domingo, 10 de octubre de 2010

1-NOBEL/2-PROGRESISTA/3-CRÍMENES/4-AMBIGÜEDAD/5-CLAROSCUROS/

1-NOBEL/2-PROGRESISTA/3-CRÍMENES/4-AMBIGÜEDAD/5-CLAROSCUROS/


TÍTULOS:

1-PREMIO NOBEL DE LA PAZ.
Fuente y envío: ámbito.com
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2-EL PROGRESISTA
Fuente y envío: Red Patriotica Argentina
Por: Guillermo Rojas
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3-CRIMENES DE LOS "BUENOS".
Fuente y envío: Red Patriotica Argentina
Por: Jaume Farrerons
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4-Una inquietante ambigüedad con ETA
Por: Carlos Pagni
Fuente: LA NACION
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5-CLAROSCUROS DE LATINOAMERICA.
Envío de: Joice Peres Veda.
Por Jorge R. Enríquez (*).
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CONTENIDOS DE LOS TÍTULOS:

1-PREMIO NOBEL DE LA PAZ.
Fuente y envío: ámbito.com

Condenado a 11 años de prisión por "socavar el poder del Estado".

El Nobel de la Paz fue para un disidente chino encarcelado.

 Liu XiaoboLas Abuelas de Plaza de Mayo no ganaron el Nobel de la Paz. En la edición 2010 del premio fue otorgado al encarcelado defensor chino de los derechos humanos Liu Xiaobo, informó el Comité Nobel en Oslo.

Entre 237 candidatos, Liu, de 54 años, fue galardonado por su lucha en defensa de los derechos humanos, explicó el comité noruego. La distinción incluye una remuneración de 10 millones de coronas suecas, equivalente a 1,5 millones de dólares ó 1,1 millones de euros.

Al comunicar su fallo desde su sede noruega, el Instituto Nobel precisó que Liu, actualmente encarcelado en su país, obtuvo el premio "por su largo trabajo no violento a favor de los Derechos Humanos en China". El organismo aseguró haber "deliberado largamente antes de tomar esta decisión que conecta los Derechos Humanos y la paz".

"Liu se ha convertido en el símbolo más claro de la amplia lucha por los Derechos Humanos en China", afirmó un vocero del Nobel. "En las últimas dos décadas, Liu Xiaobo ha sido un gran portavoz a favor de la aplicación de los Derechos Humanos fundamentales en China", explicó, que subrayó la participación del galardonado en las protestas democráticas de Tiananmen, que terminaron en una masacre.

Liu también es presidente de honor del PEN Club de escritores chinos independientes. El ganador, fue uno de los principales autores intelectuales de la "Carta 08", un manifiesto a favor de la democracia y los derechos humanos en China, publicado en diciembre de 2008.

Liu fue condenado en diciembre de 2009 a 11 años de prisión, acusado de "socavar el poder del Estado". Anteriormente, el ex profesor de literatura ya había estado encarcelado dos veces. Pasó dos años en la cárcel por su participación en el movimiento pro democracia que fue aplastada de forma sangrienta en junio de 1989. En 1996 fue recluido en un campamento de "reeducación".

En 2009 el Premio Nobel de la Paz fue otorgado al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
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2-EL PROGRESISTA

