martes, 10 de noviembre de 2009

Informe (2009) Argentina con Lupa


Actualización, Noviembre 09, 2° semana, inicio.


· Tensión, crispación y caos.


· Una semana de perfiles más que graves.


· De aquí a que pasen treinta días.


· Una oposición corroída.


*
Actualización de la situación política
a partir de los hechos relevantes
ocurridos hasta el 9 de Noviembre de 2009.

*
Tensión, crispación y caos.
“El país está crispado. Y esta crispación la fomenta el gobierno. La situación se le ha escapado de las manos”, Jorge Busti dixit, el lunes 9 de Noviembre por la mañana, en diálogo con el periodista Charly Fernández.

“Lo que puedo ver es que la Argentina vive un clima de conflicto generalizado (…) sin un horizonte que permita suponer que hay razones para esperar que se supere en seguida”, el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), señor Enrique Santos Calderón, director del diario El Tiempo, de Bogotá, dixit, el lunes 9 de Noviembre por la mañana, en diálogo radiofónico con el periodista Charly Fernández.

Quedan pocas dudas de que el panorama del país ha avanzado, notoriamente, en el curso de los últimos quince días, hacia un enrarecimiento cabal y riesgoso.

Como caben pocas dudas de que la semana que ahora se inicia encierra perfiles de tal causticidad que permiten, sin mucho riesgo de error, convalidar las más temerarias aseveraciones de Juan Carlos Alderete anunciando la posibilidad de un derramamiento de sangre en el que “habrá muertos de los dos bandos” (conceptos luego relativizados por él mismo, bajo el ucase de una amenazante denuncia penal del gobierno); o de la doctora Elisa Carrió, que percibe una inminente confrontación desatada desde fuentes oficiales, como prolegómeno de un intento de copamiento del poder (Elisa Carrió habló específicamente de la inminencia de un ”golpe de Estado” - “coup d’etat”, precisó, dejando de lado la injerencia militar como condición supuesta y equívocamente indispensable para un “golpe de Estado”, y reotorgando al término su estricto valor y significado original, como intento de un grupo interno del propio poder para consolidar a este o derrotar otras instancias comprometidas en el mismo.

Los análisis - aún sin firma, y que los suscriptores de Informe (2009) Argentina con Lupa conocen desde el domingo por la noche - aluden a un presunto temor del kirchnerismo - de Néstor Carlos Kirchner, dicen específicamente - de que pueda suscitarse una escalada de violencia tendiente al desplazamiento del gobierno tras haber caído su fuerza política, en la segunda quincena de Diciembre.

Hay quienes sospechan que esta misma versión atribuyéndole “temor” a Kirchner por una circunstancia de este tipo, ha sido sugerida desde fuente oficial al simple efecto de colocar al presidente y a su mujer, en condiciones de victimas de cualquier episodio violento que, en esas sospechas, se atribuye, estrictamente, a los propios miembros de la intimidad política de la pareja presidencial: de esa manera contarían con un argumento esencial para que su victimización les sirva, eventualmente, de existir tal plan, como cobertura para abandonar el gobierno, en tal caso no por propia decisión sino atribuyendo el hecho a un impulso venido desde la oposición.

De ahí que el ex gobernador entrerriano - y uno de los primeros soportes políticos obtenidos por Néstor Carlos Kirchner cuando asumió con apenas el 22 por ciento de los votos en 2003 - haya responsabilizado de la “crispación”, que descubre en su análisis, al propio gobierno kirchnerista.

Y que, salvando las distancias de la intimidad y cogollo estrictamente peronista que expresa Jorge Busti, un hombre del exterior como el presidente de la SIP, señor Enrique Santos Calderón, haya detectado un “clima de conflicto generalizado”, originado también en las políticas que impone el gobierno kirchnerista.

Esta coincidencia en un arco tan extenso y contradictorio como es la intimidad peronista local y la muy amplia y extendida observación periodística del exterior, señalando la existencia de un conflicto y una crispación o tensión de graves perfiles en el país, originadas en políticas e intenciones deliberadas del kirchnerismo, consolida la sospecha de que un plan definido parece estar en marcha y ese plan parece proceder de la propia intimidad de la gestión oficial.


Una semana de perfiles más que graves.




