miércoles, 9 de septiembre de 2009

ENERGÍA ¿QUO VADIS MISIONES? (2)

REALIDAD ENERGÉTICA ACTUAL DE MISIONES Y TODA ARGENTINA

Es importante analizar que Argentina se encuentra sumida en la mayor crisis energética de nuestra aún breve historia, y por cierto la Provincia de Misiones no se halla fuera de ese contexto.

Misiones no posee gas natural, petróleo, carbón fósil, ni está conectada a ningún gasoducto. Tampoco puede afirmarse que hipotéticamente podría autoabastecerse en el rubro de biocombustibles, pues nuestra tierra es poco propicia para cultivos muy demandantes de nutrientes, pues por regla general la capa fértil es pobre, muy vulnerable si se le quita la cubierta protectora, y de pocos centímetros de profundidad, debajo de la cual existe piedra. En muchos lugares incluso los grandes bloques de roca afloran en la superficie, siendo escaso el suelo rojo profundo. No es por cierto el mejor lugar para producir biocombustibles en escalas masivas.

En síntesis, no es coherente suponer que esta provincia pueda autoabastecerse en materia de combustibles. Y afirmar –como pretendió hacerlo cierta persona, a la sazón titular de una diputación nacional en ese momento- que “con el hidrógeno podemos reemplazar al petróleo”, es un absurdo que movería a risa, de no ser por lo trágico que es tener ese escasísimo nivel de conocimientos en personas con poder de decisión…sin más comentarios. Claro está que un razonamiento similar –de muy dudosa inocencia- hizo Daniel Montamat, precisamente uno de los artífices y responsables principales de la extranjerización de los hidrocarburos, y por ende de su agotamiento prematuro.

Tampoco Misiones es zona de vientos constantes y fuertes, por lo que las afirmaciones de ciertos grupos ultra ecologistas de “reemplazar las grandes hidroeléctricas con energía eólica” son disparates sin ningún sustento técnico (¿eólicas sin vientos?); habida cuenta además de la inexistencia de otras grandes usinas convencionales en el NEA –excepto Yacyretá- para compensar las bruscas variaciones de frecuencia y tensión que caracterizan a las eólicas que no están “moderadas” precisamente por otras centrales.

Y pretender reemplazar las grandes hidroeléctricas con paneles solares, solo puede ser afirmado por ignorantes supinos, o por embaucadores sin escrúpulos. Dados los bajísimos rendimientos de los paneles solares, reemplazar –malamente, pues no funcionan de noche ni en días lluviosos o nublados- las grandes hidroeléctricas por energía solar requeriría tachonar prácticamente poco menos que toda la superficie provincial, con paneles que solo tienen una vida útil de entre 20 a 25 años; muy diferente a las hidroeléctricas bien construidas, que con mínimo mantenimiento son prácticamente eternas (las presas romanas para provisión de agua, aún están en servicio, ¡2.000 años largos después de construidas!, y muchas hidroeléctricas en servicio pasaron largamente el siglo de vida útil).

Un factor de crucial importancia estratégica es poseer en el propio territorio provincial suficiente Potencia Instalada como para abastecer la propia demanda. ¡No es lo mismo operar como simple consumidor –comprador- de energía eléctrica en el SADI (Sistema Argentino de Interconexión), que ser proveedor –vendedor- de energía! La confiabilidad técnica del SIP (Sistema Interconectado Provincial) es muy diferente si depende de usinas instaladas en territorio propio y con transformadores al pie de presa de las grandes hidroeléctricas binacionales, para el abastecimiento provincial; que depender de una o más conexiones al SADI, que puede sufrir un mega apagón por falta de potencia u otros problemas técnicos, como estuvimos “al filo de la navaja” hace escasos dos años.

La Potencia Instalada y la Generación Media Anual de las usinas instaladas en Misiones no alcanzan para cubrir más que entre el 25 y el 30 % de la demanda actual, demanda que es previsible se duplique en una década, y que se cuadruplique en dos décadas o poco más.

Por su parte el SADI (Sistema Argentino de Interconexión) está al borde del colapso. Y para Misiones tampoco es bueno depender en gran medida del abastecimiento externo, pues no deben olvidarse las penurias y altos costos –además de incumplimientos contractuales- que la Historia Energética de Misiones muestra, respecto a la importación de energía de Acaray.

