TÍTULOS:
1-Y dale con el cuento Chino.
(Uno más, y van...).
Fuente: El Cóndor Argentino.
Director: Carlos Belloc.
Enviado por la fuente.
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2-DEFICIT DE CIUDADANIA.
Por Jorge R. Enríquez (*).
Enviado por: Joice Peres Veda..
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3-La ley venenosa.
Por: Guillermo Díaz Aguirre.
Envío del autor.
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CONTENIDOS DE LOS TÍTULOS:
1-Y dale con el cuento Chino.
(Uno más, y van...).
Fuente: El Cóndor Argentino.
Director: Carlos Belloc.
Enviado por la fuente.
Había una vez un reino. cercano en el tiempo y en el espacio; un reino que nos es propio. Hoy y acá, Argentina es un reino donde las decisiones se toman sin consultar, sin licitar, y vaya Dios a saber porqué. O por cuanto.
Hace unos meses, después de un largo y arduo trabajo de las cancillerías Argentina y China, se acordó la visita de la reina, perdón, la presidente Cristina a la República Popular China.
Con el pretexto de no poder confiar en el vicepresidente Cobos, negándose a ser suplantada por él en el ejercicio del gobierno nacional, tal cual lo indica la Constitución en casos de ausencia temporal, no viajó.
A cualquier país le cae mal la suspensión de un viaje oficial programado con mucha anticipación, a la China milenaria y protocolar, le cayó pésimo. El pretexto era de una pobreza imaginativa demasiado ramplona.
Después de haber rechazado el viaje a China, la presidente viajó a muchos países delegando sus poderes en Cobos. O el vicepresidente de pronto se volvió K y confiable, o la mentira al gobierno chino fue más que evidente.
Sumado al bochorno protocolar, con esa suerte de "viveza" que caracteriza al gobierno K, eso es sin dejar pruebas escritas, Argentina empezó a no permitir la entrada al país de varios productos chinos.
Obviamente sin reconocerlo, ya que oficialmente Argentina permite la entrada de productos legales al país. Pero los chinos, son chinos y nunca han sido tontos. Es más, en esa materia nos llevan varios miles de años de ventaja. No creyeron, ni lo de la visita, ni lo de las importaciones.
El resultado de las "vivezas" K le salió carísimo al país, China dejó de comprarnos US$ 2.000 millones en de aceite de soja. Entonces, la reina, perdón, la presidente, decidió viajar, pedir disculpas y convencer a los chinos que nuestro aceite de soja es único, barato e incomparable.
A la reina, perdón, a la presidente Cristina, la recibieron con toda la pompa y los honores que corresponden a su cargo. La mimaron, la homenajearon, le dieron un título de doctor honoris causa. ¿Y el aceite?
No, aceite de soja no nos compran, perdemos de vender US$ 2.000 millones. Pero todo tiene su compensación, a cambio, ellos nos venden por valor de US$ 9.500 millones. ¡Un negoción! . para China.
Por supuesto que esta increíble venta de vagones de tren y subterráneos (con aire acondicionado), 500.000 toneladas de rieles, recuperación ferroviaria, etc, se presenta no como venta, sino como inversión China, a lo largo de 19 años con una tasa Libor de 6%.
La verdad verdadera es que, sin licitación ni consultas de ninguna clase, la reina, perdón, la presidente y Hu Jintao, cual emperadores de sus respectivos países, decidieron que Argentina compre y China venda. ¿Y el aceite?
Argentina fabrica autos, autopartes, reactores nucleares, puede fabricar aviones y barcos; pregunta ingenua, ¿nuestros calificados trabajadores argentinos no pueden fabricar vagones, rieles, etc?
Sería una forma de bajar el desempleo y de poner en práctica la cacareada política industrialista del gobierno. Y hablando de cacareadas políticas del gobierno, los DDHH en China, ¿se respetan?
Dicen las malas lenguas que los crímenes de lesa humanidad perpetrados por el gobierno Chino, claman al cielo. De eso no se habla. China es grande y poderosa, no es Guinea Ecuatorial cuyo presidente, Obianng Mbasogo, invitado a la Argentina, fue retado públicamente por Cristina.
Y nuestra reina, perdón, presidente, tuvo algunas frases poco felices. Empezó hablando de "dessojizar" la relación con China. ¿Por qué, si somos uno de los grandes productores de soja y tenemos que venderla?
Luego comparó a Mao con Perón (¿Perón comunista???), y en algún momento dijo: "Ustedes han tenido la suerte que nosotros no, de la perseverancia en el tiempo de un mismo proyecto político/ económico."
Aunque sea una falta de respeto contrariar a la reina, perdón, a la presidente, admitamos que si, que hemos tenido suerte, que a pesar de los regulares, malos y pésimos gobiernos que hemos sabido conseguir a través del voto, ni siquiera con los K, Argentina no es la férrea y terrible dictadura comunista china.
Y si nuestros productos, exceptuando el campo y la industria automotriz, no son tan competitivos como los chinos, es que nosotros no pagamos sueldos tan bajos. ¿De verdad, en qué cree Cristina que adecua su discurso al país que visita y nunca se atiene a lo que declama en el suyo?
A esto se le suma que, si los contratos firmados entre ambos países se cumplen, Franco Macri (¡ojo! el padre de Mauricio, no Mauricio) cobrará en comisiones US$ 400 millones. Un negocio redondo.
Un cuento chino más y ya van unos cuantos. ¿Recuerdan los US$ 20.000 millones que nos iban a prestar? Esto no es igual, pero se le parece. Le fue a vender aceite de soja y terminamos comprando transportes por un valor que quintuplica lo que pretendíamos vender. Sin licitación.
Otra pregunta ingenua, ¿la nueva y estrecha relación con China, que esperamos no sea carnal, ¿se parecerá a la relación con Venezuela? El tiempo lo dirá.
Y colorín colorado (tan colorado como la bandera China) este cuento no se ha terminado. Se repite con una cierta y sistemática frecuencia, siempre sin éxitos para Argentina.
De nosotros depende darle el final feliz que se merece, feliz y provechoso para nuestra nación. Las elecciones no están tan lejos. Para las primarias faltan 11 meses, para las presidenciales, 13. Es cuestión de esperar y de tener memoria cuando llegue el momento de votar.
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LA MANSEDUMBRE DEL ARGENTINO.
No caben dudas que los argentinos estamos actualmente fuertemente politizados. La sociedad entera está politizada. Podríamos afirmar que este gobierno nos llevo con su perversa política a esta situación. Pero en realidad, estar politizados es una situación deseable.
Ya Aristóteles definió al hombre como "zoon políticon", "animal político", marcando con ello otra particularidad que tiene con respecto al resto del reino animal. El hombre no político era un "ideon", el sentido original de nuestra palabra "idiota".
En un sistema democrático es deseable que la mayor cantidad de ciudadanos participen en la elaboración del destino colectivo del país.
Pero lo negativo es que nuestra politización se reduce prácticamente a las críticas y comentarios en las charlas de sobremesa o de café.
Solo una mínima cantidad de personas participan activamente en los asuntos públicos; una reducida minoría; y el resto, una inmensa proporción de ciudadanos, si bien no es indiferente a la política, es totalmente inactiva en ese sentido y se abstienen de actividades relacionadas.
Esta gigantesca masa de personas tiene un papel meramente pasivo, pese a su abundante crítica y opinión discursiva.
Lo expresado no es una particularidad argentina, es un fenómeno casi universal.
Pero lo que se quiere destacar en este artículo es la increíble pasividad y aparente desinterés de la ciudadanía con respecto a los colosales engaños, errores y mentiras y la escandalosa corrupción del matrimonio gobernante y sus tortuosas medidas de gobierno.
En eso nos diferenciamos del resto del mundo. Los argentinos somos en la gran mayoría instruidos y en general informados. No nos están engañando sutil y subrepticiamente. Lo hacen abierta y algunas veces ostensiblemente en nuestra propia cara.
El abuso del poder, el engaño, las mentiras, las trapisondas antidemocráticas, las constantes vulneraciones a las leyes y a la Constitución y la desenfrenada corrupción gubernamental es sencillamente escandaloso y descarado.