Hay indicios de que los tiempos se aceleran no solo en cuanto corresponde a la ansiosa tentativa del kirchnerismo de llegar al 10 de Diciembre con las alforjas repletas de decisiones adoptadas y una suerte de red de contención que los preserve de mayores riesgos, aún tras su derrota en las urnas, sean estas razonables y realistas o irracionales y desafortunadas para el país, sino también en cuanto a los perfiles de la violencia que se le atribuyen, desde los más variados ángulos, y que los hechos comienzan a exhibir como el signo más certero de los días que se viven.

En este sentido, se inicia ahora una semana cuyo contenido presagia situaciones de altísima tensión que no se agotan en estos cinco días hábiles ni permiten presagiar un aquietamiento posterior de las circunstancias álgidas que se vienen desarrollando.

Un repaso de tales situaciones permitirá visualizar el grado de gravedad que la semana ahora iniciada perfila para el desarrollo político inmediato.

Los puntos salientes que, quizás, de manera aislada no representan mucho por sí mismos, al presentarse apretadamente, desenvolviéndose en un tan corto lapso, parecen reflejar las advertencias de Jorge Busti y Enrique Santos Calderón (coherentes con las advertencias de Elisa Carrió) y son los siguientes:

a) Este mismo lunes - y ratificando la intención de tensionar el ámbito estrictamente informativo y periodístico - en coincidencia con la reunión anual de la SIP (organizada y convocada hace dos años, por tercera vez en la Argentina: la primera en 1956, poco después de la devolución de “La Prensa” que había sido expropiada por el peronismo en 1951; y la segunda en 1993, cuando se celebró el imperio de una abundante y creciente libertad de prensa desde dos años antes y se condenaron algunas violaciones cometidas por el alfonsinismo, varios años antes) el gobierno argentino, junto con el gobierno venezolano han organizado un “encuentro latinoamericano por los medios y la democracia” cuyo temario y calidad se distinguen como la “reunión anti-SIP” que otrora organizara Fidel Castro, caracterizando el hecho por que la propia ex primera Dama, invitada a la reunión de la SIP no solo no asistió sino que ni siquiera respondió a la invitación, cosa qué no hizo, obviamente, el vicepresidente de la Nación, ingeniero Julio César Cleto Cobos quien, muy por el contrario de esa actitud kirchnerista, procedió a inaugurar las deliberaciones;



b) en la misma semana, el jueves próximo, debía llegar a la Argentina Hugo Chávez quien, junto con la mujer de Kirchner, debía proceder, el viernes - si es que las deliberaciones llegaban a alcanzar un desarrollo hasta entonces - a pronunciar los discursos de cierre del “encuentro anti-SIP”, previo al encuentro que el viernes 13 de Noviembre debían mantener, primero con la presidenta en la Casa de Gobierno y luego en extenso ágape, con el matrimonio presidencial, en Olivos (quizás prolongado en un nuevo viaje a El Calafate, para el que había sido ya invitado), reuniones durante las cuales muy probablemente sus dilectos alumnos argentinos debían rendir detallado examen )¿o cuentas?) ante el magister caribeño acerca de los pasos dados tras la derrota electoral, conforme con los consejos que él les impartiera, en Mayo pasado, durante su anterior viaje al país, programa que se truncó por que el tiranuelo caribeño debe permanecer en su propio territorio a fin de que resulte creíble su balandronada bélica frente a Colombia: tal es el nivel de la balandronada como tal, que anticipa que estará en Buenos Aires dentro de unos 40 días, hacia mediados de Diciembre (¿acaso después del sinceramiento de la relación de fuerzas al que será sometido el matrimonio presidencial? ¿o ya nunca jamás, después de esta semana en curso, si comienzan los graves episodios que prevén los estrategas kirchneristas?;



c) el martes 10 de Noviembre, la ciudad de Buenos Aires lanzará a las calles un poco más de un millón de pasajeros que carecerán de su medio de transporte habitual - el subterráneo - que soportará un paro laboral en función de un litigio intrasindical, que el ministerio de Trabajo ha dejado prosperar desde hace unos meses, mirando para otro lado y dejando que la tensión y confrontación crezcan de manera violenta y dramática, de lo que es testimonio la brutal agresión contra uno de los dirigentes que protestan contra el imperio cegetista, al ser agredidos físicamente su ex mujer, su hijo de seis años (herido de bala), su padre de 78 años (golpeado, esposado y arrojado al suelo) y destruida parcialmente su vivienda y un comedor popular que su ex esposa atiende;



