jueves, 19 de marzo de 2009

ESA IMAGEN HERMOSA



Este escrito, lo realicé como homenaje y agradecimiento a mi esposa, en mi convalecencia durante los primeros meses del en el año 2001. Y creo, también, que es un justo homenaje a ella hacerlo público.





Supo acompañarme, desde la oscuridad hasta la luz









ESA IMAGEN HERMOSA


-Cuando estuve mal, cuando creían que dejaba este mundo, había alguien que, noche y día, velaba en la cabecera de mi lecho…

-Serena, estoica, con una sonrisa, pero con una gran tristeza en sus ojos enrojecidos, por llorar a escondidas,…o para adentro.

-Corría presurosa en busca del médico o de una enfermera, ante cada convulsión, no dormía por cuidarme.

-Sufría en silencio mi frontalización de violencia verbal, y ella, por ser la que estaba siempre cerca, recibía los embates de mi ira.

-Recibió con altura y resignación la noticia: “le quedan ocho días a dos meses, a lo sumo”.

-Tuvo la fuerza de las fortalezas de su alma,…y con sensatez, se hacía cargo de todo…se partía en mil pedazos, entre los amigos que llegaban para acompañarme en lo que creían eran mis últimos días, mis amados hijos, mis familiares, y yo, que en mi impaciencia, no comprendía lo que ocurría.

-Cuando pude hablar, apenas caminar algo, ella y mi hijo mayor, con lágrimas en los ojos, pero con entereza sin igual, recibieron mi decisión de: cómo debía ser el velatorio, el entierro, donde quería que descansaran mis restos y como deseaba que fueran mis últimos días.

-Ella, esa imagen delgada, de pelo rubio, se hacía trizas interiormente, pero seguía constante en su esfuerzo, …y yo,… no la comprendía-

A veces pienso (ya estoy bien y puedo pensar con claridad), ¿Qué hubiese sido de mí sin ella, sin ese amor intenso que me daba, sin esa comprensión tan grande que tenía por mis miserias humanas (Misericordia)?.

Me cuesta escribir, porque se me empañan los ojos con lágrimas, cuando la recuerdo, y al recordarla se inunda todo mi ser con una dulce paz.

Esa imagen hermosa, delgada de pelo rubio, a la cual admiro y le debo tanto, le estoy tan agradecido y le pido perdón, es: ¡MI ESPOSA!

Si mi amor,… sos vos,…si antes te amaba muchísimo, ahora mi amor por vos es inconmensurable. Y me preocupa… ¿Cómo hacer para que seas feliz, para demostrarte todo ese amor que siento por vos, y todo el perdón que, de vos, necesito por mi incomprensión?

¡TE AMO!


AUTOR: Héctor Fernando Petricic

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