Todos los argentinos somos conscientes de ello. De cualquier nivel social o económico. Desde el poderoso empresario hasta el más humilde obrero.
Sabemos que es lo que está pasando, ya que el gobierno de los Kirchner no toma ningún recaudo para disimular su corruptela y perniciosas andanzas. Lo hacen impune y desenmascaradamente en nuestras propias narices.
Simultáneamente, ante el negativo ejemplo de los Kirchner, las virtudes éticas y morales de la dirigencia política se van debilitando y desapareciendo y como consecuencia lógica toda la sociedad argentina se va degradando cada vez más rápidamente.
Desde el comienzo de la gestión de estos delincuentes encumbrados en los más altos puestos de la política nacional hasta el presente, el abuso del poder, la confrontación y sus medidas y decisiones políticas han sido altamente negativas y han ido en dirección contraria al sentido común y francamente en contra de la voluntad popular.
Nos es el caso enumerar los gravísimos dislates y delitos cometidos por esta administración. Solo mencionaremos los tres últimos: el mega escándalo de la embajada paralela en Venezuela que viene a confirmar definitivamente los negociados de los Kirchner desde el mismísimo comienzo de la gestión de estos, el nuevo inmenso incremento en el patrimonio de la pareja reinante y la verdadera afrenta a los argentinos al propulsar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En el marco de la estrategia de la confrontación sistemática llevada a cabo permanentemente por los Kirchner, fue asestar un duro golpe a la Iglesia Católica, sin darse cuenta o mejor dicho sin importarle en absoluto, que ello constituye una verdadera ofensa y agravio a la inmensa grey católica de nuestro país.
Mientras el país está siendo expoliado, sus instituciones destruidas y ante el grave riesgo de un estallido violento por la polarización a los cuales nos lleva el déspota, los argentinos miramos pasivamente los acontecimientos.
Atónitos, pero pasivos.
Como si fuéramos un dócil y manso rebaño de ovejas llevadas al matadero
¿Que nos pasa a los argentinos? Parecemos anestesiados. Será que se está corroborando definitivamente el "yo argentino" como para significar que no nos queremos involucrar. ¿Realmente no nos interesa lo que está pasando en nuestra Patria? Esa apatía y esa mansedumbre pueden sernos fatales. El país se está hundiendo cada vez más y las próximas generaciones pagarán los platos rotos.
No obstante aún hay esperanzas. La historia mostró que cuando las circunstancias lo exige, la mansedumbre del argentino puede pasar a extrema fiereza, coraje y valor para defender lo correcto, lo suyo o lo justo.
"El Primer Trabajador" para unos o el "El Gran Corruptor" para otros, lo dijo claramente: ".llegará la hora en que el pueblo hará tronar el escarmiento".
Seguramente eso es lo que a la larga o a la corta sucederá indefectiblemente. Esperemos que sea sin violencia.
Pero asegurémonos que todos aquellos que han bastardeado los valores republicanos, los principios democráticos, que no han respetado los valores morales y éticos elementales de nuestra sociedad, los que han usado su cargo para lucrar y enriquecerse terminen sus vidas en la cárcel.
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Cristina, Mao y Perón.
¿Tendrá razón la presidente Cristina Kirchner? ¿Será cierto que el peronismo argentino tiene similitudes y orígenes comunes con el comunismo maoísta de China?
Lo dijo la semana pasada al promediar su viaje a China y no hay derecho a ignorar o ridiculizar sus palabras. Países situados en las antípodas geográficas del planeta, Argentina y China no podrían ser más diferentes en todos los sentidos.
La nación asiática ocupa un área que casi cuadruplica la superficie continental argentina (9.6 millones de Km2, contra 2.8 millones de kilómetros cuadrados). Demográficamente, la escala es abrumadora, ya que en esas tierras asiáticas viven ¡32 veces más seres humanos que en la Argentina!
Pero, ¿similitudes? Cuando Juan Domingo Perón nació en Lobos, en 1895, Mao Zedong (o Mao Tsé-Tung, como siempre se escribió su nombre en Occidente), ya era una criatura de dos años. Perón murió en 1974, a los 79 años, Mao falleció en 1976, a los 83.
Mao fue jefe absoluto de China desde que el Ejercito Popular de Liberación, brazo armado del Partido Comunista Chino tomó el poder, en octubre de 1949, hasta su muerte, o sea durante 28 años, pero además fue caudillo indiscutido de esa fuerza durante 34 años, porque la encabezó desde 1943.
Más modestamente, Perón gobernó un total de 10 años y cinco meses, aunque su conducción e influencia fueron determinantes desde 1945 hasta 1974, casi tres décadas.
¿Orígenes comunes? Bueno, es una afirmación un poco osada. El PC Chino hizo su primer congreso en 1921 y allí estaba presente un joven Mao de 26 años, rotundo y enérgico marxista-leninista.
Durante largas décadas ese comunismo chino tuvo la impronta y el encuadramiento riguroso de la Rusia de Lenin y Stalin. Recién en 1956 los comunistas chinos iniciaron su irreversible distanciamiento de la Unión Soviética y plantaron la bandera de un marxismo adaptado a las condiciones de una sociedad campesina como la china.
Militar profesional desde su adolescencia (ingresó al Colegio Militar en 1910, cuando tenía 15 años, murió con el máximo grado del Ejército, teniente general). Perón fue un militar toda su vida. Antes de llegar al poder en 1946, participó, teniendo 35 años, del golpe militar de 1930 contra el gobierno constitucional del presidente Hipólito Yrigoyen y el golpe de 1943, impulsado por oficiales germanófilos y ultra nacionalistas.
Tras el golpe de 1930, Perón fue enviado como agregado militar argentino a la Italia fascista de Benito Mussolini, una experiencia que lo marcó sobremanera.
Aún cuando durante sus tres presidencias (un mandato completo entre 1946 y 1951 y los dos posteriores interrumpidos por el derrocamiento (1955) y muerte (1974), Perón es el único presidente de la Argentina elegido democráticamente en tres comicios (24 de febrero de 1946, 11 de noviembre de 1951 y 23 de septiembre de 1973) de los que participaron fuerzas políticas opositoras.
Mao, en cambio, dirigió en China una "dictadura del proletariado", o sea un régimen vertical donde manda el Partido Comunista en nombre del pueblo, al que dice representar y del que pretende ser su vanguardia esclarecida.
Perón armó su poder desde el Ejército y desde el Ministerio de Trabajo entre 1943 y 1946. Fue votado por la mayoría, pero su llegada al gobierno fue prácticamente incruenta. Mao toma el poder de China continental tras una larga y sangrienta guerra civil, a la cual hay que añadir la ocupación militar japonesa, que se extendió entre 1931 y fines de la Segunda Guerra Mundial.
El comunismo maoísta se forjó en décadas de guerra, largas marchas y fenomenales movilizaciones. Al asaltar el poder en 1949, los comunistas chinos hicieron que los nacionalistas de República de China, liderada por Chiang Kai-Shek y su partido nacionalista, el Kuomintang, se trasladaran a la vecina isla de Taiwán, que hasta ahora sobrevive como pequeña nación independiente del coloso continental.
Descubre hasta aquí el lector las similitudes entre peronismo y maoísmo? En verdad, se trata de una tarea ímproba. Podría decirse que Cristina Kirchner tuvo nostalgia en Beijing del Perón de los años '70, que sentía admiración por el viejo Mao por dos razones. El líder chino se había separado de la Unión Soviética y Perón detestaba el comunismo ruso, seguramente porque, tras vivir 12 años en la España filo-nazi de Franco, él odiaba al régimen de Moscú.
Y también porque Perón adoraba esos "comunismos nacionales", como el chino, y por esa razón despachó a la casi iletrada Isabel Perón a rendirles pleitesías a los regímenes de Beijing y también de Corea del Norte.
Por eso, por haber desafiado a la URSS, Perón peregrinó a Bucarest ya en 1971, y a dos semanas de asumir el poder en 1973, agasajó en Buenos Aires al matrimonio de Nicolae y Elena Ceausescu, autócratas que saquearon Rumania y que serían finalmente fusilados en 1989 por una revolución democrática.
