1-EL "COCKTAIL" DEL PODER
Envío del autor.
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2-¿Y nosotros?
Envío y colaboración de: Lucio V. Tourlouruou
Fuente: EL PAÍS 18-04-10
Montevideo
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2-¿Y nosotros?
Envío y colaboración de: Lucio V. Tourlouruou
Fuente: EL PAÍS 18-04-10
Montevideo
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1-EL "COCKTAIL" DEL PODER
Autor: Cosme Beccar Varela .
correo@labotellaalmar.com
1-EL "COCKTAIL" DEL PODER
Autor: Cosme Beccar Varela .
correo@labotellaalmar.com
Envío del autor.
No sé si por mala fe o por ignorancia voluntaria o por tontera incurable, son muchos los argentinos de las "clases cultas" que se empeñan en creer que este gobierno es débil, que no llega al 2011 o que en el 2011 será derrotado, y otra serie de sandeces como esa de que "el que gobierna en realidad es Néstor y no Cristina", etc.
No sé si por mala fe o por ignorancia voluntaria o por tontera incurable, son muchos los argentinos de las "clases cultas" que se empeñan en creer que este gobierno es débil, que no llega al 2011 o que en el 2011 será derrotado, y otra serie de sandeces como esa de que "el que gobierna en realidad es Néstor y no Cristina", etc.
Huelga decir que esta clase de opiniones, son insistentemente sugeridas desde la prensa supuestamente opositora y supuestamente agredida por el gobierno. Y como las "clases cultas" son cada día menos inteligentes se "tragan" esas sugerencias con anzuelo, hilo y caña incluidos. Y eso con verdadera fruición, porque les permite decirse “antikirchneristas” sin molestarse en actuar como tales y más aún, les evita arriesgar una uña en el intento.
Lamento desengañarlos una vez más, como lo vengo haciendo desde que empezó la usurpación de los Kirchner para convertirse en una tiranía rapaz. Lo haré sin demasiadas esperanzas de que un número ponderable de los fieles lectores de “La botella al mar” se convenza. Pero no importa, aquí quedará escrito para que el quiera entender, entienda y coincida, o lo discuta con buenos argumentos
Aviso desde ya que, si coincide, tiene obligación de actuar usando contra la tiranía los únicos medios que nos ha dejado y sobre los que he escrito también muchas veces. Si no lo hace, será reo de lesa Patria. Si no coincide y cree que tiene buenos argumentos, pero no los expone, será reo de lesa inteligencia y de lesa Patria.
Sostengo que el sistema al cual pertenece este gobierno está fuerte porque tiene todo el poder, que lo usa en forma tiránica y que seguirá tanto tiempo cuanto quiera, por sí mismo o por medio de sus reemplazantes previamente consentidos, a no ser que se tope con una fuerza superior.
Si sigue, terminará destruyendo las bases tradicionales, morales e institucionales de nuestra Patria para convertirla en un Estado socialista e inmoral.
Y lo pruebo mostrando que todos los factores de poder están en manos de este sistema y, por lo tanto, del gobierno tiránico que hoy lo representa.
Esos factores son los siguientes:
1) Perversos cerebros conductores.
2) Afinidad ideológica del periodismo.
3) Apoyo del poderoso bloque neo-comunista .
4) Simpatía de los países “democráticos”.
5) El monopolio político .
6) Apoyo discreto del alto clero .
7) El dinero 8) Las FFAA .
9) Los jueces.
10) La policía.
11) Las patotas .
12) Cobardía, pereza o tontera de los “buenos patriotas” .
* * *
Veamos cada uno de estos “ingredientes” del “cocktail” del poder.
1) Perversos cerebros conductores. Hay un cerebro por detrás de la coherente, constante, exitosa y dominante política de esta tiranía. No es el infradotado Kirchner quien pudo imaginar y realizar una maniobra riesgosísima, pero exitosa, como el descabezamiento de las tres FFAA a los tres días de usurpar el poder en el 2003. Le ahorro la mención de otros casos pero tengo varios, si todavía tiene dudas. Ese cerebro no tiene competidor capaz de enfrentarlo. Hace lo que quiere porque el poder lo tiene él. Elige el cómo, el qué y el cuando con total libertad de acción.
2) Afinidad ideológica del periodismo. Por más que algunos periodistas ataquen la corrupción que reina en el gobierno, eso no afecta la línea central de su política, que es ideológica. Y en ese campo, los periodistas que tienen acceso a la gran publicidad, son afines. Luego, jamás lo atacan en ese frente que es, sin embargo, esencial y decisivo.