d) el mismo martes 10 de Noviembre vencerá el plazo otorgado por la presidencia de la Nación para que se designen los delegados de todos los sectores involucrados - el gobierno, las primera, segunda y tercera minorías parlamentarias y los sectores del así denominado “consejo federal”, para integrar el consejo que aplicará la ley mordaza de radiodifusión, delegados que corresponden seis al gobierno y dos a la oposición, la que, en virtud de este desequilibrio y su manifiesto rechazo de toda la normatización mordaza de la ley, ha postergado sine die la designación de sus representantes, lo que no es óbice, según aclaró el propio gobierno oficialmente, por la boca del ministro Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, para que el organismo comience a ajustar cuentas con los medios de radiodifusión en forma inmediata, tras su constitución, sin esperar las designaciones que falten, una semana después de haber vencido el plazo para designar a sus integrantes, un punto que encrespará aún más el oleaje negativo local e internacional, levantado por la mencionada ley mordaza;



e) al día siguiente, miércoles 11 de Noviembre, el movimiento Corriente Clasista y Combativa (CCC) - que encabeza el piquetero Juan Carlos Alderete -, que la semana anterior cortó durante 30 horas la Avenida 9 de Julio, procederá a ejecutar similar acto de fuerza reclamando, como la semana pasada, que el gobierno otorgue en forma directa - y no a través de aquellos intendentes que son soporte del kirchnerismo en diversos lugares del país -, los fondos para combatir la desocupación a través de trabajos comunitarios encargados a “cooperativas” de las que Alderete controla alrededor de mil con más de un millón quinientos mil trabajadores (desocupados), un corte de la mencionada Avenida que podría culminar, según el anuncio oficioso - luego relativizado por el propio Alderete, pero que revela la intensa violencia que rodea el episodio - con la ocupación del propio ministerio (por ahora a cargo de Alicia Kirchner, hermana del presidente Kirchner) y de varias decenas de oficinas delegadas de distintos puntos del país;



f) desde el lunes 9 de Noviembre han vuelto a reiterarse las extensísimas colas - algunas formadas desde el domingo al anochecer, hasta la misma mañana del lunes - ante las oficinas de la ANSSES, reclamando el anunciado beneficio de un pago de 180 pesos por cada hijo (en realidad, 144 pesos, ya que se les descuenta el 20 por ciento para ser pagado una vez al año, en Marzo, cuando se demuestre que el niño o adolescente han cumplido con la escolaridad) colas desde las cuales la gente ha podido ir verificando, día tras día, que la ANSSES que aportará el dinero de los jubilados (a los que les niega los aumentos dispuestos por la Corte) no dispone todavía de normas administrativas para confeccionar el padrón y verificar la paternidad, la legitimidad del reclamo y la percepción del recurso asignado por decreto, lo que revela el grado de improvisación de la ex primera Dama, de la celeridad extrema del kirchnerismo en su conjunto a fin de imponer, antes del 10 de Diciembre, la norma que robó de iniciativas más orgánicas elaboradas por la oposición y la Iglesia Católica, y ratificó, de paso, con solo atender las protestas que se generan en las colas de espera de los probables beneficiarios, el grado intensísimo de tensión que se genera con desacertadas e improvisadas medidas como esta;



g) la suspensión - hasta promediar esta semana que ahora se inicia - de los actos de censura al periodismo impuestos a través del sindicato de camioneros que dirige Pablo Moyano, hijo de Hugo Moyano, en coincidencia no solo con la sanción de la ley mordaza de radiodifusión (“ahora vamos por los medios gráficos”, es la consigna que ha intentado sintetizar la intención de la interferencia en los niveles de la distribución de diarios y revistas) sino también con la realización de la asamblea anual de la SIP en Buenos Aires y del “encuentro anti-SIP”, como un desafío y una advertencia, en lo que, como los oradores de la asamblea de la SIP señalaron, y los suscriptores de Informe (2009) Argentina con Lupa conocen desde Mayo pasado, se inspira formal y episódicamente en la política desplegada por Hugo Chávez en Venezuela, permitiendo presagiar que, desde esta semana y en adelante, habrán nuevos y más intensos pasos en orden a la supresión de la libertad de prensa;



