martes, 7 de septiembre de 2010

1..MANIOBRAS =2..LECCIONES=3..INDICIOS=

TITULOS

1-SE INICIA UNA ETAPA DE GRAVES MANIOBRAS POLÍTICAS E INSTITUCIONALES:
Fuente: el Informador Público:
Por: Carlos Manuel Acuña.
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2-LECCIONES DEL CASO GRAIVER.
FUENTE: – LA NACIÓN – Editorial. 05/09/2010.
La nueva revisión de nuestro pasado trágico ha comenzado a ventilar aspectos sórdidos del otro terrorismo .
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3-LOS ELOCUENTES INDICIOS QUE NUNCA SE INVESTIGARON.
Envío de: Alberto Botta.
Por: Carlos Forte.
Lo que nadie se atreve a preguntar en voz alta: ¿David Graiver está vivo?.
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CONTENIDOS DE LOS TÍTULOS:



1-SE INICIA UNA ETAPA DE GRAVES MANIOBRAS POLÍTICAS E INSTITUCIONALES:
Fuente: el Informador Público:
Por: Carlos Manuel Acuña.

Cristina podría pedir licencia por razones de salud y se pondría en marcha una maniobra de insospechables consecuencias. Informe reservado en la Presidencia. Timerman está “incómodo” por la injerencia de Verbitsky en su cartera. Se evalúa un adelanto de las elecciones y se presionará para intentar que Cobos deje el cargo. De esa manera Pampuro sería una pieza clave para la instrumentación del complejo plan.

Dentro de un marco de estricto secreto pero insuficiente como para impedir que se conozcan sus lineamientos generales, en la Secretaría General de la Presidencia de la Nación se elaboró un documento para exclusivo conocimiento de Cristina Fernández de Kirchner y de su marido, el virtual jefe de Estado y diputado nacional, Néstor Carlos Kirchner. Su contenido de alrededor de un centenar de páginas, redactado básicamente por el titular del organismo Carlos Zannini y el senador nacional Carlos Kunkel, contiene un descarnado análisis de la situación política del gobierno y ofrece una serie de sugerencias -mejor dicho, propuestas- respecto de las medidas que deben adoptarse para evitar una aceleramiento de la degradación por la que transita.

El trabajo también comprende aspectos personales de los principales actores del oficialismo y en tal sentido recomienda que Cristina Fernández solicite un período de licencia por razones de salud. Según parece, algo de cierto rodea a este componente del análisis realizado con toda urgencia ante el convencimiento de que el escenario se le muestra cada vez más adverso al gobierno. El argumento de la licencia presidencial se sustentaría en crecientes dificultades fonéticas derivadas del stress y cansancio derivado de los últimos acontecimientos, entre los cuales cabe subrayar -aunque no se lo menciona taxativamente en el escrito- en las disidencias internas que Cristina no oculta con relación a los últimos pasos que cumplió por instrucciones precisas de su marido.

Algo de esto comentamos en nuestro último informe sobre lo ocurrido con Papel Prensa a partir de los ataques pronunciados en la Casa De Gobierno la semana pasada, ataques que a la luz de sus consecuencias y desmentidos producidos por algunos de sus actores como, por ejemplo, la mayor parte de la familia Graiver, hicieron que la propia Cristina expresara con elocuencia que “Ustedes preparan estas cosas para que yo las diga y en definitiva soy la que pone la cara y soporta la consecuencias”. Palabras más, palabras menos, esta frase resume la situación que habría determinado la voluntad de Cristina para un alejamiento transitorio del cargo. Si esto se produjera en los próximos días como demostración palpable de que el kirchnerismo ingresó en una etapa defensiva en la que corre detrás de los acontecimientos, los principales habitantes de la Casa Rosada y de la Quinta de Olivos consideran que previamente es indispensable lograr, “por cualquier medio”, la renuncia del vicepresidente de la República para que en su lugar se instale el sumiso presidente provisional del Senado, Pampuro, tercero en la sucesión. Además de las concretas razones que existen para que esto se desenvuelva de esa manera, es que hay otra oculta en términos absolutos y que esconde ulterioridades que aún se desconocen: el alejamiento de la Presidente podría ser definitivo.