Por ejemplo, hoy (26/4/2010) “La Nación” publica un editorial titulado “La idoneidad en la función pública”. El título permitía esperar que empezaría por decir que esta especie de bailarina de cabaret que funge de presidente, es obviamente inidónea para el cargo y que debe ser destituida por un juicio político. No. Se pierde en vaguedades acerca de un boxeador que sirve al “sacador de ojos”, Moreno, que habría sido promovido a no sé qué cargo; sobre la Srta. Marcó del Pont que se sienta en el sillón de presidente del Banco Central, etc. O sea, nada de los que realmente importa. Luego, la editorial y su título son un “bluff”.
3) Apoyo del poderoso bloque neo-comunista. Por más que los “optimistas” creen que el comunismo fue derrotado y que ya no existe, sigue existiendo y con más fuerza que nunca porque ahora, además de tener 8.000 bombas nucleares (una sola basta para destruir Nueva York), tiene toda la plata que produce el capitalismo al cual copia en sus métodos lucrativos, pero no en la propiedad privada ni en la libertad personal, y hoy tenemos ocho países marxistas en América en vez de uno (Cuba) como había antes de la “perestroika”. Ese bloque apoya a la tiranía kirchnerista totalmente. (Valija de Antonini, financiación venezolana, visitas a Cuba, contratos con Rusia, negocios con China, etc.)
4) Simpatía de los países “democráticos”. Los países “democráticos” están gobernados en su mayoría por gobiernos socialistas, empezando por los EEUU (aunque Obama debe por ahora caminar despacio por la fuerte oposición de la opinión pública norteamericana). Esos gobiernos están mucho más cerca de la izquierda que de la derecha.
Y los que se dicen “ de derecha” no son otra cosa que payasos, como Berlusconi, dispuestos a hacer cualquier cosa que les convenga. Si no apoyan financieramente a los estafadores oficiales de la Argentina es porque la plata esta primero que las simpatías y prestarle plata a gente que no paga no es digerible para sus banqueros. Pero en todo lo demás, le dan su apoyo moral y político con entusiasmo. Y eso es mucho, ¡muchísimo!
5) El monopolio político. Este es uno de los ingredientes del “cocktail” que es más difícil de probar en el “tribunal” del tonto. Porque el tonto cree que hay una verdadera “oposición” que ganó las elecciones en Octubre del año pasado. A pesar de que la conducta de esos supuestos “opositores” demuestra hasta la saciedad que no son obstáculo alguno para los planes de fondo del gobierno, el tonto sigue pensando, por ejemplo, que Cobos, con su cara de idem, es un opositor de hierro. O que Macri, porque le niegan la transferencia de la Policía Federal, es un enemigo mortal de los Kirchner, a pesar que no hace mucho dijo que cada día es más peronista y bien se sabe que entre peronistas no hay cornadas…
6) Apoyo discreto del alto clero. El alto clero de vez en cuando emite unos textos confusos, profusos y difusos que el periodismo interpreta como un acto de oposición. Sin embargo, leídos con atención, producen la misma impresión que leídos en diagonal: o sea, son una nada de nada envuelta en papel de colores.
Sin embargo, los sucesores de los Apóstoles, los pastores de una grey oprimida y postergada, conducida "volens nolens" hacia el marxismo, tendrían tanto que decir que no bastaría una declaración anodina cada seis meses sino que sería indispensable un torrente de pastorales de fuego aptas para convocar a una resistencia heroica y aún al martirio, si fuera necesario. Nada de eso. Sólo palabrerío, hasta chabacano como el de Mons. Bergoglio, apto para producir sumisos resignados a su suerte e inducidos al infierno…
7) El dinero ¿Cuántos venales se puede comprar con un presupuesto de u$s 40.000.000.000 por año, disponibles a voluntad, ya que las partidas de la antigua ley de presupuesto han quedado abolidas y el PE hace lo que se le da la gana con el Tesoro?
8) Las FFAA. La FFAA han sido depuradas al revés: todo oficial de honor ha sido postergado y todo oficial venal ha sido promovido. Esos oficiales venales, aunque no sean marxistas, apoyarán el marxismo de esta tiranía aunque tengan que abandonar a su suerte a 600 oficiales hacinados en los campos de concentración en que yacen. Diría aún más: aunque tengan que traicionar a la Patria. El día en que las FFAA sean substituidas por las fuerzas irregulares del gobierno, hasta se prestarían a entrenar a los nuevos “mazorqueros” del régimen. Una vez que el honor está perdido, todo lo demás viene por añadidura.
