lunes, 15 de febrero de 2010

HOMOSEXUALIDAD.


ARTÍCULOS:
1-LA IGLESIA CATÓLICA Y LA HOMOSEXUALIDAD
2- POBRES HOMOSEXUALES ("matrimonio gay" en Mexico)
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1-LA IGLESIA CATÓLICA Y LA HOMOSEXUALIDAD.



COMPILADOR: A. NONHA DADDO.



ENVIADO POR: J. ENOGARD.



"En nuestros días, fundándose en observaciones de orden psicológico, han llegado algunos a juzgar con indulgencia, e incluso a excusar completamente, las relaciones entre ciertas personas del mismo sexo, en contraste con la doctrina constante del Magisterio y con el sentido moral del pueblo cristiano.



Se hace una distinción, que no parece infundada, entre los homosexuales cuya tendencia, provimiendo de una educación falsa, de falta de normal evolución sexual, de hábito contraido, de malos ejemplos y de otras causas análogas, es transitoria o a lo menos no incurable, y aquellos otros homosexuales que sea irremediablemente tales por una especie de instinto innato o de constitución patológica que se tiene por incurable.



Indudablemente esas personas homosexuales deben ser acogidas, en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia. Pero no se puede emplear ningún método pastoral que reconozca una justificación moral a estos actos por considerarlos conformes a la condición de esas personas. Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable. En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios. Este juicio de la Escritura no permite concluir que todos los que padecen de esta anomalía son del todo responsables, personalmente, de sus manifestaciones; pero atestigua que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados y que no pueden recibir aprobación en ningún caso".



(De la declaración "Persona Humana", de la Congregación para la Doctrina de la Fe).

"La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1a Cor 6, 10; 1a Tim 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados". Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.



Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente radicadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, comprensión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y de la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".



(Del "Catecismo de la Iglesia Católica", 2357-2359).

ESTO NO ES "HOMOFOBIA". ES UN RECONOCIMIENTO DEL ORDEN NATURAL.
EL HOMOSEXUAL ES UN PRÓJIMO ENFERMO, QUE EN MUCHOS CASOS PUEDE RECUPERARSE.
NO LE NEGUEMOS ESA POSIBILIDAD. AYUDÉMOSLE A VER CUÁL ES SU REALIDAD Y SU VOCACIÓN.
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2- POBRES HOMOSEXUALES ("matrimonio gay" en Mexico).



ENVIADO POR: RED PATRIÓTICA ARGENTINA.



Por Dr. José Alberto Villasana* .

La propuesta de Ley que pretende establecer que el matrimonio puede conformarse entre dos personas homosexuales entraña un engaño no solo para la sociedad es su conjunto, sino sobre todo para los homosexuales mismos, quienes ignoran que están siendo engañados y manipulados para obtener efectos totalmente ajenos al verdadero deseo de ayudarlos y favorecerlos. Tal aberración es posible únicamente porque el deterioro de la razón nos ha llevado a perder de vista que el derecho positivo existe para salvaguardar el derecho natural. De esta forma, si el legislador observaba que la persona humana requiere de comer, establecía que todos tenemos derecho a ser alimentados. Igualmente, el legislador, a lo largo de miles de años y en todas las culturas, observando que el matrimonio es una institución natural que se construye mediante el amor complementario y fecundo entre un hombre y una mujer, y que llega a plenitud en la procreación de una familia, estableció que es necesario preservar ambas instituciones naturales dentro del derecho positivo. Tanto así que en el derecho de todos los pueblos quedó así establecido. En nuestra civilización occidental, la palabra “matrimonium” viene del derecho romano (no tiene origen eclesiástico), y estableció esa institución a favor de la mujer, para que ésta pudiera tener hijos dentro de la legalidad, por lo que incluso etimológicamente es un monumental contrasentido relacionar “matrimonio” con “homosexualidad”. La palabra misma en latín, de matrem (madre) y de monium (calidad), implica los derechos propios de la mujer dentro de la unión con un hombre, mientras que el “patrimonio”, formado de pater (padre) y el sufijo monium, refleja los bienes y derechos adquiridos por herencia. El que un legislador pretenda establecer que a partir de ahora dos personas del mismo sexo podrán constituir un “matri-monium” implica, en el campo de la lógica, lo que se llama un “absurdo en términos” y, en el campo del derecho, una total aberración jurídica por la que cualquiera sería reprobado en la carrera de derecho en una universidad. La ignorancia de nuestros legisladores es realmente manifiesta.



Pero el engaño y la manipulación afecta en primer término a los interesados, pues el derecho positivo no puede anular el derecho natural, por el simple hecho de que las leyes no pueden cambiar la naturaleza humana. Equivaldría a aprobar una ley estableciendo que a partir de ahora van a parir hijos los hombres, y ya no las mujeres.



Pobres homosexuales. Ya gozaban de protección legal con la Ley de Sociedades de Convivencia, que les otorgaba derechos civiles esenciales. Ahora, quedarán expuestos al ridículo público, al escarnio y al ludibrio de quienes los señalen cuando vayan a celebrar públicamente ese absurdo jurídico. Al menos sabrán los homosexuales cuales son los legisladores a quienes tienen que agradecer por haberles tendido esa trampa. Tal vez entonces descubran que lo pretendido por esos dizque “liberales” de mente es más bien una transgresión ideológica, por motivos políticos, que poco tiene que ver con el verdadero deseo de ayudarlos.



Y la sociedad entera también podremos agradecer a esos legisladores por haber sembrado la destrucción de la familia, pues desvirtuar la institución del matrimonio traerá como consecuencia la corrupción de la institución familiar, la cual constituye la célula base de la sociedad. Si ya de por sí el alarmante incremento de criminalidad, violencia, corrupción y degrado que padecemos provienen en gran parte de la pérdida de valores y principios en la educación, imaginemos ahora el deterioro social que nuestros representantes populares nos van a endilgar con este disparate jurídico. Con razón tuvieron miedo de someter la Iniciativa a la consulta popular de los ciudadanos. De verdad, muchas gracias señores. Los felicitamos por su payasada y su imbecilidad intelectual.








*Es miembro del Club de Periodistas de México, Caballero de la Orden de Malta, conferencista independiente y comentarista de radio y televisión. Ha recibido en dos ocasiones el Premio Nacional de Periodismo (2002, 2004).



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