Fuente y envío: Red Patriotica Argentina

Por: Guillermo Rojas


Reflexionando en referencia a la nota anterior y a la presente, me queda decir que tanto el burgués como el personaje que vamos a pintar en este breve escrito se caracterizan por lo mismo: el materialismo. El primero un materialismo practico, el otro mas bien filosófico, llevado al terreno de la ideología. Por que el progresista es el ideólogo por excelencia. No ve la realidad dada sino   que cree que la construye en especial mediante las palabras, el relato. Ya lo sabemos no importa que el relato sea verdad o no, lo que importa es que pueda ser creíble por los desavisados. El se mueve en ese mundo: materialismo, constructivismo  una pizca de marxismo y chamuyo mediatizador le dan el tenor correcto.
Podemos definirlo también por lo que ama o dice amar: ama la democracia como primera diosa del panteón a pesar de actuar como intolerante con aquellos que no piensan como él. Ama los derechos humanos como un nuevo decálogo revelado por la ONU. En esto no hay diferencia con el burgués. Lo único que el burgués no se gasta mucho por parecer altruista,  cree el libreto si, pero quiere la platita para disfrutarla y a otra cosa.
El progresista es vergonzante con el tema de ganar plata y si la gana es culposo en disfrutarla, pero la disfruta igual, no se crea, a pesar de tratar siempre de representar el papel de pauperofilo, con una sensibilidad que “nos interpela” y especialmente con los marginados y marginales.
Los seres del universo revolucionario marcuciano son sus preferidos, para los que entiende que existen nuevos derechos que ellos deben exigir, derecho a ser diferente (léase manfloro o lesbiana) derecho a decidir (léase derecho a matar al propio hijo engendrado o al propio familiar enfermo terminal.
Curte la versión ideológica de los derechos humanos que según el “se ejercen contra el poder” o sea que el delincuente tendrá derechos humanos contra el Estado que quiere ponerlo a la sombra cuando roba o asesina, lo mismo que el terrorista que “lucha” del lado del “campo popular”(léase zurdo para ser mas simple).
Lógicamente las victimas de la delincuencia y el terrorismo carecen de derechos de ninguna naturaleza y menos derechos cuanta mas plata tengan o aparenten tener por que para el progresista, a pesar de decirse "defensor de la vida" el valor de esa vida es inversamente proporcional dinero  del damnificado. Si ganó plata por algo será (frase que dice detestar): habrá sido aliado de la Dictadura, será corrupto, será un exhibicionista de sus riquezas y  discriminador de los pobres.
Para el es simple desplazar la culpa y la responsabilidad del victimario a la victima o a toda la sociedad en su conjunto. Rechaza la responsabilidad, la ve como algo exigente y represivo. Otro caballito de batalla la anti represión, que trata de difundir desde la escuela…la educación no represiva que ha terminado por destruir desde la base de la pirámide el principio de autoridad, con lo que la sociedad se convertirá en una masa amorfa sin armazón ni esqueleto
Podemos caracterizarlo por lo que odia o dice odiar: odia al capitalismo pero justifica con argumentos que le caros al izquierdismo intelectual,  la aplicación de sus políticas, como la de control de la natalidad y el aborto convirtiéndola en un derecho a conquistar para la sociedad civil. Odia al colonialismo pero gracias a los progresistas y a sus presiones basadas en la ideología de los  derechos humanos y la mentira de los 30.0000 desaparecidos, el colonialismo hace lo que quiere en Malvinas o sea robar nuestros recursos, pues no tenemos FFAA con que impedirlo.
Desfilaba con pancartas pidiendo no abonar, la deuda externa pero aplaudió el pago de 10.000 millones de dólares nada menos que al FMI y quiere seguir pagando con las  reservas del BCRA…se trata de “pagos patrióticos” si los hace un progre como ellos, si los hace  quien consideran la “derecha” siempre es una entrega vergonzosa del trabajo de los argentinos.
Pero el primer y más absoluto odio es para el fascismo cuya caracterización es tan disparatada como la que tiene el burgués del mismo. Para el primero fascistas son tanto Mussolini como Fidel Castro. Para el progresista fascismo es todo aquello que no sea de izquierda desde Hitler a Macri, todo es terreno de holocaustos y cámaras de gas.
Ni que hablar de la Iglesia: está en la gloria deleitándose y difundiendo lo de los curas pedofilos o fornicadores. Para el la única Iglesia que considera digna es la que se aliara antaño con el castrismo guerrillero a la que suele llamar de los pobres. o para decirlo con lenguaje anarco, para él la unica Iglesia que ilumina es la que arde, aunque no lo diga abiertamente para no quedar como lo que es un autoritario del antiautoritarismo.
El progresista es un personaje urbano un miembro de las clases semicultas como dice Juan José Sebrelli. Dice amar la vida y teme  terriblemente a la muerte por que no cree en nada. La muerte es el final y la vida en definitiva es sin sentido.Tumba y olvido.
Podríamos hacer una caricatura del progresista tipo en base a la conocida canción de León Gieco llamada “Los Salieri de Charly”


Queremos ya un presidente joven
que ame la vida que enfrente la muerte
La tuya , la mía , de un perro , de un gato ,
de un árbol de toda la gente
Compramos el Pagina , leemos a Galeano
cantamos con la Negra , escuchamos Víctor Jara…

El progresista es un personaje que se cree el muchachito de la película, ha pasado 30 años diciéndonos que es lo bueno y que es lo malo, que tenemos que pensar y que no podemos pensar, quienes son los réprobos y quienes los elegidos, ha declamado, pontificado sobre todo lo humano y lo divino, en gran parte por  él esta como está la sociedad , es hora que para el bien de la Argentina lo mandemos definitivamente a freír churros.