9) Los jueces. Los jueces, especialmente los penales que son los que le interesan al régimen, son los jenízaros del sistema. Ellos están dispuestos a retorcer la ley para que diga lo que quieren que sus patrones diga. Y la defensa del mejor abogado se estrellará contra una voluntad prevaricadora predeterminada. ¡Ay de aquel a quien le sea iniciado un proceso, por ejemplo, por una denuncia de una “madre de plaza de mayo”! Su sentencia está dictada antes de empezar el juicio.
10) La policía. El general más graduado, el que tenga más mando de tropa, el politico más popular, no es nada ni nadie y carece de toda defensa si una madrugada golpea su puerta LA POLICÍA y se lo lleva preso. Puede terminar en una cárcel a disposición de un juez penal de los que tiene el gobierno a sus órdenes o puede acabar de un balazo en la nuca, dentro del auto que lo lleva, como Calvo Sotelo en la España de 1936.
Y la Policía, con vergüenza o sin vergüenza, hace lo que el gobierno le manda.
11) Las patotas. Por si quedara algún resquicio en este tinglado siniestro del poder, están las patotas. Si alguien se atreve a salir a la calle para oponerse o hacer un acto para denunciar a esta tiranía, las patotas de ella (una minoría de fascinerosos al mando de una infra minoría de ideólogos del odio) le impedirá manifestarse. Ya lo dijo la Dra. Hilda Molina cuando una patota le impidió presentar su obra en la Feria el Libro de este mes: “Es lo mismo que hacen en Cuba para silenciar la oposición”.
El piquete de Gualeguaychú, análogo a los de todos los días en Buenos Aires, son los dueños de la vía pública, como si la policía no existiera. Si algún opositor auténtico, silenciado por la prensa, carente de fondos para pagar publicidad, intentara expresar sus ideas en un acto público en la calle o donde fuere, podría ser silenciado fácilmente por estas patotas violentas e impunes, que pueden llegar hasta el asesinato sin que haya posibilidad (ni voluntad) de identificarlas y castigarlas.
12) Cobardía, pereza o tontera de los “buenos patriotas”. Para completar todo este aparato que parece invencible, está la masa inerte de los “buenos patriotas” que se deja engañar, que vive en la luna, que no quiere pensar, no quiere entender, no quiere actuar, ni quiere empeñarse como lo haría si le dijeran que con eso puede ganarse un millón de dólares. ¡Habría que ver cómo se agitaría y esforzaría un “buen patriota” para ganar plata y qué fácil es dejarlo inmóvil si se trata de luchar por la Patria!
Sin embargo, es de esa masa es que podría surgir una oposición auténtica. Convirtiéndola en un flan masticable, como lo hacen con gran astucia con la ayuda de la “prensa opositora”, el último ingrediente del “cocktail” del poder está en la coctelera. Y mediante una musculosa agitación, sale de ese recipiente el codiciado y poseído PODER indestructible.
¿No le parece que es así? Si no le parece, espero que me refute. Se lo agradecería mucho.
Cosme Beccar Varela
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2-¿Y nosotros?
Envío y colaboración de: Lucio V. Tourlouruou
Fuente: EL PAÍS 18-04-10
Montevideo
Ex Presidente de la República
Sí, es la ética.
JULIO MARÍA SANGUINETTI
Dice Tzvetan Todorov que Mandela y Desmond Tutu han adquirido "una consideración de sabios excepcionales". Sin embargo, añade, "nadie parece dispuesto a imitar su ejemplo y sustituir la justicia punitiva por la justicia reparadora".
Según el criterio de los líderes sudafricanos la "punitiva" es la que impone el respeto a la ley abstracta, con sus consiguientes sanciones; la "reparadora" no tiene como objetivo proteger un orden jurídico sino permitir a los culpables y víctimas volver a vivir juntos. "Para nosotros", dice Tutu, "la armonía social es el sumum bonum, el soberano bien. Todo aquello que es susceptible de comprometer esta armonía debe ser evitado como la peste".
Estas reflexiones poseen en estos días una ejemplar ilustración en la película "Invictus", formidable realización de Clint Eastwood, que narra el esfuerzo gigantesco de Mandela para impedir que la población negra, humillada y martirizada durante más de medio siglo, buscara venganza. "El perdón ensancha el alma", dice allí Mandela, encarnado en el rostro y la voz de Morgan Freeman.
Este es el espíritu que predominó en el retorno democrático del Uruguay, el cambio en paz, que primero amnistió a los guerrilleros y luego a los militares. En el primer caso nadie impugnó, pese a que la amnistía beneficiaba incluso a criminales de sangre que no habían estado un día presos. En el segundo, aplicando una moral discriminatoria, activos movimientos -aún vigentes- insistieron en la necesidad de "juicio y castigo".