En tal sentido no se sabe cuál sería el camino que se seguiría para lograr el alejamiento de Cobos que no siente ningún deseo de dejar el cargo y por lo contrario, maniobra en la interna partidaria para convertirse en el candidato de una oposición centralizada en la Unión Cívica Radical.

Cualquier analista sabe que esto no es fácil, pero sin avanzar en esta pesada problemática plagada de competidores con iguales o mejores posibilidades, digamos que en definitiva de lo que se trata es controlar el escenario político con miras a las elecciones que, tal como lo comentamos hace poco, los kirchner piensan adelantar para marzo o abril del año que viene si es que todos estos pasos llegan a cumplirse. Para ello, se planifica que Pampuro anuncie la convocatoria antes de fin de año al margen de cualquier imposición constitucional y con el argumento de que se trata de un “estado de emergencia”. Frente a esa posibilidad, los observadores excesivamente bien intencionados del gobierno -sobre todo Kunkel y Zannini- estiman que una fórmula propia se encontraría en condiciones de ganar en la primera vuelta. “Si hubiera una segunda, podríamos perder” y añaden en su trabajo que en consecuencia se les abriría un escenario plagado de peligros no sólo personales, sino también para su proyecto ideológico que para ellos es tan importante como los intereses personales y las seguridades jurídicas para afianzar su impunidad.

Dicho así, todo esto tiene connotaciones cuasi mágicas, pero la realidad circula alrededor de estos factores llenos de incógnitas acerca de su procedimiento, pero que demuestra el grado de audacia y falta de límites por parte de quienes gobiernan. Concurrentemente, también pone de relieve el grado de preocupación con que el matrimonio y sus asesores más íntimos analizan el futuro inmediato y los escasos márgenes de maniobra que se apretujan día a día.

Podríamos citar muchos ejemplos que van desde temas tan esenciales como el incontrolado crecimiento de la inflación y la caída de los recursos para operaciones sociales -por así llamarlas- con las inevitables pérdidas de influencias sobre aquellos sectores cautivos para su manejo político electoral. De allí, el apuro por llegar a elecciones anticipadas pero además, otras circunstancias menos profundas pero con mayor incidencia instrumental en el corto plazo, dibujan para los Kirchner serias dificultades. Así, podemos consignar el fracaso de Héctor Timerman en lo referente a los ambientalistas de Gualeguaychú y las serias posibilidades de que se renueven los cortes en los puentes de acceso al Uruguay y ya que hablamos de Timerman, debemos señalar que el ministro de Relaciones Exteriores y Culto no puede olvidarse de su nacionalidad norteamericana (¡!) de la que participan al menos su hija, militante en la organización extremista La Cámpora que dirige Máximo, el hijo de Néstor Carlos que, entre otras cosas, tiene previsto un activismo más violento para distraer a la opinión pública de todo lo que ocurre.

Los excelentes contactos que Timerman posee en Nueva York le hicieron saber que la próxima visita de Cristina a los Estados Unidos no podría soslayar el tema de la libertad de prensa amenazada por el empeño apropiador de los Kirchner sobre Papel Prensa. Más aún, Timerman, al recomendar que este conflicto se deflacione al máximo antes del viaje, no dejó de señalar que una parte del capital accionario del Grupo Clarín pertenece a un sector de notable influencia en los Estados Unidos. Por lo tanto es comprensible que durante las últimas horas se haya podido registrar “un parate” en este asunto por parte del gobierno, lo que no quiere decir que se abandone el objetivo de controlar la producción local de papel de diario y de avanzar en todo lo atinente al cercenamiento del libre ejercicio del periodismo escrito, radial, televisivo y especialmente, el cibernético.

