lunes, 6 de abril de 2009

COMIENZA LA SEMANA SANTA

Queridos amigos,

Hoy comienza la SEMANA SANTA. Ahora sí va a producirse y nosotros vamos a contemplar aquello para lo que la Iglesia nos ha preparado durante cuarenta días. Se va a desarrollar ante nuestros ojos aquella muerte que es la única fuente de nuestra vida.


Todas las miradas se dirigen desde ahora -después de la entrada
triunfal, todo es llanto, todo es luto en la liturgia- al CALVARIO, a aquel mediodía del decimocuarto día del mes de Nizan.


- Al momento crucial del mundo.


- Al que todas las creación miraba ansiosamente desde la creación del mundo.


- Hacia el cual todos volveremos los ojos hasta que la trompeta del juicio proclame que el tiempo ha terminado.


- Es una hora definitiva en un día definitivo, pues, antes que el tiempo existiera, aquella hora había sido decretada. Será el momento en que se cumple lo de San Pablo: "se humilló y se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz"...


Es una
hora en que Jesús va a cumplir "las cosas de mi Padre". La inocencia lleva sobre sí el pecado, para que nosotros, los pecadores, podamos ser salvados.


¿Qué es esto? ¡Qué misterio!... Pero es la CRUCIFIXIÓN DE DIOS.


¿Lo creemos así nosotros?


Creemos con toda el alma que el sacrilegio que aquí se conmemora produjera la salvación?
¿Creemos que aquella muerte sea la única fuente de toda nuestra vida?


¡Ay! ¡Qué acostumbrados estamos a ver crucifijos!


¿Miramos al crucifijo como los primeros cristianos?


¿Miro yo al Crucifijo y digo con San Pablo: "me amó y se entregó por mí"? Miremos con fe:


- ¡Miremos como miró María!


- ¡Estemos presente como Ella estuvo!


Pero
¡estemos!...Con Ella. Como Ella.


En esta semana, y especialmente el
Viernes Santo, quedémonos junto a la Cruz para hacer reparación a Dios Padre por nuestros pecados, por todos los pecados del mundo.


Esta es la
reparación: Quedarse al lado de la Cruz, cuando todo el mundo lo ha abandonado, cuando todos los poderes del mundo, civiles, sociales, religiosos le han conducido a la cadena ignominiosa y al cadalso criminal.


Eso es lo que espera Jesús: desde la Cruz mira hacia abajo y encuentra un rostro que comprende, un rostro vuelto hacia el suyo,, como estaba el de su Madre...esa es la reparación que espera su Corazón. ¡Podemos consolar el Corazón de Dios!


¡Esto es ser cristiano!, por eso el grito de San Pablo:
¡Hoc enim sentite ni bovis quod et in Christo Jesu!

La única manera que seamos salvados!...La única...

Se Humilló


Se hizo obediente


Hasta la muerte


¡La única manera de que el mundo se salve! ¡Que vuelva a Cristo! y a su sacrificio! ¡Que vuelva a la Misa! Y nosotros: ¡Basta de cristianos de nombre solamente! ¿Que nuestra vida sea una Misa, pues si no es una Misa, será un desastre!


Queridos hermanos: es hora de elecciones claras y extremas; los límites están hoy claramente marcados:
O estamos al pie de la Cruz con María, o estamos entre el gentío que vocifera ante la Cruz... O somos miembros del cuerpo místico de Cristo, o miembros del "cuerpo místico" del anticristo.


Hoy no hay terreno neutral: el mundo, todo el mundo crucifica a Cristo...su cuerpo sangra y su Madre llora.


No hay isla retirada que podamos huir...


No hay más opción que Cristo o el anticristo.


En esta Semana Santa y desde ahora para siempre. ¡Qué honor estar el lado de Cristo!
¡Qué oportunidad!...¡Como María!..¡Qué gloria!


Estar a su lado cuando Él no tenía a nadie más a su lado.


Padre Luis M. Canale

INTROIBO Hoja mensual de la Capilla Nuestra Señora de Fátima
Rodríguez Peña 125 - Martínez / Tel 4793-3692
FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PÍO X

Un envío de: Genaro Soto.

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