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3-CRIMENES DE LOS "BUENOS".
Fuente y envío: Red Patriotica Argentina

Por: Jaume Farrerons

 
Los Hombres que amaban a las mujeres.

El trotskysta Stieg Larsson ha depuesto, antes de morir, su contribución al antifascismo, la cual, como acostumbra a suceder con este tipo de productos hipercríticos, resulta a la postre perfectamente funcional y utilizable en beneficio de los intereses de la oligarquía filosionista y de la extrema derecha judía, racista y supremacista, que controla buena parte del planeta. En este caso el enfoque es feministoide y se dedica a desarrollar el viejo mito de lo que en los años sesenta y setenta se calificaba de "falofascismo" (el machismo fascista) 

Alemanas violadas por rojos .


Ahora bien, en su prólogo al ominoso panfleto criminógeno "Terrorismo y comunismo", donde el "bueno" de Trotsky justifica el asesinato de masas, Slavoj Zizek, con expresa vocación de repetir la masacre (siempre en nombre de la humanidad, por supuesto), cita al judío Isaac Deutscher cuando éste sostiene con franqueza impagable que:


"Una década después, Stalin, que en 1920-1921 había apoyado la política 'liberal' de Lenin, iba a adoptar las ideas de Trotsky en todo salvo en el nombre. Ni Stalin ni Trotsky, ni sus respectivos partidarios, admitieron entonces el hecho... Lo que no era sino una más de las múltiples facetas del pensamiento experimental de Trotsky iba a convertirse en el alfa y el omega de Stalin" (I. Deutscher, "The Prophet Armed. Trotsky 1879-1921", Londres, Verso, 2003, p. 489, citado por Zizek, en "Terrorismo y comunismo", prólogo, Akal, Madrid, 2007, pp. 10-11).


Quienes creían que la observancia trotskysta constituye una garantía moral frente al estalinismo, resultan, al parecer, unos simples indocumentados. Estamos hablando del despiadado Trotsky, nada menos que el forjador del Ejército Rojo; en la obra citada, este asesino en serie manifiesta de manera inequívoca su desprecio por los derechos humanos:


"Por lo que a nosotros se refiere, nunca hemos perdido el tiempo en las charlatanerías de los pastores kautskystas y de los cuáqueros vegetarianos acerca del 'valor sagrado' de la vida humana" (Trotsky, op. cit., p. 158).


De manera que las masacres de las hordas soviéticas en la Alemania vencida y, especialmente, el trato dado a las mujeres alemanas, representarían una expresión de la política de terror que Lenin improvisó, el trotskysmo teorizó y Stalin se limitó a aplicar y a perfeccionar sobre la marcha de forma sistemática. No creo, pues, que un trotskysta como Larsson sea la persona más adecuada para hacer novela crítica de maltrato a la mujer. Al menos, para las mujeres alemanas que conocieron las exquisiteces morales del bolchevismo, la nauseabunda trilogía "Millenium" constituye una auténtica burla viniendo de quien viene. Además, que se legitime moralmente quemar vivos a los "fascistas" (la muchacha de la cerilla) es una clara y malévola alusión a la justeza de los bombardeos crematorios contra civiles alemanes perpetrados por los muy democráticos militares del Bomber Command británico. Podríamos continuar con los ejemplos, pero este thriller del móntón no merece la pena.


Cada año, los medios de prensa controlados por los filosionistas fabrican, mediante la prevaricación de una crítica literaria teledirigida políticamente, algún best seller que mantenga viva la fe antifascista. Se trata de auténticos bodrios, como "El niño con el pijama a rayas", pero a fuerza de insistir los medios en su genialidad, la gente termina comprándolos y se inocula, sin saberlo, de la necesaria dosis de ideología-veneno al servicio de una anticívica ceguera voluntaria. Luego viene, por supuesto, la inevitable película, que el cretino de turno también irá a ver al cine o en video, financiando por partida doble el dispositivo de lavado de cerebro construido por los nacionalistas judíos a escala mundial. En tales circunstancias, dudo que se escriba jamás una novela titulada "Los hombres que sí amaban a las mujeres", en la que se explique la experiencia de las mujeres alemanas con aquellos progresitas y humanistas soviéticos que en su día fueran nutridos doctrinalmente por trostskystas como Larsson. No obstante lo cual, Anthony Beevor en su "Berlín: la caída, 1945" nos permite columbrar que se trataría de una obra mucho más feminista, objetiva y real que la mamarrachada pseudo progresista de Larsson.

Las dimensiones del crimen.

