12 de Octubre : Día de la Hispanidad
Cada año, cuando se avecina el "Día de la Hispanidad" se abren escandalosos contextos que angustian a ciertos sectores de los pueblos hispanoamericanos
Una historia con tinieblas pero con inagotables luces "¿Será acaso esta aurora que su rosada claridad ya extiende, oh intrépido Colón, la aurora bella de tu gloria inmortal? Veloz con ella la fresca brisa sobre el mar se tiende y allí murmuradora aguarda, pues, con impaciencia el hora que su soplo fugaz hinche las velas, y lance a las llanuras inmensas de la mar las carabelas". (Ángel Lasso de la Vega, poeta español del siglo XVIII)
Cada año, cuando se avecina la presencia del "Día de la Hispanidad" o "Día de la Raza" o del "Descubrimiento de América", se abren escandalosos contextos que angustian a ciertos sectores de los pueblos hispanoamericanos. Se escuchan frases altisonantes como vacías, con las que se pretenden drogar y anestesiar nuestra verdadera historia.
Al rememorar un nuevo aniversario de la Conquista y la Evangelización de América -epopeya considerada como la más importante de la historia humana-, como pueblo reconocido juzgamos la necesidad de dar gracias al Señor por esa hazaña que dio vida a un nuevo mundo con muchas luces y muchas sombras, aciertos y errores, ventajas y deficiencias. Estimo ser deshonesto omitir que en esta heroicidad no hubo iniquidades, atrocidades, malos tratos por parte de algunos conquistadores y, al mismo tiempo, no puntualizar que se efectuaron actos de humanidad, grandeza, hidalguía y abnegaciones los que nunca fueron adecuadamente señalados.
PARA JUZGAR EL ANTES Y DESPUÉS DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES AL CONTINENTE CONSIDERO, QUE PARA MAYOR COMPRENSIÓN DE LOS SUCESOS, DEBEMOS UBICARNOS EN EL TIEMPO Y EN LA CULTURA DE LA EPOCA. ¿LA CONDUCTA DE LOS PERSONAJES Y DE LOS EPISODIOS DEL SIGLO XV DIFIEREN AL QUEHACER DEL HOMBRE ACTUAL? ¿EN EL SIGLO XXI NO EXISTE ACASO LA EXPLOTACION DEL HOMBRE POR EL HOMBRE, LAS GUERRAS, FALTA DE TRABAJO, LAS DESIGUALDADES Y LA MUERTE DE UN SINNÚMERO DE HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS DE HAMBRE O POR LA FALTA DE SEGURIDAD SOCIAL?
El poeta y ensayista cubano Eliseo Diego al sostener que los franceses e ingleses le han indagado a España una leyenda negra en un reportaje que se reprodujo en la revista "Revolución y Cultura" dice que los españoles realmente hicieron atrocidades con los indios, pero las hicieron en una época en que lo atroz era la manera natural de actuar. Nadie recuerda que en Inglaterra si se robaba una hogaza de pan se le cortaba las manos al ladrón. Y nadie recuerda que Benito Juárez era un indio que presidió México. ¿En que colonia inglesa o francesa hubo un indio presidente? los españoles dejaron tras de sí naciones, los ingleses, factorías.
Hay voces que repudian y acusan a los españoles de ser causantes de la matanza indiscriminada que despobló a los indios de América. Tal aseveración falaz se encuentra orquestada por quienes se identifican en contra España y con principios filosóficos anticristianos. Desde la llegada de Cristóbal Colón a América las autoridades españolas y eclesiásticas dictaron normas protegiendo al indio. Tal el testamento de Isabel la Católica, las bulas de Alejandro VI y el monumento jurídico conocido como Leyes de Indias. Con respecto a la disminución de la población aborigen obedeció a:
1) Las constantes guerras entre las tribus beligerantes, tales como los aztecas e incas, que buscaban el sometimiento de las poblaciones indefensas y tranquilas;
2) La lucha entre conquistadores y los indios. Los primeros usaban como armas las espadas, puñal, lanzas, mosquetes, escopetas, arcabuces y hasta perros debidamente adiestrados. Por su parte, los nativos, combatían con arcos y flechas, en muchos casos con puntas envenenadas, lanzas, macanas o mazas de palo con incrustaciones de vidrio volcánico, hondas, porras y gases, obtenidos estos últimos por el sahumerio de ají molido, de pimienta y de otras materias;
3) la práctica de la antropofagia y los sacrificios humanos;
4) las pestes como: la viruela, la escarlatina, el tifus, el sarampión o el paludismo, algunas de estas enfermedades traídas por el europeo;
5) el mestizaje;
6) y de otras afecciones del intercambio de sangre entre ambas razas.