Hay por consiguiente un interesante debate que acaba de proponer la presidente Kirchner. Maoísmo y peronismo, parecidos y diferencias, dictadura y democracia, tiranía y pluralidad, ideología y objetivos. ¿En qué se parecen? y, si fuera cierto que son primos hermanos, ¿de qué le sirve a la Argentina esa similitud? ¿Admira acaso el actual gobierno argentino el régimen de partido único y absoluta falta de pluralidad y competencia política democrática que prevalece en la ex potencia comunista, que hoy es el principal dínamo capitalista del planeta?
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Editorial:
La posibilidad futura.
En tiempos de nuestros abuelos o de nuestros bisabuelos, porque el tiempo parece pasar cada vez más velozmente, la Argentina era "una tierra de posibilidades". Así lo entendieron todos aquellos que se jugaron por una "nueva tierra" a la cual le entregaron su trabajo, sus sueños y, como si todo eso fuera poco, sus hijos. La tierra respondió de alguna forma, transformó sus esfuerzos en patrimonio y los hijos en gente de bien, a veces en profesionales o en personas trascendentes en las ciencias o las artes. Se cumplieron sus sueños pero nunca pudieron volver a su tierra, a su aldea. Al revés de Moisés que pudo ver la tierra prometida pero no entrar en ella; los nuestros sembraron sus huesos en esa tierra prometida sin volver a la patria añorada. El precio no era poco pero lo pagaron con gusto. Apostaron al futuro.
Después... Después algo falló. La argentina pasó de ser una tierra de posibilidades a un lugar donde cualquier cosa es posible.
Electos o de facto nuestros gobernantes se especializaron en ser cada vez peores, así cuando se fueron juramos que lo eran, caratulamos el hecho como la última vez... y lo volvimos a repetir.
2001 espantó a todos. Tuvimos 5 presidentes en pocos días y luego vino Duhalde a quien se lo cargó la bonaerense primero con los sucesos de Ramallo y luego con Kostecky y Santillán. Dicen que Duhalde hizo mucho mal.
Seguramente. Especialmente al hacer que la gente votase a Kirchner. Aclaremos. No es que la gente creyera en él. Tan sólo suponía que no podía ser más malo que Duhalde, los cinco presidentes de un ratito, De la Rúa, Menem y Alfonsín. El pueblo también se equivoca y feo. Kirchner lo consiguió, fue peor que todos los nombrados. Luego supuso que la gente lo que quería era romper la racha y a su vez, puso a su mujer, con lo cual no sólo siguió siendo presidente sino que logró ser peor.
En un país dividido al extremo el año 2011 no se avizora con esperanzas. Nadie sabe a quién votará y Kirchner tiene demasiados votos cautivos de choripán y gaseosa.
En ese marco aparece Julio Cobos, un radical no positivo, que se disputa con el novel Alfonsín sacar a bailar a Hermes Binner.
A los radicales parece no funcionarles el teléfono. Al menos para hablar a Santa Fe y preguntarle a su correligionaria Griselda Tessio, y a los radicales santafesinos, cómo les fue al integrar la fórmula con el socialista.
2011 está a la vuelta de la esquina. Que un hombre cercano a Cobos, el mendocino diga que existen posibilidades de que pueda compartir una fórmula presidencial con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, suena un poco a locura. Pero dicen que la política es el arte de lo posible.
Si bien es cierto que puede haber otro aún peor que Kirchner, y sería suficientemente malo que éste repitiera, no hay por qué intentarlo.
Quizás el hombre indicado no sea a aquel que prometa casas, trabajo, ni el fin de la pobreza, sino el que intente plantar entre los argentinos el germen de la reconciliación, de la unidad, del respeto y el amor, quizá no para volver a ser lo que fuimos, pero al menos para volver a ser algo.
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2-DEFICIT DE CIUDADANIA.
Por Jorge R. Enríquez (*).
Enviado por: Joice Peres Veda..
En un artículo publicado la semana pasada en “La Nación”, Natalio Botana hace referencia a una reciente encuesta de Latinbarómetro sobre una muestra de más de 20.000 casos distribuidos 18 países latinoamericanos, con relación a la imagen que las personas poseen acerca de cada una y de su familia, de su país y del mundo.
Los resultados son muy elocuentes y confirman la percepción que tantas veces hemos manifestado sobre la baja calidad de nuestra cultura cívica. En la Argentina los individuos y la familia representan una opinión positiva del 82%, el país un 19% y el mundo un 21%. En Brasil los individuos y la familia son valorados positivamente en un 91%, el país en un 75% y el mundo en un 61%. Estas cifras dan cuenta de que el estereotipo de la alegría brasileña tiene sustento fáctico. En el Uruguay los guarismos dan 84%, 59% y 35%.
En ninguna de las naciones analizadas la percepción del país y del mundo ocupa un escalón tan bajo como en la Argentina. Y, entonces Botana se pregunta si tendría razón Jorge Luis Borges cuando en un ensayo publicado en 1946, bajo el título “Nuestro pobre individualismo”, señalaba que los argentinos somos individuos y no ciudadanos, a partir de lo cual aforismos como el de Hegel “El Estado es la realidad de la idea moral” parecen bromas siniestras.
El hecho de que valoremos positivamente a nuestro núcleo familiar y negativamente al país y al mundo habla a las claras de un déficit de confianza social. Sólo confiamos en aquello que nos resulta más inmediato y concreto.
No consideramos al país como una extensión de nuestra familia. No lo sentimos como nuestra casa. De ahí que no nos sentimos obligados a cumplir la ley, en cuya elaboración no hemos participado, porque tampoco percibimos que los legisladores nos representen.
No hay, pues, república, en el sentido etimológico del término, o sea, “cosa pública”.
Las causas de este fenómeno se hunden en nuestra historia. Si Borges detectó el problema en los años cuarenta, significa que no es nada nuevo.
Un mal entendido individualismo, opuesto al individualismo fecundo que fue la base de la prosperidad en los Estados Unidos, como lo interpretó Alexis de Tocqueville en esa obra de notable lucidez que es “La democracia en América”, es el serio obstáculo que debemos intentar remover para que el camino del desarrollo material y espiritual de nuestra sociedad pueda transitarse con sereno optimismo.
Ese individualismo positivo fortalece el poder de las personas, que no son oprimidas por el despotismo estatal, pero potencia al mismo tiempo los lazos sociales a partir de la confianza en el otro.
Sólo sobre ese suelo social es posible levantar el edificio de la república y el estado de derecho, que se fundan en la primacía de la ley.
No hay recetas mágicas para alcanzar ese fortalecimiento colectivo y es utópico creer que pueda lograrse en poco tiempo. Pero hay que avanzar firmemente en esa dirección, con conductas ejemplares de los dirigentes. La corrupción y la prepotencia del poder son perversas sobre todo porque erosionan la confianza recíproca sin la cual los países pueden tener aislados períodos de crecimiento económico, pero no encuentran nunca el rumbo que les garantice una mejor calidad de vida, oportunidades para todos y sociedades más abiertas e igualitarias.
CURIOSAS ABSTENCIONES EN EL SENADO.
El miércoles pasado el Congreso de la Nación sancionó la ley del matrimonio homosexual.
No voy ahora referirme al fondo de la cuestión, sobre el cual expresé reiteradamente mi posición, sino a la forma en que fue votada la ley respectiva en el Senado, porque es sumamente reveladora de los mecanismos reales de ejercicio del poder en la Argentina, por fuera de las declamaciones políticas.
Había entre los senadores quienes estaban a favor del proyecto y quienes estaban en contra. Esto es lo natural respecto de cualquier debate legislativo. Más lo era en este, porque por tratarse de cuestiones vinculadas a muy íntimas creencias los senadores habrían de votar de conformidad a sus conciencias y no por disciplina partidaria.
Así sucedió, por ejemplo, en la Unión Cívica Radical. La mayoría de los senadores radicales no apoyó el proyecto sancionado en Diputados, pero sí lo hicieron algunos, como Ernesto Sanz, presidente del partido, y Gerardo Morales, presidente del bloque de senadores. Unos y otros habían manifestado cuál era su criterio y votaron en consecuencia.