Según las militantes de izquierdas alemanas Barbara Johr y Helke Sander (véase: "Befreie und Befreiter","La guerra de los ivanes", donde son los propios soldados proletarios quienes describen las atrocidades que cometían sus compañeros. También el anónimo "Una mujer en Berlín" merece ser consultado. La esposa del canciller alemán Helmut Kohl no pudo soportar la tortura que suponía el mero recuerdo de aquellos hechos y se suicidó a una edad ya avanzada, circunstancia que da una medida de la intensidad y persistencia imborrable de los daños psíquicos. 1992) un total de 2.000.000 de mujeres alemanas fueron violadas por los rusos. De ellas, 200.000 fallecieron a causa de tales salvajadas. Entre las víctimas se contaban decenas de miles de niñas (y niños) de hasta 10 años, pero también ancianas de 75 años. Las vejaciones sexuales no se limitaron al episodio de la ocupación de Alemania, sino que fueron reiteradas, continuadas y se prolongaron de 1945 a 1949. El historiador Anthony Beevor, en su célebre obra sobre la batalla de Berlín, avala estas cifras. Otra fuente sobre el tema es el libro de Catherine Merridale


La excusa sostenida hasta hoy para minimizar el escándalo moral de un progresismo peor que el reaccionario nazismo incluso en el trato a la mujer es que la extremada violencia contra las mujeres y niñas alemanas por parte los soldados soviéticos era una venganza por la crueldad del frente oriental y por actos cometidos por los propios alemanes contra civiles rusos. Pero los hechos cuestionan esta habitual eximente, siendo así que la brutalidad del Ejército Rojo con las "burguesas" está documentada ya en la guerra civil contra los blancos, y que las víctimas de los rusos eran a veces mujeres polacas, prisioneras rusas o hasta judías "liberadas" de los campos. Una prisionera rusa afirma que "resultaba difícil convivir con los alemanes, pero esto era aún peor". También se afirma que las autoridades soviéticas no podían controlar a sus soldados, pero lo cierto es que les animaban a violar, matar y destruir,  y castigaban a los pocos que trataron de impedir las atrocidades, como el comisario comunista Lev Kopelev, detenido por incurrir en "propaganda del humanismo burgués que fomenta la compasión con el enemigo". Resulta harto conocido el papel instigador del poeta oficial del régimen estalinista, el judío Ilya Ehrenburg (hecho admitido  por el propio Beevor pero que, una vez más, Wikipedia en español silencia con alevosa complicidad sionista).


Contra lo que pudiera parecer, no sólo los rusos forzaron a las mujeres alemanas. También lo hicieron los "libertadores" del lado occidental, especialmente los norteamericanos, quienes, según la historiadora Johanna Bourke, se entregaron a "auténticas orgías de violaciones" (véase: "An intimate history of Killing", 1997). Los yanquis, además, no se conformaban con vejarlas sexualmente, sino que además las prostituían para llevarse a casa algunos "ahorrillos". Simpáticos héroes de Hollywood mascando chicle.


A nuestro entender, estos hechos no pueden ser juzgados aisladamente, sino que tienen relación con los bombardeos crematorios ingleses contra civiles alemanes, el trato dado posteriormente a los prisioneros de guerra de la Wehrmacht, las hambrunas planificadas, los campos de concentración para civiles (dirigidos por judíos)... Sólo podemos comprender esta violencia en el contexto de un plan de exterminio del pueblo alemán que fue concebido y puesto en práctica por Washington, Londres y Moscú antes de que empezara el holocausto. Si no llegó a consumarse más que de forma parcial, no fue por la bondad de los vencedores, sino por la ruptura de relaciones entre el Este y el Oeste y el inicio de la Guerra Fría. Respecto de lo sucedido en los campos de concentración alemanes con los prisioneros, judíos y no judíos, que eran retenidos como mano de obra y a efectos militares, también nos parece imposible seguir sosteniendo que los abusos cometidos contra ellos obedecieran a la simple "maldad" alemana (!no otro era el lenguaje de  Kaufmann!) y no a una reacción frente a actuaciones genocidas, y previas, de los presuntos defensores de la democracia y el progreso. El cuento infantil de la (supuesta) Liberación aliada, el poema épico de Normandía, nos lo podíamos creer cuando no sabíamos lo que ahora ya sabemos; la edad de la inocencia sobre la relativa bondad de los líderes "democráticos" frente a los diabólicos "nazis" terminó tiempo ha.