h) pero ratificando la inestable y anómala gestión al frente del partido peronista, el kirchnerismo realizará, el martes 10 de Julio, en la casa del Gobernador bonaerense, señor Daniel Scioli, en La Plata, una reunión del Consejo Nacional a fin de tratar la renuncia de Kirchner como presidente del partido, que formuló tras ser derrotado en el comicio del 28 de Junio, reunión y tema que coloca al borde del enfrentamiento a diversos sectores proclives al retorno del mismo a la conducción, contra quienes - dentro del propio kirchnerismo - estiman arriesgado el paso, en tanto los peronistas disidentes estiman irregular, ilegal y pernicioso el procedimiento seguido;



i) una reunión a realizarse entre el jueves 12 y el viernes 13 de Noviembre, tratará de definir si el bloque del Frente para la Victoria terminará dando apoyo a la denominada “reforma política” ya que, a pesar de la franca diversificación del voto opositor y la tendencia a lograr un voto concentrado del kirchnerismo y sus aliados para imponerla, a más tardar, el jueves 19 de Noviembre (por orden de la presidenta y su marido, el bloque del Frente para la Victoria debía imponer la sanción antes del 15 de Noviembre, es decir, el viernes 13, último día probable de sesión, tomando en cuenta esa fecha tope, algo en lo cual parece haber fracasado, con las consiguientes facturas negativas cursadas a la conducción) el proyecto ha debido posponerse en la agenda legislativa a la espera de que diversos segmentos de la representación parlamentaria logre algún acuerdo, impulsando, de hecho una segunda y más cruenta demora en cuanto el Senado difícilmente proyecta tratarla en los días que siguen, debido a las tareas de preparación de las sesiones que deben iniciarse el 10 de Diciembre con la renovación de la Cámara, una circunstancia ésta que ha comenzado a generar desde silentes protestas e insultos soeces, hasta amenazas veladas en la interna kirchnerista que ve desairada y menoscabada - cerca de un mes antes de llegar al sinceramiento de la relación de fuerzas, el 10 de Diciembre -, la autoridad de la pareja presidencial: es indudable que si la norma se sanciona después del 10 de Diciembre ocurrirá con reformas que la remitirán de retomo a Diputados, Cámara que, quizás no alcance a tratarla antes de finalizar el año por lo cual la iniciativa quedará para el nuevo período de sesiones de 2010, en Marzo, complicando su sanción o, en el más leve de los casos, permitiendo la sanción de una ley que no satisfacerá el objetivo del “traje a medida” para que Kirchner controle el partido peronista a su antojo.



Como se puede apreciar por este breve y apretado ramillete de confrontaciones - entre políticas y formalmente físicas -, con reflejos de creciente descontento, informan un panorama de inicio de final abrupto para esta etapa del gobierno kirchnerista.

Si ya era bastante poco estimulante la continuidad de una gestión plagada de inciertos pasos debido a la creciente merma de soportes políticos, este panorama en los próximos cinco días acentúa el rigor de la soledad política y de la necesidad de intensificar las presiones indispensables para que el kirchnerismo logre sobrevivir al menos con una cuota de oxigeno político que no ponga morada su piel ni lo obligue a exhibir la moribundia propia de los procesos terminales.

Es frente a esa situación cuando las versiones de alternativas fuera del contexto institucional comienzan a mover las decisiones paralelas y piqueteros y cuadros de agitación y presión como los que manejan, ahora asociados, Hugo Moyano y Luis D’Elia, comienzan a tener espacio y significado inmediato, otorgando a la escena inmediata rasgos de incertidumbre riesgosa.



De aquí a que pasen treinta días.