Pero en otros casos hubo votaciones o abstenciones que permitieron una sanción que de otro modo no se habría producido y que se contradicen con declaraciones previas de quienes incurrieron en esos actos.
El ejemplo más notorio es el de Carlos Menem. Su posición en este y otros temas –como el del aborto- fue siempre contraria a admitir leyes que aprueben estas cuestiones. Sin embargo, no se hizo presente en la sesión en que se trataba el proyecto de matrimonio homosexual. Así, se mantuvo en la línea, que adoptó en los últimos meses, de apoyar –mediante sus ausencias o sus abstenciones- las líneas que emanan de la Quinta de Olivos.
El ciudadano común se sentirá azorado ante esa actitud. ¿Pero no era Menem el enemigo acérrimo de Kirchner? ¿No había sido vilipendiado por éste de todas las formas posibles, inclusive a través de gestos indecorosos cuando asistió a la asunción de la actual presidenta como senador? ¿No se presentaba Kirchner –ocultando su pasado menemista- como la contracara del riojano?.
¿Qué pasó en el medio, como para que Menem abandonara de un día para el otro su discurso opositor, dejara en la estacada a sus compañeros del llamado “Peronismo Federal” y se plegara en los hechos al kirchnerismo? ¿Qué oscura trama se mueve por detrás? ¿La promesa de impunidad? ¿Ayuda económica? ¿Sostén político de su candidatura a la reelección como senador?.
Otras ausencias del recinto a la hora de la votación son también sospechosas. Sus protagonistas deberían explicarlas. Es el mínimo deber de un representante del pueblo.
Algún voto contrario a la posición asumida fue fundamentado en el debate. Tal el caso de la senadora riojana Teresita Quintela, quien después de manifestar que estaba en contra del proyecto dijo que votaría a favor para obrar de acuerdo a su bloque. No es cierto que debiera seguir el mandato del bloque en un tema de conciencia. En verdad, votó así por presión del gobernador de su provincia, a su vez coaccionado por Kirchner. Si no lograba torcer el voto de Quintela, se le “terminaban los víveres”. Una extorsión lisa y llana. Un operativo con la firma y el sello de Néstor Kirchner.
Este “modus operandi”, desplegado en forma ostensible y sin el menor recato, permite algunos triunfos legislativos pero a la larga es un veneno para la democracia, ya que mina la confianza pública en las instituciones, sin la cual aquella pierde solidez y queda despejado el camino para la anarquía y su fatal derivado, el autoritarismo.
¿FIN DE LA EMERGENCIA ECONÓMICA?
En enero de 2002, en medio de una aguda crisis económica que derivó en el corralito, el corralón, el default, la devaluación y la pesificación asimétrica, el Congreso Nacional sancionó la ley de emergencia económica.
Mediante dicha norma, se facultaba al Poder Ejecutivo a fijar tarifas, renegociar contratos de servicios públicos y, en general, disponer de medidas en el área económica por su cuenta. La gravedad de la emergencia justificaba esta amplia delegación de atribuciones legislativas en el Presidente, por la celeridad con que debía actuarse, que es difícil de alcanzar en cuerpos colegiados como las cámaras parlamentarias.
La emergencia pasó mucho más rápido que lo que se preveía. Ya a mediados de 2002 comenzó la reactivación de la economía. En los años siguientes, merced a un escenario internacional que había cambiado sustancialmente, con la extraordinaria mejora de los precios de las materias primas que nuestro país exporta, el crecimiento se consolidó, no así la distribución de la riqueza, obscenamente injusta respecto de los sectores más postergados de la sociedad.
Desde entonces, el gobierno nacional viene ufanándose de que la Argentina crece a “tasas chinas”. Sin embargo, la ley de emergencia económica no sólo no se derogó, sino que fue varias veces prorrogada por períodos de un año, salvo a fines de 2009 cuando, como el kirchnerismo estaba por perder su control del Congreso, la hizo prorrogar por dos, hasta la expiración del mandato de Cristina Kirchner.
La oposición ha anunciado que presentará un proyecto para derogar esa ley. El anuncio despertó la airada reacción del presidente del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi, quien declaró: “Es una barbaridad. Esta ley es una herramienta que el Gobierno utiliza para gestionar. Son unos irresponsables”.
Lo que es una barbaridad es que Rossi se exprese en esos términos, porque, o bien miente a sabiendas, y es un cínico, o cree en lo que dice, y es un ignorante.
Aquello que se justificaba excepcionalmente en razón de la emergencia, pierde sentido cuando la situación de apremio ya fue superada. Pero nuestros gobiernos –y en esto, como en todo, los Kirchner no han inventado nada, exacerbando lo peor- terminan enamorándose de las emergencias, que son las principales fuentes de concentración del poder y, por ende, de arbitrariedad estatal y de corrupción.
Así, cuando no hay emergencias naturales, se las crea. Lo que es un instrumento heroico para conjurar una crisis, pasa a ser “una herramienta que utiliza el Gobierno para gestionar”. Faltó en la frase de Rossi el adjetivo, que está implícito: porque esa declaración sólo tiene sentido si se agrega que la herramienta es “normal”, “habitual”, etc. Adviértase que Rossi ni se toma el trabajo de intentar demostrar que sigamos viviendo en la emergencia. Para ser consecuente, debería proponer que se cerrara el Congreso.
Vivimos, sí, en una emergencia, la emergencia institucional. Resolver esa calamidad requiere, paradójicamente, terminar con las emergencias artificiales y restituir el equilibrio de los poderes.
(*) El autor es abogado y periodista.
Viernes 23 de julio de 2010
Dr. Jorge R. Enríquez
jrenriquez2000@gmail.com
No caben dudas que los argentinos estamos actualmente fuertemente politizados. La sociedad entera está politizada. Podríamos afirmar que este gobierno nos llevo con su perversa política a esta situación. Pero en realidad, estar politizados es una situación deseable.
Ya Aristóteles definió al hombre como "zoon políticon", "animal político", marcando con ello otra particularidad que tiene con respecto al resto del reino animal. El hombre no político era un "ideon", el sentido original de nuestra palabra "idiota".
En un sistema democrático es deseable que la mayor cantidad de ciudadanos participen en la elaboración del destino colectivo del país.
Pero lo negativo es que nuestra politización se reduce prácticamente a las críticas y comentarios en las charlas de sobremesa o de café.
Solo una mínima cantidad de personas participan activamente en los asuntos públicos; una reducida minoría; y el resto, una inmensa proporción de ciudadanos, si bien no es indiferente a la política, es totalmente inactiva en ese sentido y se abstienen de actividades relacionadas.
Esta gigantesca masa de personas tiene un papel meramente pasivo, pese a su abundante crítica y opinión discursiva.
Lo expresado no es una particularidad argentina, es un fenómeno casi universal.
Pero lo que se quiere destacar en este artículo es la increíble pasividad y aparente desinterés de la ciudadanía con respecto a los colosales engaños, errores y mentiras y la escandalosa corrupción del matrimonio gobernante y sus tortuosas medidas de gobierno.
En eso nos diferenciamos del resto del mundo. Los argentinos somos en la gran mayoría instruidos y en general informados. No nos están engañando sutil y subrepticiamente. Lo hacen abierta y algunas veces ostensiblemente en nuestra propia cara.
El abuso del poder, el engaño, las mentiras, las trapisondas antidemocráticas, las constantes vulneraciones a las leyes y a la Constitución y la desenfrenada corrupción gubernamental es sencillamente escandaloso y descarado.
Todos los argentinos somos conscientes de ello. De cualquier nivel social o económico. Desde el poderoso empresario hasta el más humilde obrero.
Sabemos que es lo que está pasando, ya que el gobierno de los Kirchner no toma ningún recaudo para disimular su corruptela y perniciosas andanzas. Lo hacen impune y desenmascaradamente en nuestras propias narices.
Simultáneamente, ante el negativo ejemplo de los Kirchner, las virtudes éticas y morales de la dirigencia política se van debilitando y desapareciendo y como consecuencia lógica toda la sociedad argentina se va degradando cada vez más rápidamente.