Jaume Farrerons
26 de noviembre de 2009

Entrevista a Anthony Beevor:


El mal estaba en todas partes:




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4-Una inquietante ambigüedad con ETA
Por: Carlos Pagni
Fuente: LA NACION


La historia ha vuelto a querer en estos días que los Kirchner y Hugo Chávez protagonicen vidas paralelas. Dos democracias amigas exigen a sus gobiernos un permiso para someter a juicio a individuos acusados de cometer crímenes terroristas. En el caso de la Presidenta y su esposo, el protegido es el guerrillero chileno Galvarino Apablaza, señalado por el asesinato del senador Jaime Guzmán y por el secuestro del directivo del diario El Mercurio , Cristián Edwards del Río. Aunque la Corte Suprema autorizó la extradición, el Gobierno le concedió asilo político.

Junto al Caribe, el hermano bolivariano hace frente a una encrucijada similar. El 29 de septiembre pasado, la policía española detuvo a los etarras Juan Carlos Besance y Xabier Atristain. Cuando se los interrogó, revelaron que, en julio del año 2008, recibieron entrenamiento en Venezuela. Uno de sus instructores, dijeron, fue Arturo Cubillas. Es un vasco, con nacionalidad venezolana, que vive en Caracas desde 1989, cuando se lo deportó desde Argel. Cubillas forma parte del gobierno de Chávez. Su último nombramiento fue en 2008, como jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras, que lleva adelante las expropiaciones ordenadas por el presidente.

Como los Kirchner con Apablaza, Chávez se encargó también de que la mujer de Cubillas tuviera un empleo público: Goizeder Odriozola es la jefa de prensa del Ministerio de Agricultura venezolano. Es periodista, como la señora de Apablaza, Paula Chaín, que está a cargo de una página web de la Casa Rosada.

La predilección por estos acusados de cometer crímenes ha complicado las relaciones exteriores de los dos países. El canciller Héctor Timerman dijo que las quejas de los dirigentes políticos chilenos eran "payasadas". Y el presidente de Chile, Sebastián Piñera, citó al embajador argentino Ginés González García para pedirle explicaciones.

En Madrid, el embajador venezolano Isaías Rodríguez sugirió que las revelaciones de los etarras Besance y Atristain sobre Cubillas habían sido obtenidas de manera irregular. Tal vez alguien le dijo "por qué no te callas"; lo cierto es que horas después Rodríguez aclaró que no tenía indicios sobre torturas ni sobornos, y echó la culpa del error a la prensa. El canciller de Chávez, Nicolás Maduro, prometió a España que someterá a Cubillas a una investigación. Pero no concederá la extradición, ya que el etarra obtuvo la nacionalidad venezolana.

La simetría entre lo que ocurre en la Argentina y lo que ocurre en Venezuela respecto de militantes políticos acusados de favorecer al terrorismo o, más aún, de cometer crímenes terroristas, reabre un interrogante crucial. ¿Cuál es la posición de los gobiernos de los dos países, que se reivindican parte de la misma izquierda populista, en relación con la violencia armada como recurso de la política?

Chávez ha sido acusado con mucha precisión por la cobertura que su administración les ha dado a las FARC. Y es bastante curioso que haya destinado a Cubillas a un cargo tan adecuado para un entrenador de comandos como el área de seguridad de tierras expropiadas, en el mismo momento en que el etarra comenzaba a dictar sus "cursos".

Cristina Kirchner concedió asilo político a alguien cuya extradición había autorizado la Corte Suprema. Dio la impresión de escuchar con mayor interés las recomendaciones de algunas organizaciones de derechos humanos que las de la Justicia. Esas instituciones, tan cercanas al Gobierno, demuestran en este caso que su defensa de los derechos universales es selectiva. Abuelas de Plaza de Mayo, el Centro de Estudios Legales y Sociales, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, la Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos, Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio y Madres Línea Fundadora han pedido protección para Apablaza "por la persecución que existe en su país contra militantes". Ni una palabra sobre el derecho de la familia Guzmán, o de Edwards, a recibir justicia.

El Estado de Chile contrató como abogado a Gustavo Gené, tradicional socio del procurador del Tesoro -es decir, del abogado del Estado argentino-, Joaquín Da Rocha. El canciller de Piñera, Alfredo Moreno, dijo que su país hará todo, dentro y fuera de la Argentina, por conseguir la extradición de Apablaza. Moreno parece Cristina Kirchner hablando de los fundamentalistas iraníes acusados por el atentado a la AMIA.