Los tramos calendarios tienen poca o ninguna significación para la política, salvo cuando están estrechamente asociados - y ajustados - a las categorías y exigencias calendarias institucionales.
Para el kirchnerismo, que el 10 de Diciembre sea un hito insuperable - si se respetan las pautas institucionales, claro - ha pasado a convertirse en un severo desafío de su posibilidad de sobrevida en los términos en que, habitualmente, el jefe de la familia presidencial, Néstor Carlos Kirchner, entiende la política: mandar sin otra alternativa que recibir, como respuesta, obediencia,

El lapso para que se reinstale el Congreso y en éste el sinceramiento de la relación de fuerzas - un sinceramiento que, quizás hoy, puede haber sido superado por los hechos ya que, si el 28 de Junio fue de setenta a treinta, conforme con los últimos sondeos de opinión - acallados por la fuerte presión kirchnerista sobre los encuestadores que todavía quedan sujetos a sus compromisos contractuales con el gobierno - hoy sería, probablemente, de ochenta y ocho a doce, o de noventa a diez: la pareja presidencial no supera, en el mejor de los casos, el doce por ciento de las intenciones de voto, en la definición ”si las elecciones fueran hoy”.

La premura por agotar al máximo la relación de fuerzas que sobrevive a la realidad política resulta tan evidente y conforma un cuadro de tanta ansiedad, que ha generado ya desde algunos roces hasta fuertes encontronazos entre el quipo instalado en el PEN y el que tiene a su cargo la conducción de la gestión parlamentaria.

La incertidumbre que domina la gestión de un cuadro como el diputado Agustín Rossi, presidente del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara Baja, navega por regiones no solo dispares sino remotas entre sí: desde la incertidumbre acerca de si, finalmente y a pesar de la certeza que parece dominar en algunos sectores del oficialismo, todavía, hasta la fecha, treinta días antes de la finalización de los viejos mandatos y el comienzo de la vigencia de los nuevos, nadie podría afirmar que Néstor Carlos Kirchner asumirá - y jurará, dentro de apenas dos semanas - su cargo de diputado nacional.

Pero aún admitiendo que la duda pueda quedar despejada en pocos días más y, efectivamente, el presidente Kirchner decida ocupar su butaca en el recinto de Diputados, la incertidumbre avanza todavía más para establecer hasta qué punto el mismo Rossi podría conservar su actual función de presidente del bloque, algo que muchos dan por descontado por que “Néstor - vox íntima dixit - no tiene ni la constancia ni la concentración indispensables para tramitar la jefatura de un bloque” que requiere, además de esos atributos, “la decisión de dialogar, escuchando y explicando mucho más allá de lo que él siempre parece poco dispuesto a conceder”.

Pero esto mismo, si fuera definitivamente así, no aportaría al legislador santafesino encargado de conducir el bloque oficialista, una cuota de tranquilidad y distención sino, justamente, todo lo contrario: si Kirchner no preside el bloque “¿alguien puede pensar que lo conducirá otro, es decir, que Kirchner admitirá ser conducido pero, además, que cualquiera sea quien presida, tendrá suficiente espacio y aceptación como para sobreponerse a las simples opiniones del presidente Kirchner?”.

Que Kirchner haya elegido el espacioso y amplio despacho que dejará vacante la vicepresidenta del cuerpo, diputada Patricia Vaca Narvaja, al marcharse de la Cámara el 9 de Diciembre (y hacia su nuevo destino diplomático en México) no es el resultado de una intención de lujo o primacía abstracta, sino que estará destinado a cobijar mayor número de personas, una posibilidad que se suma a la capacidad para reuniones y ubicación de personal, todos indicios de una actividad no solo política general, sino esencialmente legislativa en cuanto hace a la faz política de dicha función (obviamente, nadie piensa - y Agustín Rossi tampoco - que Kirchner asuma la decisión de legislar, algo que nunca ha hecho y no sabe, seguramente, cómo se ejecuta)-

“¿Alguien puede imaginar que los cuadros legislativos que, finalmente, permanezcan en el bloque del Frente para la Victoria, vayan al despacho de Agustín Rossi a consultar qué hacer o cómo hacerlo, en lugar de trasladarse directamente al despacho del propio Kirchner?”, es la pregunta susurrada en un bar de las inmediaciones del Congreso por un veterano legislador del propio Frente para la Victoria, que observa, con severo escepticismo, el desenvolvimiento de las cosas después del 10 de Diciembre.

La funcionalidad del cargo queda remitida a la vigencia real del “hombre fuerte” o el “jefe” real político, de manera que para Agustín Rossi la incertidumbre crece a medida que, eventualmente, queden despejadas las otras dudas.