Desde el comienzo de la gestión de estos delincuentes encumbrados en los más altos puestos de la política nacional hasta el presente, el abuso del poder, la confrontación y sus medidas y decisiones políticas han sido altamente negativas y han ido en dirección contraria al sentido común y francamente en contra de la voluntad popular.
Nos es el caso enumerar los gravísimos dislates y delitos cometidos por esta administración. Solo mencionaremos los tres últimos: el mega escándalo de la embajada paralela en Venezuela que viene a confirmar definitivamente los negociados de los Kirchner desde el mismísimo comienzo de la gestión de estos, el nuevo inmenso incremento en el patrimonio de la pareja reinante y la verdadera afrenta a los argentinos al propulsar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En el marco de la estrategia de la confrontación sistemática llevada a cabo permanentemente por los Kirchner, fue asestar un duro golpe a la Iglesia Católica, sin darse cuenta o mejor dicho sin importarle en absoluto, que ello constituye una verdadera ofensa y agravio a la inmensa grey católica de nuestro país.
Mientras el país está siendo expoliado, sus instituciones destruidas y ante el grave riesgo de un estallido violento por la polarización a los cuales nos lleva el déspota, los argentinos miramos pasivamente los acontecimientos.
Atónitos, pero pasivos.
Como si fuéramos un dócil y manso rebaño de ovejas llevadas al matadero
¿Que nos pasa a los argentinos? Parecemos anestesiados. Será que se está corroborando definitivamente el "yo argentino" como para significar que no nos queremos involucrar. ¿Realmente no nos interesa lo que está pasando en nuestra Patria? Esa apatía y esa mansedumbre pueden sernos fatales. El país se está hundiendo cada vez más y las próximas generaciones pagarán los platos rotos.
No obstante aún hay esperanzas. La historia mostró que cuando las circunstancias lo exige, la mansedumbre del argentino puede pasar a extrema fiereza, coraje y valor para defender lo correcto, lo suyo o lo justo.
"El Primer Trabajador" para unos o el "El Gran Corruptor" para otros, lo dijo claramente: ".llegará la hora en que el pueblo hará tronar el escarmiento".
Seguramente eso es lo que a la larga o a la corta sucederá indefectiblemente. Esperemos que sea sin violencia.
Pero asegurémonos que todos aquellos que han bastardeado los valores republicanos, los principios democráticos, que no han respetado los valores morales y éticos elementales de nuestra sociedad, los que han usado su cargo para lucrar y enriquecerse terminen sus vidas en la cárcel.
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Cristina, Mao y Perón.
¿Tendrá razón la presidente Cristina Kirchner? ¿Será cierto que el peronismo argentino tiene similitudes y orígenes comunes con el comunismo maoísta de China?
Lo dijo la semana pasada al promediar su viaje a China y no hay derecho a ignorar o ridiculizar sus palabras. Países situados en las antípodas geográficas del planeta, Argentina y China no podrían ser más diferentes en todos los sentidos.
La nación asiática ocupa un área que casi cuadruplica la superficie continental argentina (9.6 millones de Km2, contra 2.8 millones de kilómetros cuadrados). Demográficamente, la escala es abrumadora, ya que en esas tierras asiáticas viven ¡32 veces más seres humanos que en la Argentina!
Pero, ¿similitudes? Cuando Juan Domingo Perón nació en Lobos, en 1895, Mao Zedong (o Mao Tsé-Tung, como siempre se escribió su nombre en Occidente), ya era una criatura de dos años. Perón murió en 1974, a los 79 años, Mao falleció en 1976, a los 83.
Mao fue jefe absoluto de China desde que el Ejercito Popular de Liberación, brazo armado del Partido Comunista Chino tomó el poder, en octubre de 1949, hasta su muerte, o sea durante 28 años, pero además fue caudillo indiscutido de esa fuerza durante 34 años, porque la encabezó desde 1943.
Más modestamente, Perón gobernó un total de 10 años y cinco meses, aunque su conducción e influencia fueron determinantes desde 1945 hasta 1974, casi tres décadas.
¿Orígenes comunes? Bueno, es una afirmación un poco osada. El PC Chino hizo su primer congreso en 1921 y allí estaba presente un joven Mao de 26 años, rotundo y enérgico marxista-leninista.
Durante largas décadas ese comunismo chino tuvo la impronta y el encuadramiento riguroso de la Rusia de Lenin y Stalin. Recién en 1956 los comunistas chinos iniciaron su irreversible distanciamiento de la Unión Soviética y plantaron la bandera de un marxismo adaptado a las condiciones de una sociedad campesina como la china.
Militar profesional desde su adolescencia (ingresó al Colegio Militar en 1910, cuando tenía 15 años, murió con el máximo grado del Ejército, teniente general). Perón fue un militar toda su vida. Antes de llegar al poder en 1946, participó, teniendo 35 años, del golpe militar de 1930 contra el gobierno constitucional del presidente Hipólito Yrigoyen y el golpe de 1943, impulsado por oficiales germanófilos y ultra nacionalistas.
Tras el golpe de 1930, Perón fue enviado como agregado militar argentino a la Italia fascista de Benito Mussolini, una experiencia que lo marcó sobremanera.
Aún cuando durante sus tres presidencias (un mandato completo entre 1946 y 1951 y los dos posteriores interrumpidos por el derrocamiento (1955) y muerte (1974), Perón es el único presidente de la Argentina elegido democráticamente en tres comicios (24 de febrero de 1946, 11 de noviembre de 1951 y 23 de septiembre de 1973) de los que participaron fuerzas políticas opositoras.
Mao, en cambio, dirigió en China una "dictadura del proletariado", o sea un régimen vertical donde manda el Partido Comunista en nombre del pueblo, al que dice representar y del que pretende ser su vanguardia esclarecida.
Perón armó su poder desde el Ejército y desde el Ministerio de Trabajo entre 1943 y 1946. Fue votado por la mayoría, pero su llegada al gobierno fue prácticamente incruenta. Mao toma el poder de China continental tras una larga y sangrienta guerra civil, a la cual hay que añadir la ocupación militar japonesa, que se extendió entre 1931 y fines de la Segunda Guerra Mundial.
El comunismo maoísta se forjó en décadas de guerra, largas marchas y fenomenales movilizaciones. Al asaltar el poder en 1949, los comunistas chinos hicieron que los nacionalistas de República de China, liderada por Chiang Kai-Shek y su partido nacionalista, el Kuomintang, se trasladaran a la vecina isla de Taiwán, que hasta ahora sobrevive como pequeña nación independiente del coloso continental.
Descubre hasta aquí el lector las similitudes entre peronismo y maoísmo? En verdad, se trata de una tarea ímproba. Podría decirse que Cristina Kirchner tuvo nostalgia en Beijing del Perón de los años '70, que sentía admiración por el viejo Mao por dos razones. El líder chino se había separado de la Unión Soviética y Perón detestaba el comunismo ruso, seguramente porque, tras vivir 12 años en la España filo-nazi de Franco, él odiaba al régimen de Moscú.
Y también porque Perón adoraba esos "comunismos nacionales", como el chino, y por esa razón despachó a la casi iletrada Isabel Perón a rendirles pleitesías a los regímenes de Beijing y también de Corea del Norte.
Por eso, por haber desafiado a la URSS, Perón peregrinó a Bucarest ya en 1971, y a dos semanas de asumir el poder en 1973, agasajó en Buenos Aires al matrimonio de Nicolae y Elena Ceausescu, autócratas que saquearon Rumania y que serían finalmente fusilados en 1989 por una revolución democrática.
Hay por consiguiente un interesante debate que acaba de proponer la presidente Kirchner. Maoísmo y peronismo, parecidos y diferencias, dictadura y democracia, tiranía y pluralidad, ideología y objetivos. ¿En qué se parecen? y, si fuera cierto que son primos hermanos, ¿de qué le sirve a la Argentina esa similitud? ¿Admira acaso el actual gobierno argentino el régimen de partido único y absoluta falta de pluralidad y competencia política democrática que prevalece en la ex potencia comunista, que hoy es el principal dínamo capitalista del planeta?
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Editorial:
La posibilidad futura.
