martes, 27 de julio de 2010

1-NEGOCIO//2-MONIPODIO//3-SINIESTRO…



TÍTULOS:



1-NEGOCIO.
EL NUEVO NEGOCIO DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Millonarios juicios por delitos de lesa humanidad.
Por Andrea Palomas-Alarcón para el
Informador Público .
Enviado por: Edie Daniel Duré..
Publicado en: .
http://www.informadorpublico.com/ .
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2-MONIPODIO.
Terminemos con el monipodio.
LA VERDADERA SOLUCIÓN...
Por: Hugo Cesar Renés .
Enviado por: Hugo Calzada.


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3-SINIESTRO.
La propaganda: El plan siniestro de los gay.
Es fácil notar que en los medios de comunicación últimamente abundan los personajes y argumentos homosexuales. No es necesario suponer una especie de conspiración. Simplemente, el movimiento gay está librando enérgicamente una batalla de opinión pública.
Por: Por Michael Medved.
Fuente:
www.diario7.com.ar .
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CONTENIDOS DE LOS TÍTULOS:



1-NEGOCIO.


EL NUEVO NEGOCIO DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Millonarios juicios por delitos de lesa humanidad.
Por Andrea Palomas-Alarcón para el
Informador Público .
Enviado por: Edie Daniel Duré.
Publicado en:

http://www.informadorpublico.com/ .



Cuando creímos que todas las “víctimas”, (las desaparecidas y las aparecidas) habían sido indemnizadas; cuando los Jefes Militares y Terroristas habían sido condenados e indultados; cuando todo estaba listo para sellar el pasado y seguir adelante, se sanciona, en 1998, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Fue incorporado al ordenamiento legal argentino, mediante la Ley 26200 con jerarquía constitucional, publicada el 9 de enero de 2007.



Desde entonces, supuestos crímenes -que en el extremo caso de poder ser probados se hallan prescriptos- resucitaron. Resucitaron según la visión parcializada de los mal llamados organismos defensores de los Derechos Humanos porque el mismo Estatuto de Roma dice en su artículo 24 “Irretroactividad ratione personae. 1. Nadie será penalmente responsable de conformidad con el presente Estatuto por una conducta anterior a su entrada en vigor.”



El Estatuto de Roma tipifica el delito de lesa humanidad desde su entrada en vigencia (9 de enero de 2007) en adelante. No existen delitos de lesa humanidad en nuestro país anteriores a esa fecha.



La parcialidad comenzó a revisar las condenas a militares y volvió a llevarlos a juicio. En algunos casos como el emblemático Martínez de Hoz, que había sido absuelto por la Justicia es vuelto a enjuiciar, lo que significa un doble juzgamiento prohibido por nuestra Constitución, por el Estatuto de Roma y todos los Tratados y Convenios firmados por la Argentina con el extranjero.
También fueron perseguidos crímenes que ya habían sido indultados y en otros casos, comenzaron a juzgarse NUEVOS CRÍMENES que nunca antes habían sido denunciados en los más de treinta años transcurridos, como el del caso de Luis Abelardo Patti. Algún secuestrado o torturado, despertó una mañana casi cuarenta años después y, simplemente, recordó e hizo la denuncia. Todo ello en el marco del delito de lesa humanidad, que no puede aplicarse retroactivamente.




COMENZARON LOS JUICIOS .
Los nuevos juicios lanzaron al mundo víctimas como Jorge Julio López, quien había “olvidado” sus torturas y sus victimarios, pero que fue recordando, poco a poco, gracias al ingente trabajo de profesionales que lo “ayudaron” a recordar.



Un hecho casi desapercibido lo configuran los embargos millonarios sobre el patrimonio de los acusados.



Por ejemplo, en el caso de Pablo Eduardo García Velasco, el procesamiento fue acompañado por un embargo sobre su patrimonio de 710 millones de pesos.



En el caso del Tigre Acosta la suma es más modesta, llega a 97 millones. Para Alfredo Astiz es de 93 millones y el resto de los embargos de la megacausa ESMA, van entre los 40 a 500 millones de dólares, llegando a la suma de 1000 en total. Según lo que las Madres de Plaza de Mayo, línea Fundadora han publicado en su página de Internet, el monto total del embargo de bienes de los militares involucrados en la megacausa ESMA haciende a 7139 millones.