Todo esto tiene sus bemoles obvios y reservados. Si Timerman no logra mantener sus recomendaciones, puede quedar profundamente sumergido en este conflicto y salir eyectado hacia el infinito tal como lo señalamos oportunamente. Él lo sabe, no ignora que no maneja al Palacio San Martín y hasta mencionó las molestias que le produce la injerencia del agente de inteligencia Horacio Verbitsky en su cartera.

Como puede apreciarse, el escenario no sólo es complicado sino que vaticina momentos peligrosos de los cuales sólo es un anuncio parcial el auge de la inseguridad pública y el reciente descubrimiento de una partida de casi un millar de fusiles de asalto Kalashnikov, lo que es motivo de infinitas preguntas y suposiciones. Por cierto, algunas de ellas giran en torno del tráfico de drogas con rumbo norte desde nuestro territorio y otras no menos importantes, como lo es la tantas veces denunciadas actividad de militares venezolanos que son portadores del “pensamiento” y propuestas Chavistas para el continente, las cuales son discutidas y fomentadas en las llamadas “organizaciones sociales” que dirigen desde Luis D'Elía, Emilio Pérsico, Milagro Sala y organizaciones “campesinas” que especialmente en Santiago del Estero, Jujuy, otras provincias hasta un distrito porteño tan extendido y poblado como La Matanza. Si alguien se toma el trabajo de investigar lo que sucede dentro de las cuatro paredes de determinados salones del Hotel Bauen, podrá obtener una respuesta parcial de lo que ocurre o podrá suceder. Pero nada más que parcial, pues el tema tiene otras honduras que oportunamente analizaremos.

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2-LECCIONES DEL CASO GRAIVER.
FUENTE: – LA NACIÓN – Editorial. 05/09/2010.
La nueva revisión de nuestro pasado trágico ha comenzado a ventilar aspectos sórdidos del otro terrorismo .

El recuerdo del caso Graiver ha abierto una especie de revisión de la revisión de los crueles años del terrorismo subversivo y del terrorismo de Estado con el que se le respondió.


Sobre este último fenómeno había muchísimos aspectos ventilados, con juicios formales, acusaciones y condenados a prisión en cárceles comunes. Más de cien de ellos han muerto en prisión, algunos sin condena ni respeto por reglas básicas que, desde el siglo XVIII, han regido en el derecho penal, como es la de estar formalmente imputado por algún delito. En aquella condición se encuentran algunos de los varios centenares de militares y miembros de cuerpos de seguridad detenidos por presuntos crímenes de lesa humanidad.


Pero con el caso Graiver se han comenzado a ventilar una vez más aspectos sórdidos del otro terrorismo, el que carga sobre sus espaldas con unos mil asesinatos y ninguna condena porque los responsables han sido amnistiados no una, sino dos veces.
Todo eso era de sobra conocido, salvo algunos datos que salen a la luz y conspiran contra la solidez de la historia oficial amañada en estos años.


La avalancha de imputaciones contra los crímenes que se cometieron desde el Estado había oscurecido lo obrado por la contraparte. Se había logrado neutralizar en la memoria colectiva, a partir de una propaganda intensa, repetitiva y sistemática, los procedimientos por igual brutales y simétricos empleados por bandas que, en la dispersión, buscaron antes refugio en países democráticos que en los autoritarios de la extrema izquierda.


Ninguna "juventud maravillosa" pudo haber cometido, como efectivamente ocurrió, unos veinte mil hechos de violencia en la década bárbara que padeció la Argentina. Ahora han salido a la luz, en una de esas jugarretas impensables del destino, aspectos penosos de falsos héroes en el tráfico de influencias e imposturas: actitudes de pícaro travestismo político, extorsiones y defraudaciones cruzadas, invención de identidades y generación de cuantas bajezas pudieran florecer en la tierra humedecida por sangre de inocentes y de quienes se entregaron a la lucha en nombre de diferentes banderas.


A raíz del caso de quien más acá en el tiempo y en otro escenario habría sido un espectro parecido al de un financista al servicio de ETA en España, se proyectan desnudas las imágenes de quienes pretendían abrigarse con ropajes impropios, aunque de elaborada sastrería teatral, para el papel de verdad asumido en el pasado.


