por nuestro País en 1939 en una conferencia en La Plata, con su habitual y brillante lucidez, habló a los argentinos de la época (y también a  nosotros, los argentinos del siglo XXI):  "¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal".






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2-INDIGENISMO HISPANOFÓBICO O UNIDAD LATINOAMERICANA
Por Jorge E. Camacho Ruiz
Enviado por el autor.

Hoy nuevamente nos reunimos a conmemorar la llegada de Don Cristóbal Colón, a lo que posteriormente se llamaría América. Acontecimiento que para unos será una epopeya, mientras que para otros una tragedia. Pero la historia no es lo que deseáramos, sino la estricta realidad del accionar humano, y la humanidad, según el Génesis, desde la caída de nuestros primeros padres no se ha caracterizado por ser perfecta.

Pero más allá de las interpretaciones históricas y nuestras opciones o preferencias. La llegada de Colón, significo el encuentro de dos mundos y la fusión y nacimiento de uno nuevo. Y éste nuevo mundo es lo que somos. Lo que no podemos negar son nuestras raíces, porque sería como negarnos a nosotros mismos. Por nuestra sangre fluye el aporte de dos mundos, que no podemos desconocerlos, si lo haríamos, nos perderíamos, no sabríamos de donde venimos y entonces no sabríamos hacia donde dirigirnos.

A este día que hoy conmemoramos, en algún momento de la historia de nuestras Españas, y decimos Españas, según la vocación imperial, porque era abarcativo de las regiones de España, y de las diversas razas que ésta contenía, pensemos no solamente en los castellanos, recordemos a los vascos, los catalanes, los gallegos, etc., por todo ello decidieron denominar a esta fecha como el “Día de la Raza” o de la “Hispanidad”, ocurre que para los humanistas españoles, el término “Raza”, no tiene un sentido estrictamente físico, como lo vimos, ya que la península Ibérica, por si sola, es un mosaico de razas; por el contrario para tales humanistas, resulta más importante el espíritu que el cuerpo, la esencia que la forma, por ello se habló de la “Raza del Espíritu”, es decir, el temperamento, el carácter, el estilo, la hidalguía, el sello identitario de haber asumido la cultura y la religiosidad hispánica, es por esta razón que España consideró a América y a los pueblos que existían en ella como propio, como idéntico, desde el momento que transfusiono su sangre, su historia, su cultura y religión, es por eso que resulta torpe y de una ignorancia supina pretender que España, celebre su conquista sobre la desgracia de otras razas vencidas, en absoluto España jamás fue mezquina porque se encontraba hermanada en la Fe de Jesucristo, por eso se dice que España quiso transplantar lo mejor de España a América, y lo hizo con sus Hijos y  Familias, con Universidades, con sus Ordenes, con sus Templos y Ciudades.

De modo que si en la actualidad la palabra “Raza” adquiere otro contexto, por la manipulación mediática de ciertos ideólogos, no fue el que estaba presente en la mentalidad, en la idea, de los hispanistas.
Hoy existen algunos ideólogos que insisten en que veamos nuestro pasado como si fuéramos tuertos, se ha instalado en estos últimos años una moda el indigenismo que lo festejamos como justo y reivindicativo en la medida que no oculte solapadamente una furiosa hispanofobia que desemboque en un peligroso racismo sececesionista o separatista, el problema de esta tendencia es que el único malo de la película, resulta ser el conquistador español, y ahora también, los criollos, sean blancos o mestizos. No recuerdan que en la América precolombina también existían humanos, que como en cualquier otra geografía, amaban, odiaban, guerreaban y explotaban, con una pequeña y gran diferencia, desconocían la prédica del amor cristiano. Pero la leyenda negra del ogro español, frente al desgraciado natural, hoy se impone en la cátedra y en el bombardeo mediático, como dogma inapelable.

En otras épocas, digamos en tiempos en donde regía el liberalismo positivista, la moda de entonces, era al revés, debía verse a los perversos, entre los malones indios, y que había de exterminárselos para terminar con la barbarie y así arribaríamos a las luces del progreso y de la moderna civilización occidental.
Resulta que ambas postura carecen de objetividad histórico-antropológica, porque malos y buenos han existido en todos los espacios, tiempos y razas. Pero claro siempre resulta más fácil, para los espíritus mediocres encapsular los hechos históricos con una mirada maniqueísta. Los hechos del pasado no se pueden juzgar con los ojos de nuestro tiempo, ni con versiones tergiversadas, ni con lecturas superficiales, simplificadas, reduccionistas.
España pudo haber tenido virtudes y defectos, aciertos y errores, pero no tuvo empacho en unir su sangre con el natural de América. ¿Lo hicieron los anglosajones? Éstos ¿Cuántos pueblos originarios hicieron desaparecer en la América del Norte? Y ¿Cuántas veces se escucha a las ONG indigenistas, financiadas desde el extranjero, manifestarse en contra de la pérfida Albión: Inglaterra y su hija putativa los Estados Unidos?
Y los hispánicos, en cambio ¿Cuántos naturales lograron conservar en comparación con aquellos en todo Latinoamérica?
Por otra parte: ¿Pudo un grupo reducido de españoles imponerse en todo un continente desconocido sin la alianza de los mismos pueblos originarios? Y ¿Por qué muchos de esos pueblos prefirieron a los españoles que a sus propios hermanos originarios?