En el caso del suboficial retirado Carlos Gaitán, fue embargado por 163 millones de dólares, suma a la que llegó el Juez Torres, multiplicando por de 257 mil, cada una de las 635 violaciones a los derechos humanos.



Luciano Benjamín Menéndez fue embargado -sólo por delitos cometidos en San Luis- por la suma de tres millones de pesos. Los perseguidos a este ex-militar en la provincia de San Juan, llegan a treinta millones de pesos.



Estos montos parecerían simbólicos, como aquellos fallos extranjeros en los que a una persona se la condena a 1000 años de prisión. Los militares involucrados no tienen solvencia para afrontar semejantes indemnizaciones.



La ciudadanía ha tratado con indiferencia los nuevos juicios a militares y policías por la represión. Un creciente fastidio por cuestiones del pasado abandona a los militares y policías a su suerte, en las garras de sus “víctimas”.



¿Cuál será la reacción de esa ciudadanía si descubre que estos nuevos juicios millonarios serán pagados por ella misma con sus impuestos?



El crimen de lesa humanidad, por definición, involucra al Estado. Hasta el cansancio, los mal llamados organismos defensores de los Derechos Humanos han diferenciado el delito de lesa humanidad del terrorismo; el de lesa humanidad sólo podría realizarse desde el Estado. Alguna opinión de la Corte Suprema de Justicia ha apoyado esta postura.



El crimen de lesa humanidad se produce con autorización, apoyo o aquiescencia del Estado o de alguna organización guerrillera. Un Estado cómplice, que como todo cómplice es solidariamente responsable por el pago de indemnizaciones. Repito: EL ESTADO ARGENTINO ES SOLIDARIAMENTE RESPONSABLE DE LAS INDEMNIZACIONES MILLONARIAS DE LOS NUEVOS JUICIOS.



Esto es lo que las organizaciones de derechos humanos no le explican a la ciudadanía. Sólo se habla de embargos sobre el patrimonio de los acusados, no de la responsabilidad última del Estado.



En este momento hay alrededor de 865 militares, policías y civiles en proceso por delitos de lesa humanidad, dice Eduardo Luis Duhalde que faltan otros 1050. Si multiplicamos los ya detenidos (865) por -un promedio por cabeza - de cincuenta millones de dólares (suma bastante conservadora), superamos los U$S 43.250.000.000 CUARENTA Y TRES MIL DOSCIENTOS CINCUENTA MILLONES DE DÓLARES.



La cuenta es tentativa porque estamos hablando de embargos y no de condenas; no sabemos a cuánto ascenderán las indemnizaciones y costas en las condenas pero, en cualquier caso, éstas serán pagadas por el Estado.



La ciudadanía todavía no ha podido acceder a las listas de las personas que recibieron indemnizaciones del Estado por haber estado “desaparecidas” o por tener un familiar “desaparecido”. Tampoco ha podido conocer el monto de dinero que les fue pagado.
¿No podría ser que alguna de estas personas ya hubiese sido indemnizada y vuelva a reclamarle al Estado?



La falta de transparencia, el manejo espurio de la Justicia cuando no, directamente, el prevaricato, está destrozando vidas y mortificando por encima de lo legal a los militares y policías acusados pero, también, están exponiendo al Estado a un saqueo intolerable.



Con menos de la cuarta parte de lo que está en juego, los jubilados podrían cobrar el 82% móvil al que tienen derecho. Hambrearlos sí es un delito de lesa humanidad y el Estatuto de Roma, ya se encuentra vigente.



Dra. Andrea Palomas-Alarcón .
Bme. Mitre 1314 p. 6 "C" .
Cdad. de Buenos Aires .
Tel/fax 4381-6252 .
http://ar.mc1114.mail.yahoo.com/mc/compose?to=andreanett@sinectis.com.ar .
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2-MONIPODIO.
Terminemos con el monipodio.
LA VERDADERA SOLUCIÓN...
Por: Hugo Cesar Renés .
Enviado por: Hugo Calzada..