El pueblo, sin embargo, ratificó la ley que amnistió a los militares, primero en 1989 y ahora en la última elección, veinte años después. Pero ni este pronunciamiento popular ha detenido el impulso vengativo de quienes se autoerigen en heraldos de una justicia que se niega a sí misma.
Ahora se habla ya de algo delirante, que es declarar "inexistente" una ley que votó el Parlamento y ratificó la ciudadanía doblemente. Hasta el Dr. Korzeniak ha dicho que eso es imposible pero, con soberbia antidemocrática, se sigue adelante, pretendiendo atropellarlo todo.
Su prédica se basa en que los delitos cometidos por militares merecen un tratamiento distinto a los de los guerrilleros. Los que mataron a policías, soldados y civiles en nombre de la revolución, los que secuestraron embajadores y empresarios como mecanismo de chantaje, los que pusieron bombas en restaurantes y centros de estudio, los que asesinaron a un pobre trabajador simplemente porque "los vio", esos merecen el perdón y hasta el homenaje porque lo hicieron en nombre de lo que sería "una causa superior" (causa que hoy abandonaron todos por fracasada).
Los militares y policías, en cambio, que desorbitados por el conflicto también torturaron y mataron, esos sí serán criminales para siempre y no merecen la menor consideración.
Moralmente es insostenible ese doble criterio. Como insoportable la presunta superioridad ética con que hoy se predica la venganza contra militares que perdieron el poder.
Quienes estuvimos en contra del golpe de Estado y de la dictadura desde la primera hora y con nuestras armas -pacíficas- le combatimos hasta lograr su fin y retornar a la democracia, no podemos aceptar esa impostura.
Por cierto que el tema es ético. Y eso es lo que planteó el Presidente Mujica cuando propuso que los presos de más de setenta años pudieran cumplir su sanción en la casa, como ya lo dispone con generalidad la ley.
Esto no es sino cumplir con un mandato constitucional que establece que "en ningún caso se permitirá que las cárceles sirvan para mortificar, y si sólo para asegurar a los procesados y penados, persiguiendo su reeducación, la aptitud para el trabajo y la profilaxis del delito".
Cuando se trata de condenados que por su edad ya no son susceptibles ni de entrenamiento laboral ni de una eventual reeducación, impedir que cumplan la sanción en su casa es, simplemente, ensañamiento. Como lo fue el otro día llevar al Juzgado a un condenado en silla de ruedas y con un balón de oxígeno sólo para ser notificado de una sentencia.
El Presidente fue guerrillero y bien procesado y preso por delitos que cometió. Así como fue indebidamente maltratado luego en la cárcel dictatorial. Felizmente, fue amnistiado en 1985 y volvió a la vida civil. Supo así de todas las situaciones, las legales y las ilegales, las represalias y el perdón. Hoy, al pie de su éxito personal, procura no incurrir en la venganza, como lo ha dicho repetidamente.
Desde otro espacio político, quienes estuvimos enfrente de la guerrilla como enfrente del golpe de Estado, coincidimos con ese espíritu y nos lamentamos de que el Frente Amplio le impida al Presidente actuar como siente.
Veinticinco años después del retorno de la democracia y a más de cuarenta de los episodios delictivos, ¿tiene sentido exigir venganza? ¿No se advierte que el cambio en paz tanto operó, que el pueblo uruguayo ratificó por dos veces la ley de caducidad? ¿No se aprecia que hemos retornado a una convivencia pacífica y que ella no debe ser agredida por acciones de ensañamiento que manchan a quienes desde el poder las ejercen y enquistan odios que ya debieran diluirse?
2-¿Y nosotros?
Envío y colaboración de: Lucio V. Tourlouruou
Fuente: EL PAÍS 18-04-10
Montevideo
Ex Presidente de la República
Sí, es la ética.
JULIO MARÍA SANGUINETTI
Dice Tzvetan Todorov que Mandela y Desmond Tutu han adquirido "una consideración de sabios excepcionales". Sin embargo, añade, "nadie parece dispuesto a imitar su ejemplo y sustituir la justicia punitiva por la justicia reparadora".
Según el criterio de los líderes sudafricanos la "punitiva" es la que impone el respeto a la ley abstracta, con sus consiguientes sanciones; la "reparadora" no tiene como objetivo proteger un orden jurídico sino permitir a los culpables y víctimas volver a vivir juntos. "Para nosotros", dice Tutu, "la armonía social es el sumum bonum, el soberano bien. Todo aquello que es susceptible de comprometer esta armonía debe ser evitado como la peste".