En tiempos de nuestros abuelos o de nuestros bisabuelos, porque el tiempo parece pasar cada vez más velozmente, la Argentina era "una tierra de posibilidades". Así lo entendieron todos aquellos que se jugaron por una "nueva tierra" a la cual le entregaron su trabajo, sus sueños y, como si todo eso fuera poco, sus hijos. La tierra respondió de alguna forma, transformó sus esfuerzos en patrimonio y los hijos en gente de bien, a veces en profesionales o en personas trascendentes en las ciencias o las artes. Se cumplieron sus sueños pero nunca pudieron volver a su tierra, a su aldea. Al revés de Moisés que pudo ver la tierra prometida pero no entrar en ella; los nuestros sembraron sus huesos en esa tierra prometida sin volver a la patria añorada. El precio no era poco pero lo pagaron con gusto. Apostaron al futuro.
Después... Después algo falló. La argentina pasó de ser una tierra de posibilidades a un lugar donde cualquier cosa es posible.
Electos o de facto nuestros gobernantes se especializaron en ser cada vez peores, así cuando se fueron juramos que lo eran, caratulamos el hecho como la última vez... y lo volvimos a repetir.
2001 espantó a todos. Tuvimos 5 presidentes en pocos días y luego vino Duhalde a quien se lo cargó la bonaerense primero con los sucesos de Ramallo y luego con Kostecky y Santillán. Dicen que Duhalde hizo mucho mal.
Seguramente. Especialmente al hacer que la gente votase a Kirchner. Aclaremos. No es que la gente creyera en él. Tan sólo suponía que no podía ser más malo que Duhalde, los cinco presidentes de un ratito, De la Rúa, Menem y Alfonsín. El pueblo también se equivoca y feo. Kirchner lo consiguió, fue peor que todos los nombrados. Luego supuso que la gente lo que quería era romper la racha y a su vez, puso a su mujer, con lo cual no sólo siguió siendo presidente sino que logró ser peor.
En un país dividido al extremo el año 2011 no se avizora con esperanzas. Nadie sabe a quién votará y Kirchner tiene demasiados votos cautivos de choripán y gaseosa.
En ese marco aparece Julio Cobos, un radical no positivo, que se disputa con el novel Alfonsín sacar a bailar a Hermes Binner.
A los radicales parece no funcionarles el teléfono. Al menos para hablar a Santa Fe y preguntarle a su correligionaria Griselda Tessio, y a los radicales santafesinos, cómo les fue al integrar la fórmula con el socialista.
2011 está a la vuelta de la esquina. Que un hombre cercano a Cobos, el mendocino diga que existen posibilidades de que pueda compartir una fórmula presidencial con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, suena un poco a locura. Pero dicen que la política es el arte de lo posible.
Si bien es cierto que puede haber otro aún peor que Kirchner, y sería suficientemente malo que éste repitiera, no hay por qué intentarlo.
Quizás el hombre indicado no sea a aquel que prometa casas, trabajo, ni el fin de la pobreza, sino el que intente plantar entre los argentinos el germen de la reconciliación, de la unidad, del respeto y el amor, quizá no para volver a ser lo que fuimos, pero al menos para volver a ser algo.
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2-DEFICIT DE CIUDADANIA.
Por Jorge R. Enríquez (*).
Enviado por: Joice Peres Veda..
En un artículo publicado la semana pasada en “La Nación”, Natalio Botana hace referencia a una reciente encuesta de Latinbarómetro sobre una muestra de más de 20.000 casos distribuidos 18 países latinoamericanos, con relación a la imagen que las personas poseen acerca de cada una y de su familia, de su país y del mundo.
Los resultados son muy elocuentes y confirman la percepción que tantas veces hemos manifestado sobre la baja calidad de nuestra cultura cívica. En la Argentina los individuos y la familia representan una opinión positiva del 82%, el país un 19% y el mundo un 21%. En Brasil los individuos y la familia son valorados positivamente en un 91%, el país en un 75% y el mundo en un 61%. Estas cifras dan cuenta de que el estereotipo de la alegría brasileña tiene sustento fáctico. En el Uruguay los guarismos dan 84%, 59% y 35%.
En ninguna de las naciones analizadas la percepción del país y del mundo ocupa un escalón tan bajo como en la Argentina. Y, entonces Botana se pregunta si tendría razón Jorge Luis Borges cuando en un ensayo publicado en 1946, bajo el título “Nuestro pobre individualismo”, señalaba que los argentinos somos individuos y no ciudadanos, a partir de lo cual aforismos como el de Hegel “El Estado es la realidad de la idea moral” parecen bromas siniestras.
El hecho de que valoremos positivamente a nuestro núcleo familiar y negativamente al país y al mundo habla a las claras de un déficit de confianza social. Sólo confiamos en aquello que nos resulta más inmediato y concreto.
No consideramos al país como una extensión de nuestra familia. No lo sentimos como nuestra casa. De ahí que no nos sentimos obligados a cumplir la ley, en cuya elaboración no hemos participado, porque tampoco percibimos que los legisladores nos representen.
No hay, pues, república, en el sentido etimológico del término, o sea, “cosa pública”.
Las causas de este fenómeno se hunden en nuestra historia. Si Borges detectó el problema en los años cuarenta, significa que no es nada nuevo.
Un mal entendido individualismo, opuesto al individualismo fecundo que fue la base de la prosperidad en los Estados Unidos, como lo interpretó Alexis de Tocqueville en esa obra de notable lucidez que es “La democracia en América”, es el serio obstáculo que debemos intentar remover para que el camino del desarrollo material y espiritual de nuestra sociedad pueda transitarse con sereno optimismo.
Ese individualismo positivo fortalece el poder de las personas, que no son oprimidas por el despotismo estatal, pero potencia al mismo tiempo los lazos sociales a partir de la confianza en el otro.
Sólo sobre ese suelo social es posible levantar el edificio de la república y el estado de derecho, que se fundan en la primacía de la ley.
No hay recetas mágicas para alcanzar ese fortalecimiento colectivo y es utópico creer que pueda lograrse en poco tiempo. Pero hay que avanzar firmemente en esa dirección, con conductas ejemplares de los dirigentes. La corrupción y la prepotencia del poder son perversas sobre todo porque erosionan la confianza recíproca sin la cual los países pueden tener aislados períodos de crecimiento económico, pero no encuentran nunca el rumbo que les garantice una mejor calidad de vida, oportunidades para todos y sociedades más abiertas e igualitarias.
CURIOSAS ABSTENCIONES EN EL SENADO.
El miércoles pasado el Congreso de la Nación sancionó la ley del matrimonio homosexual.
No voy ahora referirme al fondo de la cuestión, sobre el cual expresé reiteradamente mi posición, sino a la forma en que fue votada la ley respectiva en el Senado, porque es sumamente reveladora de los mecanismos reales de ejercicio del poder en la Argentina, por fuera de las declamaciones políticas.
Había entre los senadores quienes estaban a favor del proyecto y quienes estaban en contra. Esto es lo natural respecto de cualquier debate legislativo. Más lo era en este, porque por tratarse de cuestiones vinculadas a muy íntimas creencias los senadores habrían de votar de conformidad a sus conciencias y no por disciplina partidaria.
Así sucedió, por ejemplo, en la Unión Cívica Radical. La mayoría de los senadores radicales no apoyó el proyecto sancionado en Diputados, pero sí lo hicieron algunos, como Ernesto Sanz, presidente del partido, y Gerardo Morales, presidente del bloque de senadores. Unos y otros habían manifestado cuál era su criterio y votaron en consecuencia.
Pero en otros casos hubo votaciones o abstenciones que permitieron una sanción que de otro modo no se habría producido y que se contradicen con declaraciones previas de quienes incurrieron en esos actos.
El ejemplo más notorio es el de Carlos Menem. Su posición en este y otros temas –como el del aborto- fue siempre contraria a admitir leyes que aprueben estas cuestiones. Sin embargo, no se hizo presente en la sesión en que se trataba el proyecto de matrimonio homosexual. Así, se mantuvo en la línea, que adoptó en los últimos meses, de apoyar –mediante sus ausencias o sus abstenciones- las líneas que emanan de la Quinta de Olivos.