El hombre común está convencido de que en la actualidad, el país esta a la deriva y cuesta abajo. Como poder ciudadano, no halla esperanzas en el porvenir ni comprende, en su totalidad, la significación de los movimientos de los que, sin saberlo, él mismo forma parte.

Esta realidad tiene que darnos mucho en que pensar, y esa reflexión, quizá nos permita ponerle freno a la exuberancia retórica de nuestros entusiastas políticos, que con sus ineptitudes e inmoralidades hundieron al país, y nos induzca a preguntarnos si ya nos hemos dado cuenta cabal de lo que en realidad estos “señores” están haciendo de la democracia, porque hasta donde yo se, no han suprimido la injusticia ni el favoritismo, ni todos los ciudadanos gozamos de igual forma la prosperidad.

La multitud que ayer aceptó sin cavilaciones las perogruyadas de nuestros demócratas, hoy, con la dura realidad a sus espaldas, empieza a comprender el fondo y el alcance de sus principios (los de la democracia, no la de los funcionarios que no funcionan).

Nuestro sistema constitucional esmeradamente proyectado y formulado de modo de dar a cada cual participación en la expresión de la voluntad general, esta protegiendo hoy un sistema político de partido con el que los padres de la patria ni soñaron, el que en muchas partes del país - o en todo el país - , redujo en la práctica a nuestra teórica democracia a una oligarquía, sin que esta haya podido alcanzar ni siquiera la categoría de una aristocracia.

Con seguridad puedo afirmar que los autores de nuestra constitución de 1853, como así también (aunque sin tanta convicción) los que intervinieron en la última reforma constitucional de 1994, nunca previeron que llegaría un tiempo en el que millones de hombres y mujeres mirarían a "la política" como algo indigno de ellos, ni que el pueblo desarrollara una renuencia a participar en una selección de funcionarios tan manifiesta como la actual.

El campo de actividad como el político que con una que otra excepción debiera atraer las mayores inteligencias de la nación, hoy las repele.

Si la educación y los conocimientos prácticos incapacitan hoy al ciudadano común para la vida política del mediocre que la ejerce, algún defecto debe haber o en nuestra vida política, o en nuestra educación, ¿no le parece?.

Las palabras "política" y "político" - en el sentido de hombre que se ocupa en la política- deben ser rescatadas del oprobio en el que han caído, para devolverles su antiguo significado, en que no entraba en nada deshonroso.

Gran parte de la mala imagen y de la poca inclinación que muchos de nuestros ciudadanos tienen a tomar parte activa en la política se debe, en mi entender, a los efectos desastrosos que causa el sistema degradante de tratar los cargos públicos como dádivas o premios otorgados a los "punteros" por servicios al partido o al gamonal de turno. Este sistema de "colocaciones" (listas sábanas, por ejemplo) es, a todas luces, indigno de la tolerancia de un pueblo.

La democracia que debe emerger en nuestro país, es aquella en la que tiene que haber no solo inteligencia, sino también probidad y energía, todo lo cual nos permitirá poner fin a este decadente e infamante monipodio que estamos viviendo y borrar para siempre de los ojos y de los espíritus de la gente, la desazón y el desasosiego actual.
Hugo Cesar Renés .
DNI 4.583.421 .
http://ar.mc455.mail.yahoo.com/mc/compose?to=Hcr1942@yahoo.com.ar
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3-SINIESTRO.
La propaganda: El plan siniestro de los gay.
Es fácil notar que en los medios de comunicación últimamente abundan los personajes y argumentos homosexuales. No es necesario suponer una especie de conspiración. Simplemente, el movimiento gay está librando enérgicamente una batalla de opinión pública.
Por: Por Michael Medved.

Fuente: http://www.diario7.com.ar/




El crítico de cine y televisión Michael Medved explica cómo es la estrategia gay.