Y una de ellas, quizás la más gravitante, es determinar cuál de las comisiones será capaz de dejar a manos del kirchnerismo una oposición que, si en algo ha coincidido ahora, es en reclamar no solo el 60 por ciento de las comisiones, cuanto que en toda ellas - aún en el 40 por ciento que estaría dispuesta a cederle al kirchnerismo, no menos del 60 por ciento de los integrantes proceda de bloques de la propia oposición.

Para Agustín Rossi, un tema que se ha convertido en acicate contra el sueño, es el tamaño del bloque que deberá presidir - si esto, finalmente, ocurre de este modo - y la posibilidad de que el número de los hombres y mujeres que lo integren, aporte un número equivalente y correspondiente de los eventuales miembros de las comisiones que deberán integrar: “¿Alcanzará el número de legisladores para cubrir todo los cargos, en número y variedad, de las comisiones?” habría sido una pregunta formulada a sus más estrechos colaboradores, a quienes, ya a fines de Octubre encargó un muestreo de expectativas y posibilidades para la integración del amplio espectro de las comisiones parlamentarias.

Casi pro fórmula, alguien que trabaja junto al todavía presidente del bloque del Frente para la Victoria, señalaba que la exigencia opositora para integrar el sesenta por ciento de las comisiones con el sesenta por ciento de los miembros, en realidad, le había quitado un peso de encima ya que el número al que quedará reducido - finalmente y, todavía hoy, incierto -, el bloque oficialista, difícilmente le permitiría al kirchnerismo ocupar todos los espacios de comisión, aún cuando ningún miembro de su equipo deje de pertenecer a cuatro o cinco comisiones como promedio.

Pero el detalle más complejo para develar - y pronto - reside en la idea de qué comisión podría negociarse para que la presida Néstor Carlos Kirchner o, aún, cuántas y cuáles comisiones son las que podrá integrar, finalmente, si es que integra alguna o se exceptúa por ocupar una función dominante en el bloque o en la Cámara, un verdadero y complejo espacio de dudas y un quebradero de cabeza para hacer coincidir los pedazos integrantes del problema: el personaje, los requerimientos reales de la Cámara, la conservación de los perfiles de autoridad y de funcionalidad.

Si el kirchnerismo retiene la presidencia del cuerpo - con Eduardo Fellner o sin Eduardo Fellner - ¿serán distintos los problemas que tendrá el propio jefe del cuerpo con la presencia de su jefe natural en la escala y conformación política respectiva?



Una oposición corroída.



Por supuesto que, tanto en el nivel de las urgencias para sancionar leyes como la de la llamada “reforma política”, o en las confrontaciones respecto de la integración de las comisiones y la designación de las nuevas autoridades de ambas Cámaras, el kirchnerismo sigue contando con algunos alivios formales, de mediano y largo alcance y muy significativos.

El centro mismo reside en la inexistencia, todavía de cierto grado de unificación opositora; y esto a pesar de los pasos que en firme se habían dado en la tercera semana de Octubre último, para avanzar hacia una coalición opositora en condiciones de formular una plataforma pragmática y de compromisos comunes básicos.

Las desinteligencias, las luchas para obtener algunas ventajas personales o grupales, han frustrado el desarrollo y crecimiento de aquél primer atisbo de convergencia.

En el radicalismo, pudieron zanjar cualquier diferencia y confrontación insinuada hace poco más de un mes y medio, entre Gerardo Morales, actual presidente de la agrupación y su colega en el Senado, Ernesto Sanz, volcando el apoyo del primero en beneficio del segundo para ser designado presidente del Comité Nacional.

Esta resolución permitía superar parcialmente los desencuentros generados por la eventual candidatura de Julio César Cleto Cobos, quedando pendiente la expectativa de reconocer el voto y representación en la escala de poder interna, justamente al propio Cobos y a los cobistas que lo siguen.

Pero el problema comenzó a complicarse a medida que el clon del ex titular del PEN, Ricardo Alfonsín, con el apoyo de la coordinadora remanente - que vaga y genéricamente sigue estando bajo la advocación integral de Leopoldo Moreau (ex candidato a presidente que obtuvo el 2 por ciento de los votos) y su adversario interno, Federico Storani, ex ministro del Interior de Fernando de la Rúa - se dispuso a confrontar en la presidencia del bloque de diputados radicales con el experimentado y sagaz cordobés de tradición sabatinista Oscar Aguad, quien garantizó la autonomía e independencia del radicalismo en una variedad de tentaciones borocotizantes del kirchnerismo.

