martes, 19 de mayo de 2009

Por qué las críticas en Israel al papa Benedicto XVI

Jerusalén (Tierra Santa),
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18 May. 09 (AICA

“Benedicto XVI no vino a Tierra Santa para tomar partido político, ni siquiera por su propio partido", comentó a la agencia Zenit el padre Thomas D. Williams, teólogo estadounidense, profesor de la Universidad "Regina Apostolorum" de Roma, quien cubrió la visita del Papa para el canal CBS News, de la TV estadounidense. "No vino sólo como representante de la Iglesia católica, sino en nombre de cada implicado, en nombre de la humanidad misma".

El padre Williams, dice la nota de Zenit traducida del inglés por la periodista Nieves San Martín, confesó que esta reflexión le fue suscitada al ver cómo continuaron las críticas locales ante los hechos y dichos del Santo Padre. "No puedo ayudarle pero elevo mi corazón a Dios en gratitud por este amable Papa alemán. Me di cuenta de cómo su misión es única en esta tierra rota en facciones de continuas disputas que van desde la tierra hasta las minucias doctrinales".


"Benedicto -explicó el padre Williams- habló en nombre de los judíos, alabando su herencia religiosa y defendiendo su derecho a la seguridad y autonomía. Habló en nombre de los palestinos y su derecho a la soberanía y libertad. Habló en nombre de los musulmanes, recordándoles lo mejor de su tradición religiosa con sus profundas convicciones y sentido culto al único Dios. Habló por los cristianos en su difícil estado de pequeña y sufrida minoría. En una palabra, habló a todos y para todos".

Según el padre Williams, "esta es la singularidad de la voz y el mensaje del Papa".

"Paradójicamente -aclaró-, en medio de toda la manipulación del mensaje de Benedicto XVI y de todas las protestas por que no se alineó lo suficiente con ningún grupo, vimos la grandeza y singularidad de su presencia aquí. Ningún otro líder en el mundo podía hablar con la misma autoridad moral o imparcialidad. Su verdadero rechazo a ejercer la política partidista fue la causa de que a menudo su mensaje fuera rechazado".


Para ilustrar lo que quiso decir, el sacerdote puso un ejemplo. Uno de los que levantaron las mayores pestes sobre la supuesta falta de remordimiento del Papa por la Shoá fue el rabino Ysrael Meir Lau, presidente del Memorial Yad Vashem: calificó el discurso del Papa como "sin compasión" por la horrible tragedia de los seis millones de víctimas.

"Si usted logra ver la emisión televisiva del acto, Lau era ese tipo que estaba a la derecha del Papa y que parecía haber comido algo especialmente desagradable a su estómago", indicó. Resulta que el rabino Lau no es ajeno a las críticas al papado. Fue también incansable a la hora de desacreditar al papa Pío XII, incluso cuando esto signifique distorsionar la verdad.

El padre Williams recordó que "durante las conmemoraciones en Berlín en 1998 del 60º aniversario de la Noche de los Cristales Rotos -el hecho ocurrido el 9 de noviembre de 1938, y que dio inicio a la era de las persecuciones de judíos en Alemania- Lau, entonces rabino jefe de Israel, fue invitado a hablar. En su apasionado discurso, hizo la pregunta condenatoria, ¿Pío XII, dónde estabas? ¿Por qué permaneciste en silencio durante la Noche de los Cristales Rotos?"

Al día siguiente, indicó el padre Williams, dos periódicos italianos pusieron este titular, con el subtítulo "El vergonzoso silencio de Pío XII". "El único problema -señaló el padre Williams- es que Pío XII fue elegido recién en marzo de 1939, cuatro meses después de la Noche de los Cristales Rotos. Pese a ello no vi que el rabino Lau haya expresado remordimiento por su difamación de Pío XII".

En su vuelo a Israel, el padre Williams tuvo oportunidad de releer "la cándida autobiografía de Benedicto XVI, 'Mi vida'" y comentó: "Es impactante una vez más el ver cómo su propia infancia fue cruelmente interrumpida por la subida de Hitler al poder, y cómo mucha buena gente alemana fue injustamente embreada con una brocha nazi. Si se creen las críticas a Benedicto XVI, cualquiera que vivía en Alemania entre 1930 y 1940 es necesariamente culpable de asociación con el nazismo".

Afortunadamente, añadió, "algunas voces judías importantes empiezan a oírse en Jerusalén invitando a los críticos a dejar de lado las críticas al Papa. Por ejemplo, Noah Frug, presidente de la Unión de Organizaciones de Sobrevivientes del Holocausto en Israel, dijo que las críticas al pontífice eran exageradas. ‘Vino aquí para acercar la Iglesia y el judaísmo, y deberíamos ver su visita positiva e importante'", añadió Frug.

El sacerdote analizó otro ejemplo, las palabras que pronunció el Papa en Belén para expresar su sentida solidaridad con los sufridos palestinos y para afirmar la posición de la Santa Sede de reconocimiento de dos Estados.

Dirigiéndose al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, el Papa dijo: "La Santa Sede apoya los derechos de su población a una soberana patria palestina en la tierra de vuestros antepasados, segura y en paz con sus vecinos, en el interior de unas fronteras reconocidas internacionalmente".

"En teoría -añadió el padre Williams-, esto no debería provocar desacuerdo, dado que la postura oficial del Estado de Israel coincide con la de la Santa Sede. Israel, también, afirma el derecho de los palestinos a una patria soberana, una vez que tal arreglo se pueda hacer factible sin detrimento de la seguridad de Israel. Por supuesto, ahí está la dificultad".

El comentarista habló con personas de diversos ambientes y experiencias, y algo que todos parecen tener en común, comentó, es el sufrimiento: "Cada uno trata de decirme las adversidades e injusticias sufridas, o personal o históricamente. Cada uno tiene una historia de aflicción que contar. Ninguno parece recordar haber cometido ninguna injusticia sino solo recuerda haberla sufrido. Y no puedo dejar de preguntarme, en una tierra de tanto dolor y pena, una tierra cuya gente se enorgullece de ‘recordar’ si en esta ocasión el olvido podría ser la virtud más necesaria".

Y concluyó recordando que en Belén "Benedicto XVI urgió a los cristianos a ‘ser puente de diálogo y cooperación constructiva en la edificación de una cultura de paz que reemplace el presente punto muerto de temor, agresión y frustración'. Es lo que él mismo se esforzó en ser, con su presencia, sus palabras y su paciente decisión de predicar persistentemente la Buena Noticia".+

Fuente: AICA –

Toda la información puede ser reproducida parcial o totalmente, citando la fuente.

Un envío de: A.C.Mastropierro


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