Me parece muy significativo un artículo que apareció en una revista gay llamada Christopher Street en diciembre de 1984. Refleja con gran exactitud lo que ha ocurrido en los medios norteamericanos. El artículo se titula "Waging Peace: A Gay Battle Plan to Persuade Straight America". Los autores son dos dirigentes del movimiento gay, Marshall K. Kirk y Erastes Pill.

En una parte del artículo, los autores dan seis principios para persuadir a los heterosexuales. Podemos reducirlos a tres objetivos básicos.

Primero, insensibilizar y normalizar.
Segundo, insistir en que los gays son víctimas.
Y tercero, satanizar a los defensores de la familia.

He aquí, en concreto, lo que proponen:

«Creemos que lo primero es insensibilizar al público con respecto a los gays y sus derechos. Insensibilizar al público es ayudarle a ver la homosexualidad con indiferencia, y no ya con apasionamiento. Casi cualquier comportamiento empieza a parecer normal si se satura al público. El modo de entumecer la sensibilidad espontánea hacia la homosexualidad es que haya mucha gente que hable mucho sobre el tema en términos neutrales o favorables. Que se hable del tema continuamente da la impresión de que la opinión pública, al menos, está dividida, y de que un sector considerable admite o aun practica la homosexualidad. Incluso los enconados debates entre detractores y defensores sirven para insensibilizar, siempre que salgan a la palestra gays "respetables" que hablen a favor. Lo principal es hablar de lo gay hasta que el tema llegue a resultar tremendamente aburrido».


Presentar a los "gays" como víctimas .

Respecto a este primer punto, yo diría: "misión cumplida". La premonición y exactitud de esta descripción del programa gay es absolutamente extraordinaria.


Los autores prosiguen:

«Dónde hablamos tiene su importancia. Los medios audiovisuales, el cine y la televisión, son claramente los más poderosos creadores de imagen en la civilización occidental. El hogar medio norteamericano consume siete horas diarias de televisión. Esto abre un portillo en el mundo privado de los heterosexuales, por el que se puede introducir un caballo de Troya. En lo que toca a quitar sensibilidad, el medio es el mensaje de la normalidad. Hasta ahora, el Hollywood gay ha resultado ser nuestra mejor arma secreta en la batalla por insensibilizar a la mayoría. Poco a poco, en los diez últimos años, se han ido introduciendo personajes y temas gays en los programas de televisión y en las películas. Ha sido, en conjunto, un proceso alentador».


Recordemos que esto se escribió en 1984. A continuación, los autores hablan sobre sus oponentes:

«Podemos minar la autoridad moral de las Iglesias homófobas presentándolas como retrógadas y anticuadas, desfasadas con los tiempos y los últimos descubrimientos de la psicología. Frente al enorme empuje de la religión institucional, hay que oponer el poder de atracción, aun mayor, de la ciencia y la opinión pública. Semejante no-santa alianza ha demostrado ser una buena arma contra las Iglesias en temas como el divorcio o el aborto. Si se habla abiertamente y en dosis suficientes de la prevalencia y respetabilidad de la homosexualidad, esa alianza puede volver a funcionar».


Después, los autores nos llevan al segundo punto:

«Hay que presentar a los gays como víctimas y no como revolucionarios agresivos. En toda campaña para ganarse al público, los gays deben aparecer como víctimas necesitadas de amparo, para que los heterosexuales se sientan espontáneamente inclinados a adoptar el papel de protectores. Si, por el contrario, se presenta a los gays como un grupo fuerte y orgulloso que promueve un estilo de vida rígidamente inconformista y desviado, entonces será más fácil que sean vistos como una amenaza pública, a la que estaría justificado resistir y reprimir. Por eso debemos vencer la tentación de hacer alarde público de nuestro "orgullo gay" cuando esto entre en conflicto con la imagen del gay como víctima».


Satanizar al oponente .

Entonces los autores abordan el último punto. Han hablado de entumecer la sensibilidad y de normalizar; luego, de presentar a los gays como víctimas; finalmente, hablan de cómo satanizar a sus oponentes.