El ciudadano común se sentirá azorado ante esa actitud. ¿Pero no era Menem el enemigo acérrimo de Kirchner? ¿No había sido vilipendiado por éste de todas las formas posibles, inclusive a través de gestos indecorosos cuando asistió a la asunción de la actual presidenta como senador? ¿No se presentaba Kirchner –ocultando su pasado menemista- como la contracara del riojano?.
¿Qué pasó en el medio, como para que Menem abandonara de un día para el otro su discurso opositor, dejara en la estacada a sus compañeros del llamado “Peronismo Federal” y se plegara en los hechos al kirchnerismo? ¿Qué oscura trama se mueve por detrás? ¿La promesa de impunidad? ¿Ayuda económica? ¿Sostén político de su candidatura a la reelección como senador?.
Otras ausencias del recinto a la hora de la votación son también sospechosas. Sus protagonistas deberían explicarlas. Es el mínimo deber de un representante del pueblo.
Algún voto contrario a la posición asumida fue fundamentado en el debate. Tal el caso de la senadora riojana Teresita Quintela, quien después de manifestar que estaba en contra del proyecto dijo que votaría a favor para obrar de acuerdo a su bloque. No es cierto que debiera seguir el mandato del bloque en un tema de conciencia. En verdad, votó así por presión del gobernador de su provincia, a su vez coaccionado por Kirchner. Si no lograba torcer el voto de Quintela, se le “terminaban los víveres”. Una extorsión lisa y llana. Un operativo con la firma y el sello de Néstor Kirchner.
Este “modus operandi”, desplegado en forma ostensible y sin el menor recato, permite algunos triunfos legislativos pero a la larga es un veneno para la democracia, ya que mina la confianza pública en las instituciones, sin la cual aquella pierde solidez y queda despejado el camino para la anarquía y su fatal derivado, el autoritarismo.
¿FIN DE LA EMERGENCIA ECONÓMICA?
En enero de 2002, en medio de una aguda crisis económica que derivó en el corralito, el corralón, el default, la devaluación y la pesificación asimétrica, el Congreso Nacional sancionó la ley de emergencia económica.
Mediante dicha norma, se facultaba al Poder Ejecutivo a fijar tarifas, renegociar contratos de servicios públicos y, en general, disponer de medidas en el área económica por su cuenta. La gravedad de la emergencia justificaba esta amplia delegación de atribuciones legislativas en el Presidente, por la celeridad con que debía actuarse, que es difícil de alcanzar en cuerpos colegiados como las cámaras parlamentarias.
La emergencia pasó mucho más rápido que lo que se preveía. Ya a mediados de 2002 comenzó la reactivación de la economía. En los años siguientes, merced a un escenario internacional que había cambiado sustancialmente, con la extraordinaria mejora de los precios de las materias primas que nuestro país exporta, el crecimiento se consolidó, no así la distribución de la riqueza, obscenamente injusta respecto de los sectores más postergados de la sociedad.
Desde entonces, el gobierno nacional viene ufanándose de que la Argentina crece a “tasas chinas”. Sin embargo, la ley de emergencia económica no sólo no se derogó, sino que fue varias veces prorrogada por períodos de un año, salvo a fines de 2009 cuando, como el kirchnerismo estaba por perder su control del Congreso, la hizo prorrogar por dos, hasta la expiración del mandato de Cristina Kirchner.
La oposición ha anunciado que presentará un proyecto para derogar esa ley. El anuncio despertó la airada reacción del presidente del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi, quien declaró: “Es una barbaridad. Esta ley es una herramienta que el Gobierno utiliza para gestionar. Son unos irresponsables”.
Lo que es una barbaridad es que Rossi se exprese en esos términos, porque, o bien miente a sabiendas, y es un cínico, o cree en lo que dice, y es un ignorante.
Aquello que se justificaba excepcionalmente en razón de la emergencia, pierde sentido cuando la situación de apremio ya fue superada. Pero nuestros gobiernos –y en esto, como en todo, los Kirchner no han inventado nada, exacerbando lo peor- terminan enamorándose de las emergencias, que son las principales fuentes de concentración del poder y, por ende, de arbitrariedad estatal y de corrupción.
Así, cuando no hay emergencias naturales, se las crea. Lo que es un instrumento heroico para conjurar una crisis, pasa a ser “una herramienta que utiliza el Gobierno para gestionar”. Faltó en la frase de Rossi el adjetivo, que está implícito: porque esa declaración sólo tiene sentido si se agrega que la herramienta es “normal”, “habitual”, etc. Adviértase que Rossi ni se toma el trabajo de intentar demostrar que sigamos viviendo en la emergencia. Para ser consecuente, debería proponer que se cerrara el Congreso.
Vivimos, sí, en una emergencia, la emergencia institucional. Resolver esa calamidad requiere, paradójicamente, terminar con las emergencias artificiales y restituir el equilibrio de los poderes.
(*) El autor es abogado y periodista.
Viernes 23 de julio de 2010
Dr. Jorge R. Enríquez
jrenriquez2000@gmail.com
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3-La ley venenosa.
Por: Guillermo Díaz Aguirre.
Envío del autor.
Recientemente se aprobó la ley venenosa que permite que se casen entre maricas y entre lesbianas.Esta ley forma parte del proyecto de destrucción de la familia.Está en contra de la ley natural y de la ley de Dios.Apoyada fervientemente por la residente de Olivos y su marido,forma parte,también, de la agresión que se realiza en forma permanente contra nuestra Iglesia Católica.Atenta también contra la cultura cristiana de la`Patria,contra la tradición y contra todo lo bueno que forma parte de nuestra historia.No nos sorprende que el matrimonio usurpador,sus secuaces y una parte de la oposición embatan contra el matrimonio único y verdadero,dándoles el gusto a un reducido número de habitantes que quieren unirse antinaturalmente.
Nuestra Patria nació católica y esta ley es profundamente anticatólica.
La gente que ha votado esta ley ha pensado solamente en intereses políticos partidarios y,con la misma ,entre otras cosas,le inyectarán veneno a los niños que han nacido y a los que nacerán en el futuro,pues maricas y lesbianas podrán hacerse de "hijos" mediante adopciones y utilizando métodos antinaturales.Si se da el caso de dos personas del sexo masculino,para hacerse de un "hijo"uno de ellos deberá alquilar un vientre para lograr que ese "hijo" nazca y,por supuesto,en esa supuesta "familia"habrá sólo un ascendiente de ese pobre niño y éste carecerá de madre.En el caso que sea la unión de dos mujeres,una de ellas deberá proceder a prestar su vientre para recibir semen de una probeta para lograr que el niño nazca,el que nacerá sin presencia de padre.Es decir,los niños nacidos en esta clase de parejas,nacerán utilizando métodos antinaturales.Que pasará con ese niño cuando vea que sus supuestos padres son del mismo sexo y vea que sus compañeros de colegio son nacidos de padre y madre.
Que ocurrirá con aquellos niños nacidos de matrimonio cuando se vinculen con niños que viven con parejas de maricas o de lesbianas.Evidentemente,se producirá un trauma en unos y otros.A los maricas y lesbianas que se hagan de niños no les interesa las consecuencias que traerá en esos niños sus uniones malsanas,solamente piensan en sí mismos.Estos desviados poseen una soberbia y egoísmo sin límites.
El matrimonio perverso,usurpador del poder,y sus secuaces subversivos no son solamente los que atentan contra la ley natural y contra la ley de Dios.Para aprobar esta ley venenosa han necesitado de una parte de esos que se llaman a sí mismos opositores,y que lo son cuando serlo les resulta conveniente a sus intereses.Los desviados sexuales como muchos que los apoyan,entre ellos senadores y diputados,opinan que esta ley perversa responde a derechos por parte de maricas y lesbianas.
No se tiene derecho a destruir la familia y esto es lo que produce el llamado "matrimonio" entre maricas y lesbianas.Los desviados sexuales dicen senitrse discriminados al no estar equiparado su unión perversa con el matrimonio propiamente dicho.