Estas reflexiones poseen en estos días una ejemplar ilustración en la película "Invictus", formidable realización de Clint Eastwood, que narra el esfuerzo gigantesco de Mandela para impedir que la población negra, humillada y martirizada durante más de medio siglo, buscara venganza. "El perdón ensancha el alma", dice allí Mandela, encarnado en el rostro y la voz de Morgan Freeman.
Este es el espíritu que predominó en el retorno democrático del Uruguay, el cambio en paz, que primero amnistió a los guerrilleros y luego a los militares. En el primer caso nadie impugnó, pese a que la amnistía beneficiaba incluso a criminales de sangre que no habían estado un día presos. En el segundo, aplicando una moral discriminatoria, activos movimientos -aún vigentes- insistieron en la necesidad de "juicio y castigo".
El pueblo, sin embargo, ratificó la ley que amnistió a los militares, primero en 1989 y ahora en la última elección, veinte años después. Pero ni este pronunciamiento popular ha detenido el impulso vengativo de quienes se autoerigen en heraldos de una justicia que se niega a sí misma.
Ahora se habla ya de algo delirante, que es declarar "inexistente" una ley que votó el Parlamento y ratificó la ciudadanía doblemente. Hasta el Dr. Korzeniak ha dicho que eso es imposible pero, con soberbia antidemocrática, se sigue adelante, pretendiendo atropellarlo todo.
Su prédica se basa en que los delitos cometidos por militares merecen un tratamiento distinto a los de los guerrilleros. Los que mataron a policías, soldados y civiles en nombre de la revolución, los que secuestraron embajadores y empresarios como mecanismo de chantaje, los que pusieron bombas en restaurantes y centros de estudio, los que asesinaron a un pobre trabajador simplemente porque "los vio", esos merecen el perdón y hasta el homenaje porque lo hicieron en nombre de lo que sería "una causa superior" (causa que hoy abandonaron todos por fracasada).
Los militares y policías, en cambio, que desorbitados por el conflicto también torturaron y mataron, esos sí serán criminales para siempre y no merecen la menor consideración.
Moralmente es insostenible ese doble criterio. Como insoportable la presunta superioridad ética con que hoy se predica la venganza contra militares que perdieron el poder.
Quienes estuvimos en contra del golpe de Estado y de la dictadura desde la primera hora y con nuestras armas -pacíficas- le combatimos hasta lograr su fin y retornar a la democracia, no podemos aceptar esa impostura.
Por cierto que el tema es ético. Y eso es lo que planteó el Presidente Mujica cuando propuso que los presos de más de setenta años pudieran cumplir su sanción en la casa, como ya lo dispone con generalidad la ley.
Esto no es sino cumplir con un mandato constitucional que establece que "en ningún caso se permitirá que las cárceles sirvan para mortificar, y si sólo para asegurar a los procesados y penados, persiguiendo su reeducación, la aptitud para el trabajo y la profilaxis del delito".
Cuando se trata de condenados que por su edad ya no son susceptibles ni de entrenamiento laboral ni de una eventual reeducación, impedir que cumplan la sanción en su casa es, simplemente, ensañamiento. Como lo fue el otro día llevar al Juzgado a un condenado en silla de ruedas y con un balón de oxígeno sólo para ser notificado de una sentencia.
El Presidente fue guerrillero y bien procesado y preso por delitos que cometió. Así como fue indebidamente maltratado luego en la cárcel dictatorial. Felizmente, fue amnistiado en 1985 y volvió a la vida civil. Supo así de todas las situaciones, las legales y las ilegales, las represalias y el perdón. Hoy, al pie de su éxito personal, procura no incurrir en la venganza, como lo ha dicho repetidamente.
Desde otro espacio político, quienes estuvimos enfrente de la guerrilla como enfrente del golpe de Estado, coincidimos con ese espíritu y nos lamentamos de que el Frente Amplio le impida al Presidente actuar como siente.
Veinticinco años después del retorno de la democracia y a más de cuarenta de los episodios delictivos, ¿tiene sentido exigir venganza? ¿No se advierte que el cambio en paz tanto operó, que el pueblo uruguayo ratificó por dos veces la ley de caducidad? ¿No se aprecia que hemos retornado a una convivencia pacífica y que ella no debe ser agredida por acciones de ensañamiento que manchan a quienes desde el poder las ejercen y enquistan odios que ya debieran diluirse?
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