A la vez debe considerarse que prácticamente todo el Sistema Interconectado Provincial de Misiones es muy antiguo, posiblemente al borde de la obsolescencia (tiene casi medio siglo, sin mayores ampliaciones o mejoras, en sus tramos troncales), y ya seguramente al límite de sus capacidades técnicas, por lo que las ampliaciones de demanda como las previsibles producirán otros cuellos de botella, que demandarán costosas y prolongadas –en el tiempo- inversiones.

A nivel nacional falta Potencia Instalada (usinas en buen estado), y esa carencia se acentuará previsiblemente con el incremento de la demanda, tal como lo prueban irrefutablemente las proyecciones de las curvas históricas de Argentina, así como datos comparativos de otros países del mundo. Lo mismo ocurre con la capacidad real de generación, sobre todo en épocas de picos de consumo.

Para acentuar ese cuadro de situación, como resultado del modelo neoliberal impuesto en el “proceso”, continuado por el alfonsinato, y exacerbado durante el menemato y delarruato, es excesivamente alta la preponderancia de los hidrocarburos (petróleo y gas básicamente) en la matriz energética nacional, pues superan el 90 %, porcentaje que ni siquiera países fuertemente exportadores de hidrocarburos no alcanzan por ser un derroche absurdo, además de mostrar alta vulnerabilidad estratégica.

Peor aún, es sabido que nos estamos quedando sin hidrocarburos, pues nuestras reservas comprobadas de gas natural y petróleo, fueron diezmadas por “las eficientes empresas privadas”

Parece elemental, pero la actual muy profunda crisis energética general que no por casualidad aqueja a Argentina, es soslayada o supuestamente ignorada por diversos actores con poder de decisión –dirigentes políticos, empresariales, sindicales, académicos, comunicadores sociales, etc-; tanto a nivel nacional como provincial. Lo que resulta evidente es que esos actores con poder de decisión no tomaron conciencia de la extrema gravedad de la situación, que de no resolverse sistemática y coherentemente, condicionará fuertemente e incluso podrá llegar a impedir el desarrollo socio económico argentino –y consecuentemente de Misiones-. Pero claro está, como el subdesarrollo crónico es uno de los perversos objetivos del ecologismo cavernario, a los militantes recalcitrantes del ultra ecologismo esa realidad no solo no les preocupa, sino que se regodean con ella.

Hoy más que nunca, oponerse a las usinas hidroeléctricas, es oponerse irracionalmente al desarrollo socio económico. Y de ningún modo resulta aceptable que los grupúsculos de fanatizados militantes del ultraecologismo, con la anuencia de dirigencias que no estén a la altura de sus responsabilidades, y con el facilismo cómplice de ciertos comunicadores sociales ansiosos de “triunfos fáciles” o de repetir los “pensamientos ecológicamente correctos”; nos condenen al caos energético, y con él al subdesarrollo crónico.

Es bien sabido que hoy al pensamiento científicamente bien fundamentados se lo denigra con argumentaciones falaces, pero repetidas hasta el cansancio. Y tapándolo casi todo aturde la usual vocinglería del ecologismo cavernario, el cual es títere del nefasto Club de Roma, el mismo que pretende perpetuarnos en el subdesarrollo, en base a la nefasta filosofía del “crecimiento cero”; operando como muchas otras ONGs con financiación y libretos emanados desde Gran Bretaña, sus empresas y aliados del G 7, aunque por supuesto existe el “voluntariado” que opera ad honorem, previo lavado de cerebros, operación para la cual son muy aptos y preacondicionados, los ex militantes ultras del marxismo, anarquismo y otras corrientes políticas similares, aunque todo “snob” carente de patriotismo es muy bienvenido en el variopinto movimiento ultra ecologista, el cual también es terreno fértil para la corruptocracia siempre ávida de “votos fáciles” y otras componendas de baja catadura y exentas del más elemental patriotismo.


C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ.

Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNAM.

Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – F.I. UNAM.

Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA.

Docente de Economía – EN10.

Docente del Diplomado Superior en Geopolítica – Centro de Estudios Estratégicos, Geopolíticos e Investigaciones Científicas de Misiones "Gral San Martín" – ICM.


Es un envío desde Posadas, Misiones, del Lic Jorge Nelson Poma


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