No hay discriminación cuando se comparan situaciones distintas.No es lo mismo un matrimonio que una unión entre maricas o entre lesbianas.Dado que el actual ministro de educación es sucesor ideológico del judeo-marxista Filmus,todo lo referente al "matrimonio" entre maricas lo introducirán en los colegios y así irán envenenando la mente de los niños.No sería de extrañar que esta gentuza considere discriminatorio el cuarto mandamiento que dice:Honrarás a tu padre y a tu madre.
En diputados se dió media sanción a esta ley venenosa y,entre otros,votó favorablemente un diputado que pretende ser presidente de la República,el hijo del defensor de Santucho Ricardo Alfonsín.La señora Carrió que se dice católica y de comunión diaria,se abstuvo manifestando que no podía estar en contra de los homosexuales ni en contra de la Iglesia.Está muy equivocada pues no estar en contra de esta ley venenosa es estar en contra de la Iglesia Católica.También se dice católico Ricardo Alfonsín y,con este proceder, está también en contra de la Iglesia Católica.En el Senado hubo dos senadoras que,supuestamente,iban a votar en contra de la ley,pero aceptaron acompañar a China a la residente de Olivos.Por aceptar un placentero viaje y no cumplir con su deber se transforman en cómplices de la aprobación de esta ley venenosa.Hubo cuatro senadores,la señora Estenssoro,Artaza,Sanz y Morales,que votaron a favor de la aprobación de la ley,perteneciendo también al grupo de cómplices de la unión antinatural de maricas y lesbianas.Hubo otros cuatro senadores,Menem,Rodríguez Saá,Romero y Reutemann,que,en un acto de cobardía se retiraron del recinto antes de la votación y también forman parte de los que apoyan esta ley venenosa ,destructora de la familia y enemiga de la Iglesia Católica.Hubo varios senadores que,manifestándose católicos,votaron a favor de esta ley venenosa.Estos senadores como aquéllos que en diputados votaron a favor manifestándose católicos,poseen una gran incongruencia mental creando una gran confusión en la sociedad,dado que la Iglesia condena este tipo de uniones.
Los que promovieron como los que votaron esta ley venenosa atentan contra la familia,célula de la sociedad,contra la Iglesia Católica y la Patria.Esta ley venenosa como tantas otras cosas nefastas son producto de esta democracia corrupta.
Aquéllos que decidan poner un sobre en la urna,anulen el voto poniendo un papel en el sobre en el que manifiesten las razones de su anulación.Hay que derrotar a esta partidocracia corrupta y antiargentina.
Guillermo Díaz Aguirre
delfinvnsh@yahoo.com.ar
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3-La ley venenosa.
Por: Guillermo Díaz Aguirre.
Envío del autor.
Recientemente se aprobó la ley venenosa que permite que se casen entre maricas y entre lesbianas.Esta ley forma parte del proyecto de destrucción de la familia.Está en contra de la ley natural y de la ley de Dios.Apoyada fervientemente por la residente de Olivos y su marido,forma parte,también, de la agresión que se realiza en forma permanente contra nuestra Iglesia Católica.Atenta también contra la cultura cristiana de la`Patria,contra la tradición y contra todo lo bueno que forma parte de nuestra historia.No nos sorprende que el matrimonio usurpador,sus secuaces y una parte de la oposición embatan contra el matrimonio único y verdadero,dándoles el gusto a un reducido número de habitantes que quieren unirse antinaturalmente.
Nuestra Patria nació católica y esta ley es profundamente anticatólica.
La gente que ha votado esta ley ha pensado solamente en intereses políticos partidarios y,con la misma ,entre otras cosas,le inyectarán veneno a los niños que han nacido y a los que nacerán en el futuro,pues maricas y lesbianas podrán hacerse de "hijos" mediante adopciones y utilizando métodos antinaturales.Si se da el caso de dos personas del sexo masculino,para hacerse de un "hijo"uno de ellos deberá alquilar un vientre para lograr que ese "hijo" nazca y,por supuesto,en esa supuesta "familia"habrá sólo un ascendiente de ese pobre niño y éste carecerá de madre.En el caso que sea la unión de dos mujeres,una de ellas deberá proceder a prestar su vientre para recibir semen de una probeta para lograr que el niño nazca,el que nacerá sin presencia de padre.Es decir,los niños nacidos en esta clase de parejas,nacerán utilizando métodos antinaturales.Que pasará con ese niño cuando vea que sus supuestos padres son del mismo sexo y vea que sus compañeros de colegio son nacidos de padre y madre.
Que ocurrirá con aquellos niños nacidos de matrimonio cuando se vinculen con niños que viven con parejas de maricas o de lesbianas.Evidentemente,se producirá un trauma en unos y otros.A los maricas y lesbianas que se hagan de niños no les interesa las consecuencias que traerá en esos niños sus uniones malsanas,solamente piensan en sí mismos.Estos desviados poseen una soberbia y egoísmo sin límites.
El matrimonio perverso,usurpador del poder,y sus secuaces subversivos no son solamente los que atentan contra la ley natural y contra la ley de Dios.Para aprobar esta ley venenosa han necesitado de una parte de esos que se llaman a sí mismos opositores,y que lo son cuando serlo les resulta conveniente a sus intereses.Los desviados sexuales como muchos que los apoyan,entre ellos senadores y diputados,opinan que esta ley perversa responde a derechos por parte de maricas y lesbianas.
No se tiene derecho a destruir la familia y esto es lo que produce el llamado "matrimonio" entre maricas y lesbianas.Los desviados sexuales dicen senitrse discriminados al no estar equiparado su unión perversa con el matrimonio propiamente dicho.
No hay discriminación cuando se comparan situaciones distintas.No es lo mismo un matrimonio que una unión entre maricas o entre lesbianas.Dado que el actual ministro de educación es sucesor ideológico del judeo-marxista Filmus,todo lo referente al "matrimonio" entre maricas lo introducirán en los colegios y así irán envenenando la mente de los niños.No sería de extrañar que esta gentuza considere discriminatorio el cuarto mandamiento que dice:Honrarás a tu padre y a tu madre.
En diputados se dió media sanción a esta ley venenosa y,entre otros,votó favorablemente un diputado que pretende ser presidente de la República,el hijo del defensor de Santucho Ricardo Alfonsín.La señora Carrió que se dice católica y de comunión diaria,se abstuvo manifestando que no podía estar en contra de los homosexuales ni en contra de la Iglesia.Está muy equivocada pues no estar en contra de esta ley venenosa es estar en contra de la Iglesia Católica.También se dice católico Ricardo Alfonsín y,con este proceder, está también en contra de la Iglesia Católica.En el Senado hubo dos senadoras que,supuestamente,iban a votar en contra de la ley,pero aceptaron acompañar a China a la residente de Olivos.Por aceptar un placentero viaje y no cumplir con su deber se transforman en cómplices de la aprobación de esta ley venenosa.Hubo cuatro senadores,la señora Estenssoro,Artaza,Sanz y Morales,que votaron a favor de la aprobación de la ley,perteneciendo también al grupo de cómplices de la unión antinatural de maricas y lesbianas.Hubo otros cuatro senadores,Menem,Rodríguez Saá,Romero y Reutemann,que,en un acto de cobardía se retiraron del recinto antes de la votación y también forman parte de los que apoyan esta ley venenosa ,destructora de la familia y enemiga de la Iglesia Católica.Hubo varios senadores que,manifestándose católicos,votaron a favor de esta ley venenosa.Estos senadores como aquéllos que en diputados votaron a favor manifestándose católicos,poseen una gran incongruencia mental creando una gran confusión en la sociedad,dado que la Iglesia condena este tipo de uniones.
Los que promovieron como los que votaron esta ley venenosa atentan contra la familia,célula de la sociedad,contra la Iglesia Católica y la Patria.Esta ley venenosa como tantas otras cosas nefastas son producto de esta democracia corrupta.
Aquéllos que decidan poner un sobre en la urna,anulen el voto poniendo un papel en el sobre en el que manifiesten las razones de su anulación.Hay que derrotar a esta partidocracia corrupta y antiargentina.
Guillermo Díaz Aguirre
delfinvnsh@yahoo.com.ar
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