Mucho antes se habían desintegrado grupos ciudadanos de la valía como el que significaron en los años de plomo las Madres de Plaza de Mayo, que han merecido nuestra consideración por la lucha en aquel tiempo. Además de su escisión temprana, nos referimos a los compromisos de carácter no sólo político de uno de esos alineamientos con el Gobierno. Del otro lado, libre de tales datos contrastantes, han quedado las Madres de la Línea Fundadora.


Bien ha dicho Victor Hugo, en Noventa y tres, novela histórica sobre el gran año del terror en la Revolución Francesa, que a las bellaquerías les gusta ser presididas por una virtud. El caso Graiver no es más que un síntoma de la descomposición perceptible en franjas de peso en la política nacional. Eso trasciende, por su importancia, al ciclo eventual de los Kirchner en el Gobierno.


Los días que corren han sido testigos de farsas trágicas, pero también de conductas que han compensado con creces, a veces por lo inesperadas, otras por lo autorizadas, el desánimo que podría haber cundido en una parte de la ciudadanía. Sin ellas, hubiera sido un exceso difícil de soportar el cuadro de un país sometido a tamaña sucesión de prácticas políticas que agobian y no siempre encuentran remedio en la Justicia.


El caso Graiver ha abierto, a pesar de todo, el proceso de revisión de la revisión del pasado tumultuoso de hace 34 años. Ha puesto al descubierto el caudal de hipocresía con el se concibió una historia acomodaticia para la facción que quiso, por aquellos años, apoderarse del poder a los tiros, con bombas, secuestros y extorsiones de magnitud desconocida hasta entonces. Con haber logrado eso, el caso Graiver habrá hecho bastante.

No es necesario llegar, como respuesta de la ecuanimidad que alguna vez deberá consagrarse, a la condena de los protagonistas de tales delirios del terrorismo de los años setenta. No sería lo mejor para la pacificación nacional. Lo fundamental será preservar siempre un trato equivalente para quienes, de uno y otro lado, hirieron con su violencia fuera de la ley a la República y dejaron una huella grave e inolvidable.


Al conocer los alcances de aquella dolorosa experiencia, los argentinos entenderán mejor que antes que no puede haber, en una sociedad pacífica que se respete y aspire a vivir con libertad, espacio alguno para quienes lucran con los principios más elevados de un Estado de Derecho y con el sacrificio y la sangre de sus muertos. Los especialistas en derecho constitucional y derecho penal internacional deberán aprovechar las crudas lecciones de todo esto y los hombres de Estado tomar nota de sus reflexiones.

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3-LOS ELOCUENTES INDICIOS QUE NUNCA SE INVESTIGARON.
Envío de: Alberto Botta.
Por: Carlos Forte.

Lo que nadie se atreve a preguntar en voz alta: ¿David Graiver está vivo?.


En medio de la bizarra discusión en torno a Papel Prensa, una cuestión ha sido pasada totalmente por alto y allí radica una cuestión fundamental para entender parte de la trama que hoy se discute: ¿Murió David Graiver en agosto de 1976 o fue un acto simulado?

Las sospechas se hacen carne cuando uno analiza ciertas cuestiones puntuales, las cuales han sido olvidadas ya por la goma de borrar del olvido.

Todo empezó la mañana del sábado 8 de agosto de 1976, cuando los diarios nacionales aseguraron que “en un accidente aéreo ocurrido cerca de Acapulco perdió la vida e banquero argentino David Graiver”.


La información se conoció textualmente así: “Tenía 35 años de edad y una red bancaria internacional con sedes en la Argentina, Estados Unidos y Bélgica. Graiver era, al parecer, el único pasajero del avión accidentado, un Falcon birreactor, matrícula N-888-AR, arrendado a la empresa Hansa, de Houston, Texas. El comandante de la aeronave capitán Michaen Bann y el copiloto, Kevin Barnes, también murieron en el accidente que se produjo en la zona montañosa del estado de Guerrero, unos 20 kilómetros al este de la ciudad de Chilpancingo”.