Esta perplejidad es también retroactiva. La Presidenta suele presentar a su administración como heredera de los movimientos insurgentes de la década del 70, a los que caracteriza como "una juventud maravillosa, masacrada por quienes querían romper la matriz de nuestra identidad". La señora de Kirchner no ha producido hasta ahora definición alguna acerca de los crímenes de aquellas organizaciones. No es una excepción. Buena parte de la izquierda argentina considera que aquella experiencia no fue -por ponerlo en términos del sociólogo Juan Carlos Torre- un extravío aberrante de la política. Fue, apenas, una derrota.

Este es el principal problema que está detrás de los casos Apablaza y Cubillas. En Venezuela aparece con más contundencia que en la Argentina una ligazón tenebrosa entre fuerzas que participan del juego democrático y organizaciones criminales. "En los últimos dos años se produjo un estallido de información en torno a ese fenómeno -señala el especialista español Florencio Domínguez, autor del libro Las conexiones de ETA en América latina , que aparecerá en pocos días en la Argentina-. En Francia, la policía capturó la computadora de Francisco Javier López Peña, máximo jefe de ETA; casi al mismo tiempo, en Ecuador, quedaron al descubierto los datos que atesoraba en su ordenador Raúl Reyes, el líder de las FARC." Estas novedades tal vez no se habrían conocido si no fuera por un hecho destinado a redoblar la intolerancia del aparato de seguridad internacional sobre este tipo de organizaciones: el ataque a las Torres Gemelas, en Nueva York.

Dijo Domínguez a este diario: "Mucho antes de las revelaciones de los ordenadores de Reyes y de López Peña, el chavismo mantuvo negociaciones con ETA a través del abogado Joseba Agudo Mancisidor, detenido en el sur de Francia en octubre del año pasado". Los amigos argentinos de ETA conocen bien a Agudo, quien estuvo en Buenos Aires durante el juicio a Jesús María Lariz Iriondo. Este etarra fue defendido por el abogado Eduardo Soares y apañado por Hebe de Bonafini.

Bonafini y Soares, quien milita en la agrupación Martín Fierro, fueron hasta el último 23 de septiembre los principales anfitriones de Walter Wendelin, el líder de Askapena, una organización de cobertura del terrorismo vasco, que fue detenido en España cinco días después de dejar Buenos Aires. Este "apóstol del separatismo", como se lo conoce en Europa, tejió una relación estrecha con Moira Millán, dirigente de la comunidad mapuche de Chubut. Wendelin está acusado por la justicia española de "integración de banda armada". Esa imputación es, para las organizaciones revolucionarias que simpatizan con el independentismo vasco, una manifestación fascista del socialismo español, que merece la solidaridad internacional. Entre las entidades que manifestaron su repudio está el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), uno de cuyos fundadores y líderes fue el chileno Apablaza.

Wendelin se movió entre julio y septiembre a ambos lados del Río de la Plata. Visitó Montevideo, donde los tupamaros mantuvieron una relación estrechísima con los etarras, sobre todo a partir de los años 80, cuando Francia comenzó a perseguir con mayor convicción a los terroristas que escapaban de España. Estas dos vertientes revolucionarias convergían en CX44 Radio Panamericana, desde cuyos micrófonos se promovieron, en agosto de 1994, marchas en solidaridad con tres militantes de ETA cuya extradición había obtenido España. El actual presidente de Uruguay, José Mujica, tuvo un compromiso estrechísimo con esas manifestaciones, que se realizaron frente al Hospital Filtro, y que dejaron como saldo dos muertos. Mujica llamó a resistir en aquel momento la orden de extradición, razón por la cual terminó declarando en la justicia. Luis Lacalle, por entonces presidente y en las últimas elecciones rival de Mujica, clausuró la radio. A pesar de esa cercanía, en aquellos años se diferenciaba de la causa etarra, "por su manera de conducirse en el conjunto de los pueblos españoles". ¿Cuál será la posición de Mujica en estos días? Aquel pasado regresa y el presidente de Uruguay se encontrará en cualquier momento en medio de ese debate.

La persecución de Wendelin en España expresa una tesis que ha ganado terreno entre los magistrados peninsulares: las agrupaciones que, como Askapena, sirven de apoyo logístico, financiero y cultural a ETA, también incurren en el delito de terrorismo. Este alcance amplio del concepto, por el cual el huésped de Bonafini terminó preso, fue inaugurado, en 1998, por alguien que no puede ser caracterizado como un representante de la derecha reaccionaria: el juez Baltasar Garzón, un amigo de los Kirchner y de las organizaciones de derechos humanos que simpatizan con ellos.

© LA NACION
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5-CLAROSCUROS DE LATINOAMERICA.
Envío de: Joice Peres Veda.
Por Jorge R. Enríquez (*).

