miércoles, 4 de marzo de 2009

LAS FFAA Y LA HOMOSEXUALIDAD



DESDE AHORA LAS FFAA DEBEN ADMITIR HOMOSEXUALES.

La política en la Argentina hace rato que ha dejado de ser una mera pelea de perros por el hueso. Eso sigue existiendo, porque la "dirigencia" corrupta e inepta sólo está compuesta por perros. Pero esas peleas son permitidas e instrumentadas por una política mucho más peligrosa, con actores que el público no conoce o no conoce en su verdadera dimensión. Esta última es la política es la dominante, es la que marca el rumbo y a ella sirven todos los miserables de la "dirigencia" cuyo único objetivo es enriquecerse como sea y lo más rápido posible.

Las acciones humanas se definen por su fin, por su objetivo. ¿Cual es el objetivo de esta política dominante? Hay muchos indicios para percibirlo pero para eso hay que tener un mínimo de inteligencia, de honestidad intelectual, de independencia de los "popes" de la prensa y una cierta cultura.

Le ruego anotar esta lista de tesoros intelectuales porque si le falta alguno, no entenderá nunca lo que quiero decir pero sería bueno que la adoptara como programa de recuperación para llegar a ser lo que debe ser. Si no quiere serlo, si prefiere vegetar en la mediocridad y en la servidumbre sin entender nada de lo que le pasa, puede seguir como está. Es cosa suya, pero cuente con mi total menosprecio.

La política de las peleas perrunas es la que llena las páginas de los diarios y las horas de radio y televisión. Es una política con minúscula que no interesa sino a los frivolos que en realidad envidian a esos perros: ellos quisieran tener menos escrúpulos y más poder para participar de la arrebatiña de los ladrones.

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La otra política es la de la lucha entre ángeles y demonios y es parte del drama humano que se desarrolla continuamente en una lucha a muerte entre el Bien y el mal y en la cual los hombres se mueven por Dios o contra Dios. En esta política con mayúscula los malos llevan las de ganar desde hace mucho tiempo.

Cuando se escriba la Historia de la Argentina de este final del siglo XX y principios del siglo XXI, con la perspectiva del tiempo se verá que lo que aquí está en juego no son las retenciones a la exportación de granos, ni las alianzas de la Sra. Carrió o de Macri, ni las divisiones, subdivisiones, farsas y contorsiones del peronismo, ni los interminables bla-bla-bla de los radicales, ni las rabietas de Kirchner, ni las excursiones de su mujer, ni lo que dicen los comentarios pseudo-inteligentes de Morales Solá o de Grondona. Todo eso me aburre hasta el letargo.

Lo que aquí está en juego es la lucha entre una secta invisible pero eficiente de perversos que trata de convertir la Argentina en un Estado marxista y una sociedad que se resiste a aceptarlo por pura inercia y por los hábitos moribundos que aún le quedan de la sociedad cristiana que alguna vez fuimos. Esa sociedad se siente agredida por aquella secta, pero no quiere que se le diga que esa secta existe ni quiere que se le explique cómo actúa y mucho menos aún quiere actuar valientemente para destruirla.

Si fuéramos capaces de ver la situación de este modo, aprenderíamos a descartar la cháchara de la prensa y a detectar, en el cúmulo de las noticias, cuales son las que van mostrando la pata de la secta y el grado de resistencia de la sociedad a sus manejos y a que distancia estamos de que esa resistencia sea quebrada. ¿Qué hay más importante y más actual que eso?

* * *

Para ilustrar lo que quiero decir, tomemos un ejemplo: la situación de las FFAA. Ese es un asunto mil veces más importante que la supuesta separación de tres o cuatro peronistas del bloque kirchnerista en el Senado. Sin embargo, a esto último la prensa le dedica amplio espacio y "sesudas" reflexiones mientras que sobre las FFAA no dicen nada o muy poco.

Hay más de 400 oficiales presos en condiciones infrahumanas, sin juicio, ni sentencia, ni esperanza alguna de ser tratados con imparcialidad y se ha tendido sobre ellos un manto de silencio. Sólo de vez en cuanto aparecen quejas airadas de los sirvientes de la izquierda porque se demora su condena, como si la hipótesis del desprocesamiento o su absolución fuera descartable. Y cada vez que nombran a uno de ellos le agregan invariablemente un calificativo como "represor", "genocida" u otro semejante.

Pero eso no es todo. El 13/8/08 escribí un artículo (nro.864 de "La botella al mar") titulado "La demolición de las FFAA continúa sin prisa pero sin pausa" y el 22/11/2007 publiqué un informe del diario "Río Negro" sobre la calamitosa situación de las FFAA.

Ese informe -que no fue reproducido en ningún diario de Buenos Aires- entre otras calamidades denunciadas, dice que quedan apenas 18.000 soldados de los 100.000 que había durante el gobierno de Alfonsín y que la munición utilizable que tiene el ejército sólo le alcanza para combatir 2 horas y 40 minutos (ver. nro 2111 de "Correo del Lector", del 22/11/2007, titulado "El ejército ha sido reducido casi a la nada"). En base a esos datos escribí un artículo el mismo 22/11/2007 titulado "Cuadro de situación y plan de acción" (nro.823 de "La botella al mar").

Ninguna de estas escandalosas noticias produjo ni la más mínima emoción en los "buenos patriotas".

Ahora nos enteramos que esta vigente el nuevo sistema de justicia militar propiciado por la tiranía. El diario "Clarín" tituló la noticia así: "A PARTIR DE HOY LAS FFAA DEBEN ACEPTAR HOMOSEXUALES EN SUS FILAS" (edic. del 7/2/2009, pag. 12). Y el 3/3/2009, el mismo diario en su pag. 35 publicó una solicitada del ministerio de defensa resumiendo las principales novedades de ese "nuevo sistema" confirmando que la homosexualidad será considerada normal.
Ante semejante decisión -contra la cual nadie ha protestado- es de temer que las FFAA empiecen a expulsar a los hombres. Eso no sería "discriminación", según la filosofía moderna. Puede ocurrir que un hombre se queje de ser acosado por un homosexual o que éste lo acuse de haberlo mirado mal o de no haberlo saludado con el afecto que espera para que el hombre salga disparado de las filas.

Una de las características de esta embestida del homosexualismo es que los homosexuales y sus asociaciones tienen un inmenso poder de presión política y mediática y no exigen apenas respeto sino sumisión, sumisión lisa y llana, una severa autocensura para que a nadie se le ocurra siquiera discutir la moralidad de cosas como esta y eso bajo las más severas amenazas.

Moralmente minadas, desarmadas, desprestigiadas, perseguidas, ¿qué queda de nuestras FFAA? Muy poco, y lo poco que queda es de temer que estén dispuestas a servir a la tiranía en su marcha hacia el marxismo.

En la perspectiva de la lucha entre el Bien y el mal, que es la trama de la Política con mayúscula, ¿no es acaso este bombazo contra las FFAA mil veces más importante que los caprichitos de Felipe Solá, Reutemann, Macri, Carrió o cualquier otro de los enanos que circulan por el escenario de la política perruna? Obviamente sí, porque implica que la Nación está inerme frente a sus enemigos externos e internos. Pero, ¿a quién le importa?

Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com
Fuente: La botella al mar.

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