Sin embargo, hay puntos que jamás han terminado de cerrar. La patrulla de auxilio recién pudo alcanzar a las 11:00 de la mañana del día 8 las estribaciones del cerro El Burro, donde a las 3:55 horas se había estrellado el aparado que habría llevado a Graiver como único pasajero. Según las actuaciones fue Arturo López Ramírez, de 18 años de edad, el primero en llegar hasta los restos despedazados y calcinados del avión, sólo reconocible por la matrícula pintada en su cola que resultó intacta. A las 17 hs, los rescatistas sólo habían logrado reunir tres manos, un cuero cabelludo de mechas largas y rubias y un pedazo de torso, apenas la piel, y una bolsa de intestinos humanos. Nada más. Ni un reloj, ni un botón o medallita, menos un documento o fotografía familiar. Y algo muy extraño: tampoco un solo hueso humano, que son muy difíciles de destruir. Pero, como se dijo, en el avión viajaban tres personas, los brigadistas distribuyeron los restos en tres bolsas de plástico.

A las seis de la tarde llegó el licenciado Elías Añorve López, agente del Ministerio Público Federal en Chilpancingo, en compañía del doctor César Peña Cámara, director del hospital civil de la capital del Estado de Guerrero. Los acompañaban dos hombres desconocidos en la región: Isidoro Graiver, que se dijo hermano de David y Emilio Valerio Fernández, que fue presentado por Isidorito como periodista mexicano. Nadie ha explicado cómo hizo Isidoro para que seis horas después de encontrados los restos ya estuviese, lo más campante, en el mismísimo lugar del siniestro.

Los socorristas, les presentaron a los recién llegados los restos encontrados. Y fue allí donde dicen los documentos de la crónica que Isidoro dijo textualmente: Es mi hermano. El mismo vello en el pecho, indicando el pedazo de tórax encontrado, sin cabeza ni extremidades, que le exhibían. Palabras que hasta el final de esta historia fueron tomadas como verdad irrefragable. Reforzando estos dichos el desconocido periodista Fernández (que según Isidoro era mexicano; sin embargo los pobladores rurales de Chilpancingo dijeron en sus testimoniales que tenía acento argentino), agregó en seguida: "Es verdad, ésta es la camisa que usaba David cuando salió de Nueva York". Se estaba refiriendo a un trozo de género azul que aún se mantenía adherido a la piel del tórax mutilado.

El médico habría mirado indiferente los restos y no se recuerda que haya dicho algo. Hubiera llevado tiempo y esfuerzo analizar los restos para determinar las edades de los tejidos, los grupos sanguíneos, las huellas dactilares de las manos encontradas y otras pericias muy elementales. Pero nada de esto se hizo. Ni la prensa argentina, siempre venal y antinacional, preocupada entonces por el cheque de la Solidaridad Justicialista, hizo hincapié en este detalle fundamental. De donde se deduce que al galeno lo llevaron por una formalidad y apercibido por instrucciones muy claras de los malhechores.

Cuando esta cuadrilla de deudos y notables llegó de regreso a Chilpancingo, ya era noche cerrada. El licenciado Elías Añorve López, el periodista Emilio Valerio Fernández y el señor Isidoro Graiver tuvieron en esa vigilia una larga conversación a puertas cerradas, por lo que nadie sabe de qué hablaron. Y siendo éste un incidente público, que ya había dado la vuelta al mundo, y de sencillez extrema, no se explica el por qué de tanto hermetismo. No obstante ello, en sede judicial, Añorve López dice que estuvo toda esa noche consolando a Isidoro.