Lo que se trata de ocultar o considerar muy al pasar es el magnánimo espíritu de Isabel la Católica -actualmente en proceso de beatificación- cuando ordena que "los indios sean libres y no sujetos a servidumbre, y nadie sea osado de cautivar indios aún en guerra aunque sea justa y hayan dado y den causa de ella".
A este generoso reconocimiento de libertad e igualdad indígenas, no se llegó sin lucha contra los intereses mercantiles. La reina Isabel no descuidó en bien de los aborígenes que se lo tratara como hombre y no como cosa tal como ocurrió con otras conquistas y colonizaciones y donde la presencia de Dios estaba ausente en sus ejecutores. Asimismo, se autorizó el casamiento entre indígenas y españoles. Como testimonio de lo expresado precedentemente es loable leer lo dispuesto por Isabel la Católica dictado tres días antes de morir, en noviembre de 1504, y que dice así:
"Concedidas nos fueron por la Santa Sede Apostólica las islas y la tierra firme del mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intención fue la de tratar de inducir a sus pueblos que abrazaran nuestra santa fe católica y enviar a aquellas tierras religiosos y otras personas doctas y temerosas de Dios para instruir a los habitantes en la fe y dotarlos de buenas costumbres poniendo en ello el celo debido; por ello suplico al Rey mi señor, muy afectuosamente, y recomiendo y ordeno a mi hija la princesa y a su marido, el Príncipe, que así lo hagan y cumplan y que sea su fin principal y que en él empleen mucha diligencia y que no consientan que los nativos y habitantes de dichas tierras conquistadas y por conquistar sufran daño alguno en sus personas o bienes, sino que hagan lo necesario para que sean tratados con justicia y humanidad y que si sufrieren algún daño, lo repararen".
En materia laboral creó las "encomiendas", tratamiento que fue mejorado en beneficio del encomendado con las Leyes de Burgos que estaba dirigida al buen trato que debía ser objeto el aborigen, su formación religiosa, su instrucción, su vestimenta, su descanso, su salario, más la prohibición de castigos. También se preocupó en la protección de mujeres y niños, la veda del trabajo a menores de catorce años y, como así, de las mujeres embarazadas con más de cuatro meses de gravidez. Lo que reglamentó España en 1512 para nosotros son conquistas de este siglo.
La Corona, siempre persuadida por principios de respeto al derecho natural y divino; estableció el trabajo de ocho horas diarias a quienes trabajaban en la construcción de fortalezas y obras militares; de seis horas los operarios en las minas; el descanso dominical, puesto en práctica en nuestro país con la ley sancionada en 1905; el pago en moneda corriente, que en la Argentina entró en vigencia durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear, y el salario móvil, la última palabra del derecho del trabajo contemporáneo. Las mujeres solteras debían trabajar con sus padres; las casadas no podían ser obligadas a efectuar trabajos mineros, no pagar tributos y amamantar niños blancos cuando lo estaba haciendo con los suyos.
De las mitas estaban exceptuados niños, mujeres, enfermos y ancianos; se prohibía que los padres regalacen a sus hijas o que las tuvieran encerradas en su casa; que las solteras sirviesen a los caciques y que anduvieses solas pastoreando ganado.
Con la llegada de los españoles al Nuevo Continente figura también la inspiración divina que tuvo Alejandro VI con sus bulas que forjaron una corriente histórica espiritual, por haber enviado a hombres -algunos santos y otros pecadores- pero en su mayoría portadores de una religión, una ética y una legislación para salvaguardar las almas y la inteligencia de los nuevos súbditos.
Basta con mencionar la creación también de las universidades de Santo Tomás de Aquino en Santo Domingo, la de México o la de San Marcos de la ciudad de Lima, fundadas por Carlos V, para que los naturales pudieran estudiar de acuerdo con los planes y títulos que otorgaban las ya famosas universidades de Salamanca y la de Alcalá de Henares. En la primera casa de estudios establecida en América, a sólo 46 años de la llegada de Colón, se enseñaba en el nuevo continente lengua castellana y la de los aborígenes y se desenvolvían con recursos propios. ¡Qué distinta situación a la fundada en Cambridge, en 1630, sólo para la enseñanza del inglés y para que los colonos pudieran seguir el rito protestante!
Estos beneficios destinados a los indígenas son muchos más. Pero, en esos tiempos, como los actuales hubo transgresores. Allá y aquí hay quienes, mediante la explotación del hombre, buscaron exclusivamente riquezas, gloria y poder, inclusive usando medios nada recomendables. Debemos condenar cuantos excesos que hubo y que hay. Lo que sí cabe agregar es que sin duda alguna América se benefició con la incorporación a la civilización cristiana occidental y ello fue gracias a España.
Por Andrés Mendieta
para : ELINTRANSIGENTE.COM
Enviado por: el autor.
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