Pretende la hispanofobia ¿Qué somos miopes o tontos? ¿Qué sientamos vergüenza de nuestros antepasados? ¿Qué decretemos el final de la portación de nuestros apellidos hispánicos? ¿Qué decretemos la abolición del castellano? ¿Qué renunciemos a la Fe del Crucificado? ¿Qué en aras de un indigenismo paganizante restauremos los rituales sangrientos y las practicas de esclavismo y canibalismo?
¿Qué indígenas, criollos, mestizos e inmigrantes, que desde los tiempos de nuestra independencia hemos decidido vivir en paz y unidos en este continente, ya no nos veamos como hermanos del gran espacio Latinoamericano?

Estemos advertidos y alertas ante esta nueva onda hispanfóbica porque se sospecha que hay una potencia históricamente enemiga que pretende un enfrentamiento étnico para fragmentar los actuales Estados Latinoamericanos, un adelanto pequeño de muestra de esas intenciones lo hemos visto no hace mucho, en nuestro vecino país en Bolivia.

Latinoamérica o Iberoamérica es el nuevo mundo que surgió como resultado del encuentro entre el viejo y el nuevo continente. En este espacio del mundo floreció un crisol de pueblos y de  razas, que más allá de sus diferencias, debemos comprometernos en conservarlos, seguramente es el continente de la esperanza para un mundo venideramente nuevo, no seamos incautos, no nos dejemos entrampar ni engañar por aquellos loros mediáticos repetidores de historietas novedosas que jamás las profundizaron y que fueron armadas por cerebros de otras latitudes que planifican y practican por determinadas décadas políticas de alineamiento y dominio. América Austral es el continente de la esperanza que habrá de inaugurar en el futuro una nueva y renovada civilización.

En este año del Bicentenario, ante siniestros proyectos globales que intentan fracturar nuestras Patrias, debemos permanecer alertas y unidos, y renovar nuestra fraternidad latinoamericana, atendiendo atentamente el consejo de Martín Fierro: “Los hermanos sean unido en cualquier tiempo que fuera, esa es la ley verdadera, porque si los hermanos se pelean los devoran los de afuera”.

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3-CARTA A UN AMIGO INDIGENISTA

Enviado por:Vicente Gonzalez

Autor: E. G. Villarino


Martes 19 de enero de 2010.

Estimado amigo:

Me quedé pensando en lo que dijiste de millones y millones de indios muertos y del “exterminio”. Entiendo que —a juzgar por tu apariencia y la de tus nietos tan rubios— tú no tienes ninguna parte de indio. Yo, en cambio, como todos los argentinos de muchas generaciones, tengo parte de indio.

Mis antepasados eran carios del Guairá, algo agricultores y cazadores, que a la llegada de los españoles (1536…) estaban siendo exterminados por la invasión de los carios del litoral atlántico, feroces y caníbales, que marchaban hacia el oeste desde c. 1430, no se sabe bien por qué. Como sabrás, estos antropófagos feroces llegaron hasta la selva boliviana y se instalaron para comerse a los charcas, que tenían asentamientos y cultivos: por eso los charcas les pusieron “chiri-guanos”, es decir “sucios de caca”, que era lo peor que decían. Los carios mansos y trabajadores, que se salvaron aliados con Irala, forman hoy el Paraguay y el noroeste argentino.

Entre los años 1536 y 1810, entraron y se afincaron por aquí no más de 3.000 españoles (TRES MIL en más de 270 años). Es que no había tantos nobles aventureros: estos segundones habían ganado nobleza y fortuna en las guerras de Alemania, Francia, Italia o Flandes, y venían a gastarse esas ganancias.

Mal negocio: aquí no había nada, absolutamente nada que compensara la inversión. Algunos se volvieron, pero es de creer que la mayoría se quedó: si no, sería inexplicable la presencia de sangre blanca en el mestizaje argentino. (Nuestra costumbre de llamar “don” a cualquiera, viene de que todos los que vinieron eran nobles: en España no se usa el “don” sino exclusivamente para los títulos, de nobleza o académicos y eclesiásticos). Cuando quieras te muestro un montón de blasones de mis antepasados criollos, venidos entre 1536 y 1750.