Los restos mortales encontrados entre los pedregales y maniguas del cerro El Burro fueron entregados al día siguiente a Luis Ramón Romero, gerente de la Funeraria Gómez, de Chilpancingo, quien se hizo cargo de la bolsa de plástico donde había sido colocado el pedazo de tórax examinado como perteneciente a quien en vida se llamó David Graiver, de 35 años de edad, de profesión banquero. Los empleados de la funeraria cubrieron los restos con mucha cal (un procedimiento frecuente en estos casos, pero que destruye cualquier evidencia que pudiera servir a los peritos con posterioridad), los introdujeron en un ataúd, el cual fue entregado a Isidoro Graiver, quien se los llevó ese mismo día a la ciudad de México.

¿Y colorín colorado, este cuento ha terminado? No: dos días después del accidente llegaron dos funcionarios de la aviación civil de los Estados Unidos. No pudieron encontrar la caja negra, el cofre a prueba de golpes e incendios que registra los datos necesarios para reconstruir las maniobras y verificar el funcionamiento de un avión en vuelo antes de sufrir un accidente. El jet Falcon en el que supuestamente viajaba Graiver debió llevar una caja negra. Los delegados norteamericanos para el caso Chilpancingo trabajaron durante 20 días en el terreno con la ayuda de unos 30 voluntarios del lugar en busca de la caja negra, dado que lo exigía la compañía de seguros. Nunca apareció. Ni aparecerá, por lo visto.


Más misterios.

Según Carlos Sainz, el controlador aéreo que estaba de guardia la noche en que se estrelló el avión en el que viajaba David Graiver en el aeropuerto Los Amates, de Acapulco, la ruta seguida por el avión era de buen tiempo para la navegación y estaba bien balizada. No había posibilidades de error. El piloto había mantenido contacto con él minutos antes de su accidente, diciéndole que su altura de vuelo era de 37.000 pies (un poco más de 11.000 metros). Luego le habría ordenado que descendiese hasta los 19 mil (alrededor de 5.700 metros). Pero no entendía cómo pudo bajar hasta los 9.000 pies (2.700 metros, más o menos), que fue la altura registrada en el altímetro de la nave cuando lo rescataron de entre las ruinas del accidente.

También agregó Sainz en sus declaraciones, que había formaciones de nubes con probabilidad de tormentas en la ruta, pero el tiempo era apto para el vuelo observado. Por esta razón alguien pensó que podría ser un rayo el que alcanzó a la nave en vuelo. Pero esto no pudo ser, porque el avión hubiese estallado en el aire. Consecuentemente los restos habrían quedado diseminados en varios kilómetros y los despojos humanos no estarían quemados. De donde se deduce que el avión chocó contra la montaña. Sin embargo lo extraño es que el piloto no intentara dar aviso por radio. Y el circuito con la torre de control permaneció abierto porque, siendo el único avión en vuelo en aquel cielo, ya había anunciado su propósito de aterrizar en Los Amates. Por ello es que todos permanecieron atentos.

El torso velludo de quien dicen fue de Graiver, fue cremado por disposición de su hermano Isidoro, en el Panteón Civil de Dolores, de la Ciudad de México: en él se congregan los restos mortales de todos los héroes mexicanos. Sus monumentos fúnebres rivalizan en imaginación y belleza. Al fondo, una chimenea de ladrillos rojos anuncia el crematorio. La empleada, completamente inadvertida, muestra la página del libro de los registros de incineraciones en una página que dice escuetamente: Agosto 10, año 1976. David Graiver, argentino, 35 años, fallecido el 7 de agosto en Chilpancingo, Guerrero. Certificado de defunción extendido por el agente del Ministerio Público Federal, Licenciado Elías Añorve López. Empresa funeraria: Galloso. Entró a crematorio hora 13 y 30. Cenizas retiradas: hora 19.30.

Traduciendo esto, significaría que se tardó seis horas para reducir a cenizas un torso humano de 0,196 m³, algo nunca antes visto. En fin, los operarios dijeron en su momento que ese tiempo empleado se debió a que los desechos estuvieron recubiertos de cal. Una cal que le colocaron los de la funeraria que sabían que los restos habrían de ser cremados.