 ELECCIONES EN BRASIL.

El domingo pasado se desarrollaron las elecciones presidenciales en Brasil.
Nadie dudaba acerca de que la candidata apoyada por Lula, Dilma Rousseff, obtendría el primer lugar. La única cuestión era determinar si sacaría más del 50%, para consagrarse presidenta sin necesidad de una segunda vuelta. Los sondeos previos indicaban que así podía suceder.
Sin embargo, obtuvo el 46,9% de los sufragios contra el 32,6% del socialdemócrata José Serra, un dirigente de larga trayectoria vinculado políticamente a Fernando Henrique Cardoso. La sorpresa fue el buen resultado de la candidata ecologista Marina Silva, que trepó al 19.3%.
Pese a que no superó el 50% -por lo que no se trata de una elección plebiscitaria-, es altamente improbable que Dilma no venza en la segunda vuelta.
Está muy cerca del 50% y le basta con que una pequeña parte de los votos de Silva vayan hacia ella para llegar al triunfo.
Pese a que la candidata del partido Verde afirmó que no habría una posición única en su espacio y que los votos que la acompañaron en la elección, por  la diversidad de su composición, se dividirán entre quienes alcanzaron la segunda vuelta, todo indica que ellos irían mayoritariamente hacia Dilma.
Es que Marina Silva fue ministra de Lula por 6 años y constituye un desprendimiento del oficialismo, lo cual sugiere que sus votantes se inclinarán más por la candidata de Lula que por Serra.
Dilma Rousseff no es carismática como su padrino político, pero tiene, a diferencia de él, una sólida formación académica y es reconocida por su capacidad de gestión y seriedad. Tampoco comparte con Lula el origen social. Dilma proviene de una familia acomodada. Su padre era un abogado y empresario vinculado al Partido Comunista.
En cualquier caso, sabemos que las grandes líneas de las políticas públicas no  variarán. Esas líneas no fueron trazadas por Lula, sino por su predecesor Fernando Henrique Cardoso. Hoy Brasil ya juega en las grandes ligas. Su tablero es el mundo. Es la octava economía mundial, que lidera la robusta recuperación de un nuevo bloque regional que, bautizado con las siglas “LA-4”, integra con Chile, Colombia y Perú.
Por ello, en ese contexto, la Argentina tiene una importancia relativa menor ahora para nuestros vecinos. Alguna vez los miramos como adversarios regionales. Hoy sería una petulancia nuestra hacerlo, ya que la entidad de Brasil ha superado holgadamente a la nuestra.
Brasil muestra los resultados de décadas de políticas de estado que siguen un rumbo claro más allá de los cambios de gobierno. La Argentina representa el modelo opuesto.
Las consecuencias están a la vista.

CRISIS CON CHILE.
Desde esta columna oportunamente señalé que constituía un agravio del gobierno nacional a la hermana República chilena el negarle la extradición de Galvarino Apablaza Guerra, un ex guerrillero chileno  imputado de la autoría intelectual del homicidio del senador Jaime Guzmán Errázuriz y del secuestro de Christian Edwards del Río, alto directivo del diario El Mercurio, el más tradicional del país trasandino, ambos hechos ocurridos en 1991.
No hubo motivo alguno para sostener aquella negativa. El crimen de Errázuriz fue perpetrado en plena democracia, fría y premeditadamente, y no en el marco de una guerra civil. Chile es no sólo hoy una democracia consolidada, sino en muchos sentidos ejemplar para América Latina. Rechazar la extradición fue decirle que la Argentina no considera confiable a su sistema judicial.
            La cuestión sigue teniendo vigencia y la tendrá por mucho tiempo, porque como era previsible ya ha empezado a empañar las relaciones bilaterales entre Chile y la Argentina.
Es importante destacar que esta ofensa no se le hizo a un gobierno de centro derecha, sino a todo un país. Todo el arco político chileno reaccionó indignado frente a esta absurda decisión de los Kirchner.
Recordemos que la anterior presidenta de Chile, Michelle Bachelet, del Partido Socialista, quien por su historia personal podría haber actuado de otra forma, le pidió a Cristina Kirchner que resolviera la extradición.
 No es, entonces, un tema de derecha e izquierda. Debemos reiterar que los delitos por los que se imputa a Apablaza fueron cometidos en Chile durante la absoluta vigencia de la democracia.
Se trata, por lo tanto, como lo dijo la Corte Suprema, de un crimen común y no de un crimen político.
¿Con qué fundamentos se negó la extradición? No lo sabemos, porque la CONARE, escudándose en la confidencialidad que aparentemente le otorga la ley a las actuaciones sobre extradición, no ha publicado los fundamentos.
El gobierno no ha explicado tampoco tamaña afrenta a la democracia chilena, a la que implícitamente se considera de menor jerarquía, ya que se presume que no respetará el debido proceso.
Las pocas declaraciones públicas sobre el asunto, surgidas del oficialismo,  son muy desafortunadas. El canciller Timerman, que día a día confirma nuestra sospecha inicial de que el cargo le queda muy grande, no aportó ninguna razón, pero insultó a los legisladores chilenos que reclamaban sobre este tema, sosteniendo que eran imbecilidades y que decían pavadas.
Es que cuando no hay razones, se recurre a la injuria gratuita.
Chile citó a nuestro embajador en Santiago para pedirle explicaciones. Sin dudas, las relaciones bilaterales han de resentirse.
¿Por qué? ¿Con qué propósitos? ¿Sólo para conformar a Hebe de Bonafini y otras agrupaciones menores que malversan la causa de los derechos humanos? ¿Tan débil está el gobierno nacional que se aferra a esas minorías extravagantes? ¿Ya ha renunciado completamente a intentar representar a la gran mayoría de los argentinos?