Lamentablemente, los yaganes amigos de mi bisabuelo Francisco Villarino, como pasó a tehuelches y pehuenches, fueron exterminados hace poco por los invasores ranqueles y araucanos que nos mandaba Chile, y que son tan extranjeros que hoy se denominan “mapuches” en vez de araucanos, cuando “mapuche” es un idioma, la lengua franca de los diversos pueblos del sur, y no un pueblo o raza con sede en Londres.

Y si no, ¿por qué te crees que la llamada “conquista del desierto” se hizo con un ejército compuesto en su enorme mayoría por indios locales, patagónicos, que se defendían del invasor transcordillerano? Todos nuestros ejércitos han tenido mayoría de indios y mestizos, con muy pocos negros o blancos puros (¿No les viste las caras a los Menéndez, por ejemplo?). ¿De dónde crees que Cortés sacó 40.000 guerreros (CUARENTA MIL) para derrotar a los aztecas de Moctezuma? Son los pueblos miztecas, zapotecas, etc. que hasta hoy lo llaman “el Libertador” porque los libró de la tiranía de los mexicas antropófagos, que ellos solos no se animaban a sacudir. (Yo me los encontré en congresos internacionales, y escuché sus tradiciones, casi siempre prohibidas por el gobierno de allí).

Como es fácil ver en el color de la piel y en las facciones, aún después del aluvión inmigratorio de los siglos XIX y XX, la mayoría de los argentinos somos medio indios, un cuarto indio o tres cuartos indios.

Desde el comienzo, muchos de los nobles capitanes de las tropas españolas, aquí y en Europa, eran mestizos, como el Inca García Lasso de la Vega, o mi tío Don Rui Díaz de Guzmán (el primer historiador, que escribió en 1613: “La Argentina Manuscrita”, así llamada porque recién se imprimió en tiempos de Rosas).

Rivadavia era medio negro, pero muchos próceres, los Cabrera, los Cabanillas de Córdoba, como la Beata Madre Tránsito, y los grandes propietarios de campos, eran mestizos. Es que era política de la Corona hacer casar a las niñas con indios: como la famosa heredera Doña Juanita Ortiz de Zárate y las de Torres de Vera y Aragón. (Si lo miras bien a mi amigo el Profesor homónimo, te darás cuenta por qué en Inglaterra le dirían “negro”). Y los varones españoles no necesitaban tanta política para casarse con indias o mestizas, sobre todo si eran nobles y ricas herederas. Si no, ¿de dónde sacamos el sobrenombre “negro” o “negrita”, que se usa tanto y familiarmente entre nosotros? En la misma Buenos Aires, que tiene el mayor aporte de inmigración europea, todavía el mayor número de habitantes (dicen 53 %) tiene ADN indio.

¿Te acuerdas del presidente Castillo, bastante morocho? Perón debe haber tenido algo de blanco. Y Evita —la conocí— no era tan morocha como él, pero contrastaba mucho el pelo teñido de amarillo (entonces las tinturas no hacían rubio natural). Entre los amigos a más de uno le dicen “mor-nueve” (“más que mor-ocho”). En Buenos Aires muchos les dicen “provincianos”, por el color.

Te dije los Cabanillas: si vas al santuario de la Beata Tránsito Cabanillas en San Vicente (López y Planes 2936), verás sus blasones y el color oscurito y las facciones aborígenes. Y si no lo crees, mira a mi consuegro el Dr., cuando venga a visitarme: no es gratis que le digan “Negro”.

¿Y los Paz? Desde el José María, hijo de padre europeo, creo, ya vienen mixturados. ¿No conociste al famoso “Inca Paz”, tan conocido por su fealdad y negrura como por sus “dotes” de magistrado cordobés? Date una vuelta por los Tribunales y comprenderás por qué los juicios de antaño contaban con asesores letrados que tradujeran al español todo el proceso, que se instruía en la lengua de las partes: el idioma español recién se extiende con los gobiernos liberales, después de la independencia. Nuestros archivos son bastante sorprendentes, para los no argentinos, como los catecismos o la liturgia trilingüe de las celebraciones religiosas latín-castellano y guaraní, o quechua, etc.

En fin: no conviene dejarse llevar por las cifras espectaculares de las leyendas gringas: eso sirve para los que no saben o no tienen ojos para ver. Es suficiente subir al colectivo o ir a la cancha, para averiguar qué fue de los indios.

Un abrazo.


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