La intención de Alfonsín (clon) de desplazar a Aguad, se corresponde con una actitud cautelosa del hijo del ex titular del PEN respecto de la oposición al kirchnerismo-

Especulaciones - naturales y normales, si se excluyen algunas normas éticas - que se vienen observando en el radicalismo y a las que no resultaría ajeno el propio Alfonsín, estiman que el “traje a medida” para Kirchner, cortado desde el proyecto de “reforma política (o electoral, o de funcionamiento de los partidos políticos)” preparado por el gobierno, no es menos promisorio para el radicalismo ya que le garantizaría una suerte de presencia de segunda fila pero sin riesgos de desaparecer o diluirse en una variedad de alianzas - para la apetencia de poder de los que sustentan la hipótesis -, inciertas.

De este modo, desde el gobierno se ha visto con entusiasmo - y silentes expectativas del propio Kirchner - la posibilidad de que Alfonsín (clon) desplace al cordobés Oscar Aguad.

Si ocurriera tal alternativa, de hecho, las figuras de Sáez y Morales se debilitarían ya que han estado desempeñando un papel de creciente oposición al kirchnerismo, al tiempo de respaldar el tipo de alianzas posibles con sectores distantes del peronismo, entre ellas la doctora Elisa Carrió o bien los socialistas.

En este punto, el propio dilema de la dupla Sáez-Morales no parece haber alcanzado a disipar las dudas que genera la presencia de Hermes Binner, un hombre cada vez más próximo al kirchnerismo y, específicamente, al propio Kirchner (hay carteles proclamando para 2011 una formula integrada por Kirchner y Binner, algo que parece todavía remoto en los actuales niveles de relación y compromiso).

Pero, justamente, si se excluye al senador santafesino Rubén Giustiniani - de paso, presidente del partido socialista -, el probable acercamiento Binner-Kirchner estaría generando, en el aparato socialista, una fuerte crisis que tiene al mencionado senador como uno de los silentes referentes de la resistencia a una linea como la expresada, limitado en su acción por proceder, justamente, de la misma provincia que el gobernador.

Pero este esquema habla con bastante claridad de un fraccionamiento que no pasa, necesariamente, esta vez, por la distancia entre agrupaciones sino, antes bien, por la fractura de esas mismas agrupaciones, en dos polos alternativos.

De tal modo, en el kirchnerismo se estaría mirando como un horizonte inmediato la expectativa de que, ante un recrudecimiento de las tensiones y un incremento de los signos violentos, una suerte de marejada accidental, avance hasta lamer los bordes de radicales y socialistas, generando dos polos que ya hubo pero que ahora se darían bajo una nueva modalidad: en el radicalismo: no habría un sector como el de Alfonsín, dispuesto a negociar y buscar la estabilidad propia en conjunción con el kirchnerismo; por otra parte, la misma expectativa sugiere el acercamiento del socialista Hermes Binner al kirchnerismo, de donde la fractura se haría en relativamente poco tiempo.

Si en la etapa anterior los socialistas se dividieron arrastrando a la federación partidaria bonaerense para incorporarse como sector transversal y en el radicalismo ocurrió lo mismo con el propio cobismo, en la etapa que se avizora desde el kirchnerismo la división mantendría a ambos sectores fuera de la integración con el kirchnerismo, como aliados tácticos y alimentando la ilusión de conformar el bi o tri partidismo, con indudable predominio del peronismo que lograría, si lo logra, confundir a Kirchner.

De todos modos, estos movimientos parecen aleatorios y solo constituirían, para la pareja gobernante, una alternativa de segundo nivel, ya que en la primera fase, en forma inmediata, se ubicaría la urgencia de dirimir, mediante un acto de fuerza, su propia permanencia, si previamente no se logra una negociación teniendo en vista su casi seguro destino penal, aún cuando descansen en la hipótesis de que su actual paso por el juicio por enriquecimiento ilícito, puede avanzar hasta legitimar su sobreseimiento final.

Enviado por: Centro de Estudios Regionales.




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