«En una fase posterior de la campaña por los derechos de los gays, habrá que arremeter contra los que todavía se opongan. Hablando claro: hay que vilipendiarlos. Aquí nuestro objetivo es doble. Primero, hemos de procurar cambiar su arrogancia en sentimiento de vergüenza y de culpa por ser homófobos. Segundo, hay que mostrar al público imágenes de homófobos acérrimos que tengan otros rasgos y creencias desagradables para el americano medio. Entre tales imágenes podrían estar: el Klu Klux Klan pidiendo que se queme vivos a los gays o se los castre; pastores fanáticos del sur que babean de odio histérico hasta el punto de que parezcan cómicos y trastornados; punkies, matones y criminales que hablen en tono amenazador y descarado de los "maricas" que han matado o les gustaría matar; un recorrido por los campos nazis donde se torturaba y gaseaba a homosexuales».

Yo diría que los efectos han sido devastadores. Al ver el plan de batalla tan brillantemente trazado en este artículo, ¿quién pondría en duda que parte del problema, en esta que algunos han llamado guerra cultural, consiste en que un bando está preparado, organizado y firmemente decidido, mientras que el otro bando no está más que empezando a despabilarse poco a poco?


A favor de la familia .

¿Qué hemos de hacer? Hemos de responder con el mismo esfuerzo coordinado y deliberada que han empleado los radicales del movimiento gay. Ellos han insistido en insensibilizar y normalizar, en presentar a los gays como víctimas y en satanizar a los oponentes. Lo que debemos hacer es renormalizar la vida familiar. La lección más importante -de una importancia crucial- es que no llegaremos a ninguna parte si este conflicto se plantea entre defensores de la homosexualidad y contrarios a la homosexualidad. Porque, en ese caso, resulta muy difícil convencer de que no somos simplemente gente hostil, intolerante y antipática.

Nosotros no debemos definirnos como anti-gays; debemos definirnos como pro-matrimonio, y esta es una diferencia esencial. Porque yo soy una de esas personas que creen que la homosexualidad es una amenaza contra la familia, contra el matrimonio y contra nuestro concepto de la eminente santidad de la unión monógama, perpetua y sagrada entre un hombre y una mujer. Este es un criterio primordial que hemos de sostener.

Pero seamos claros: la mayor amenaza contra la familia no viene de la comunidad gay. Viene de la infidelidad, del divorcio, de todas las tentaciones que temen y padecen los heterosexuales en una cultura hedonista. Nuestra respuesta no debería ir específicamente dirigida a los homosexuales o a las cuestiones homosexuales, sino a la necesidad de dignificar, santificar y defender la familia y la institución del matrimonio.

En el segundo aspecto, el de la victimización, tenemos que mostrar cómo se victimiza a la familia. Tenemos que hacer ver cómo se ataca a los padres que intentan defender la inocencia de sus hijos: no sólo en los medios de comunicación, sino también en los colegios, por parte de un Estado cada vez más hostil, y por grupos que promueven todo tipo de libertad de expresión, excepto la de afirmar que el matrimonio heterosexual y monógamo es, sin comparación, algo valioso e importante, por lo que merece la pena luchar.


Destacar lo positivo .

La tercera parte de la estrategia gay, la de satanizar, es la única que no debemos adoptar. No necesitamos satanizar a nadie. Nuestra táctica no debe basarse en la satanización, sino en el amor y la compasión, y ha de destacar lo positivo, en vez de arremeter contra lo negativo de aquellos con quienes estamos en desacuerdo o caricaturizarlos grotescamente. Es una tentación que especialmente las personas de conciencia y de fe deben rechazar de plano.

¿Podemos ganar en esta controversia? Podemos; más aún: debemos. Por el bien de nuestra fe, por el bien de nuestras familias y por el bien de nuestra civilización. Y, sobre todo, por nuestros hijos y nietos, y por su futuro.

* Michael Medved, estadounidense, judío, es crítico de cine y televisión, autor del libro Hollywood versus America (ver servicio 167/92) y, junto con su esposa, Diane, del más reciente Saving Childhood (HarperCollins, Nueva York, 1998). Este artículo es una versión adaptada de su intervención en el simposio "Homosexuality and American Public Life", organizado por el American Public Philosophy Institute en 1997.

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