UNA PRESIDENTA TWITTERA.
Los cambios tecnológicos son tan veloces que nos cuesta adaptarnos a ellos.
De un tiempo a esta parte, se han puesto de moda las llamadas "redes sociales", como Facebook, LinkedIn, etc. La más reciente -hasta donde alcanza mi precario conocimiento de la materia- es "Twitter", una red de microblogging destinada a enviar mensajes a quienes sean los "seguidores" del que posee una cuenta allí.
Estos mensajes deben ser muy breves, de 140 caracteres, algo así como una oración de extensión media.
Los que "twittean" les hacen conocer a los demás qué están haciendo, que harán o qué acaban de hacer. La brevedad obliga a usar pocas palabras. El gerundio es el tiempo verbal preferido: "Inaugurando un centro maternal", escribe, por ejemplo, un gobernador. "Finalizando el entrenamiento de la mañana", comunicará un jugador de Boca.
Los políticos, acá y en todo el mundo, han descubierto las propiedades de esta red social, que informa al instante de sus actividades y, a veces, de sus pensamientos.
 Hasta ahí, no hay nada de malo. Al contrario, todo lo que expanda la comunicación debe ser bienvenido.
 Sin embargo, no parece ser un medio apto para cualquier cosa ni para cualquier persona. No está mal que un presidente de la Nación dé cuenta de sus actividades diarias por Twitter, si además usa los canales convencionales.
El problema surge cuando genera cierta adicción y ya no se informa sólo de hechos, sino que se lanzan opiniones con liviandad, que se potencia por la brevedad de los mensajes.
 Es el caso de la señora de Kirchner, quien desde hace algunos días satura la red con sus pareceres sobre cualquier tema y sus habituales diatribas contra los medios de comunicación y otros sectores.
 La presidenta se ha transformado en una comentarista de la realidad. Y, si se me permite, en una comentarista de una asombrosa superficialidad.
 Todos tenemos derecho a opinar lo que se nos antoje (por lo menos mientras los Kirchner no logren concretar su ideal santacruceño de una única voz, la del amo), pero los presidentes y los altos funcionarios públicos tienen una especial responsabilidad y deberían reflexionar antes de lanzar comentarios de café destinados a ser recibidos por toda la población.
 Ultimamente, la Presidenta ataca a la Corte. No se limita a criticar sus fallos, - lo que también debería prescindir de hacer, como regla general -, sino que les adjudica oscuras intenciones que afectan la honorabilidad de los jueces.
 En esta línea, "twitteó" que la Corte había pedido la intervención de la provincia donde vivían ella y su marido, "el ex presidente". Ese no es un argumento. Ni siquiera es un argumento malo. Es un dato del todo irrelevante para analizar la decisión del alto tribunal.
 Pero, al mismo tiempo, es un dato revelador: lo que subyace en el "tweet" es la idea de que ellos son los dueños de la provincia y de que cualquier medida sobre ella los afecta personalmente.
 Estas consideraciones podrían formularse en una conferencia de prensa, con preguntas y repreguntas. Pero no, eso es una antigüedad: ahora la presidenta nos inunda de pensamientos breves, casi aforísticos, todo el día, todos los días.

 (*) El autor es abogado y periodista
 Viernes 8 de octubre de 2010
  Dr. Jorge R. Enríquez.

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