FRAY ANGÉLICO
Fraile antes que pintor, fue un artista de temática exclusivamente religiosa, que con sus obras se proponía edificar al espectador.. Esta postura respecto al arte y la composición de sus obras, basada a menudo en esquemas miniaturistas heredados de su supuesto maestro Lorenzo Monaco, convierten a fra Angelico en un artista e trasfondo medieval. A pesar de ello, para cumplir su finalidad, su ideología tenía que expresarse en un lenguaje pictórico moderno, que encontró en la pintura de Masaccio, a la que enriqueció con una aportación genial: la luz, utilizada con una finalidad inmediata no naturalista sino estética y expresada mediante un uso inteligente del color. Delicadeza, severidad eclesiástica y distinción estarán siempre presentes en sus obras. Combina su progresivo conocimiento de la naturaleza con la firmeza dogmática del concepto, la permanente expresión de amor y la dulzura celestial de las figuras. A pesar de la pervivencia de un ritmo gótico lineal muy marcado en las figuras, prescinde, no obstante, de aquella cualidad abstracta que aparecía en Monaco. Los pliegues de los ropajes pierden su carácter blando, todo se convierte en más fuerte y firme, y la creciente claridad de color ya no tiene un carácter decorativo, sino que sirve para acentuar la plasticidad; el cuerpo se hace más visible, el espacio se organiza de una manera más consistente y la perspectiva y profundidad de visión se hacen más usuales. A partir de 1433 se aleja de su anterior preciosismo e introduce, por influencia de Masaccio y Donatello, motivos arquitectónicos imitando la antigüedad.
María cruza las manos sobre el pecho en señal de que acepta la misión que Dios le ha encomendado. Según la tradición, cuando se le apareció el arcángel Gabriel, María estaba leyendo
Uno de los encantos del cuadro es la figura del arcángel Gabriel -el mensajero mayor de Dios- que adopta un aire muy grave ante la transcendencia del mensaje que porta. Sus alas son de una gran belleza, y es probable que Fra Angelico estudiase de cerca las de las aves: cada una de las plumas está pintada con exquisito detalle.
Después de pecar, Adán y Eva son expulsados del paraíso, sin otra ropa para tapar su desnudez que unas pieles que les da Dios. En contraste,
Bibliografía
Argan, G.C. (1968), Fra Angelico. Barcelona. Carroggio S.A. de Ediciones. 128 p.
Baldini, Umberto (1972), La obra pictórica completa de Fra Angelico.
Barcelona. Noguer y Caralt Editores. 120 p.
Baxandall, M. (1981), Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento.
Barcelona. Gustavo Gili. Col. Comunicación visual. 2ª ed. 201 p.
Monreal, L. (1978), La pintura en los grandes museos. Museo del Prado. Barcelona. Planeta. Vol. 1, pág. 100
Pope-Hennessy, J. (1952), Fra Angelico. Londres. Phaidon.
Una colaboración de: Genaro Soto.
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