Lo extraño es que no se pudieron sacar fotocopias de esa carilla y esa hoja foliada fue arrancada del libro sin conmiseración. El administrador de la necrópolis, un señor de apellido Mendoza, dijo que el folio faltante debió ser arrancado porque un empleado lo había manchado y resultaba impresentable. De forma que, este delito macabro, dejó de serlo rendido por la necesaria prolijidad de la documentación pública.

Cuando estaba vivo Cátulo Ortiz Ventura, un mancebo que hacía de cuidador de la finca ubicada en Paseo de la Reforma 2491, tuvo el desequilibrio mental de hacer declaraciones sobre Graiver a un diario mexicano. Esta fastuosa residencia se encontraba ubicada en el exclusivo barrio Lomas de Chapultepec, en las afueras de Ciudad de México, donde David Graiver y su familia pasaban sus días durante su permanencia en la capital mexicana. Pero revisando los registros del catastro, resultó que la propiedad, modelo "nuevo rico" con teléfono blanco y mucama con delantal y guantes blancos incluidos, era propiedad del arquitecto Humberto Alvarez, quien al saber que se lo andaba buscando, porque él fue uno de los que dicen vio a David Graiver con vida después del 8 de agosto de 1976, desapareció mágicamente. Por ello se sabe que Graiver alquilaba aquella mansión a don Álvarez por la friolera de 2.000 dólares mensuales.

Lo que dijo Cátulo Ortiz Ventura al periodista del diario fue textualmente: "Pues, verá usted; lo que ocurrió es que un mes después del accidente vino mi patrón, el arquitecto Álvarez acompañado de un señor, un licenciado de México, que quería arrendarle esta casa. Mi patrón le dijo que no se la podía alquilar, porque ya la tenía alquilada a don David, que ahora estaba en los Estados Unidos y pronto volvería. Entonces el licenciado le preguntó: ¿Pero, cómo, no es que se murió? No, explicó mi patrón, Graiver está ahora en los Estados Unidos y en cualquier momento se me aparece por aquí, pues tiene todo pago por algún tiempo".

Los empleados del crematorio colocaron en una urna funeraria las cenizas del cadáver de David Graiver. Lidia Papaleo, la segunda esposa del financista, salió de México con la urna. Nunca se supo hacia dónde. También llevaba el certificado de defunción de David Graiver, extendido por el agente del Ministerio Federal de Chilpancingo. Isidoro Graiver y el periodista Emilio Valerio Fernández acompañaron a Lidia Papaleo en los trámites de cremación de los restos.

El broche de oro de la historia se dio en el Registro del Círculo de la Prensa Mexicana, ya que no figura entre los periodistas profesionales ningún Emilio Valerio Fernández. En los círculos periodísticos de Buenos Aires es absolutamente desconocido. En el Registro de las Personas de México no había ningún Emilio Valerio Fernández, a pesar de ser el apellido Fernández verdaderamente abundante (los argentinos sabemos mucho sobre los Fernández). Pero el Valerio hace de impedimento para que este coso se transforme en una persona real. Lo mismo ocurre en la Argentina. De manera que este Emilio Valerio Fernández, a quien las autoridades mexicanas debieron pedirle sus documentos, es un desaparecido.


Concluyendo.

Es difícil pensar que Graiver, otrora aportante del Estado de Israel y protegido pro su servicio secreto, el Mossad, pudiera ser “desaparecido” tan fácilmente. El periodista Juan Gasparini, en su libro sobre Graiver da cuenta de ello: “La CIA tenía un perfil preciso del banquero argentino. Figuraba en la lista de protegidos del Mossad. Todo Estado defiende a los banqueros que le son útiles, mucho más Israel, que depende de la asistencia exterior. Sobre todo de la diáspora judía, cuyos epicentros americanos, como se sabe, están en los Estados Unidos y en la Argentina”.

En fin, si Graiver no ha muerto, ¿adónde se encuentra? ¿Por qué Lidia Papaleo omite hablar de esa cuestión? ¿Qué pasaría si Graiver de pronto apareciera vivo?

Por ahora, preguntas sin respuesta.

Carlos Forte
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